Odio a primera vista

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Gianna

-Hija, ¿Cuándo piensas despertar? -Dice mi madre abriendo las cortinas-. Vas a llegar tarde, debes dormir más temprano.

Otro día de clase, el sol brilla como nunca y los pájaros cantan alegremente. Me gusta el colegio pero lo que más odio es levantarme temprano cinco días a la semana durante nueve meses. Me cubro la cara de los rayos de sol con mi almohada, no me gusta su resplandor.

-Levántate, Gianna, ya es tarde -Me quita la sábana y mi almohada-. El desayuno está listo, te espero pero no demores mucho.

Me levanto y voy directo al baño, amanecí como todos los días, con el cabello alborotado y con ojeras. No pude dormir hasta las tres de la madrugada, tenía que terminar un trabajo de Biología muy importante. Cuando estuve lista, arreglé mi bolso y fui a la cocina, estaba muerta de hambre.

-Qué rico huele, sabe muy delicioso -Mentí. Tomé una cucharada de la crema que había preparado mi madre aunque sabe muy mala; sonreí tratando de disimular las ganas de vomitar que surgieron en ese momento.

-Que bien, me alegro que te guste.

Al terminar fui al baño y me miré por ultima vez en el espejo, me terminé de arreglar mi cabello y me despedí de mi madre. Caminé hasta la parada de buses, ahí me encuentro todos los días con Luna y George, mis mejores amigos.

-¿Cómo amaneció la chica más hermosa y inteligente del mundo? -Dijo cubriendo mis ojos.

-Respecto a lo hermosa, sabes que no lo soy.

-Por favor Gianna, ¿De nuevo con problemas de autoestima? -Preguntó colocando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

-No seas estúpido, George. Mejor cambiemos de tema -Me senté en la banca esperando que él hiciera lo mismo, no me gusta hablar sobre si soy hermosa o no, si tengo un buen cuerpo o no, sólo me encargo de vivir mi vida a pesar de tener muchos problemas. La belleza es algo pasajero, la inteligencia y los buenos sentimientos son eternos-, dime que te pareció tu nuevo libro ¿ya lo terminaste?

-Claro, es muy bueno, te lo recomiendo. Gianna, me preguntaba... si tu... quieres...-Comenzó a jugar con sus manos nervioso.

-Hola, par de muggles -Dijo Luna sonriendo alegremente-, que lindo amaneció hoy ¿no? ¿interrumpí algo?

-No, nada -Contestó George mirándome de reojo.

No tengo idea de que me quería decir, pero me alegro de que estos dos estén conmigo. No sé que sería mi vida sin ellos.
Comenzamos a hablar sobre algunos proyectos pendientes y sobre que haríamos el fin de semana, al rato llegó el bus.
Luna y yo nos sentamos en el primer puesto y George en el que estaba atrás. Al llegar al colegio nos fuimos directo a la biblioteca, nuestro lugar favorito.

Buscamos unos libros que necesitaríamos para un trabajo que debíamos entregar al día siguiente. Al salir nos dirigimos al salón, pero nos encontramos con una pequeña sorpresa.
Cuando íbamos a abrir la puerta del aula, se nos acercó una joven algo perdida pero sólo con verla no me dio una buena impresión.

-Hola, mi nombre es Alexandra Woods, pero todos me dicen Alex. Soy nueva en el colegio y no encuentro mi salón, ¿Pueden ayudarme? -Dijo amablemente.

-Claro, ¿Cuál es tu primera clase? -Preguntó Luna.

Nos extendió un papel donde mostraba su horario, que casualidad que su primera clase también era la nuestra. Entramos al salón y noté como Alex miraba de reojo a George, él no sabía que decirle y solo le sonreía.

-¿Cómo te llamas? -Me preguntó.

-Gianna, un gusto conocerte -Le extendí mi mano.

-El gusto es mio, tienes un bonito nombre -Dijo sacando su teléfono de su bolso-. Una pregunta, ¿Sábes cómo se llama el chico que esta ahí? -Preguntó señalando a George.

Los tres acostumbramos sentarnos en la primera fila del salón: Jorge en la primera silla, Luna en la segunda y yo en la tercera. Alex se sentó detrás de mí, pero me di cuenta que sus intenciones no eran buenas.

-Claro, es mi amigo, se llama George.

-Es muy guapo, ¿Puedes darme su número de teléfono?

-No puedo, preguntáselo a él mismo.

Al decirle eso vi como su rostro se convertía de alegre a enojado, mis presentimientos eran ciertos, ella no era una buena influencia. De pronto llegó el profesor y llamó a los alumnos que eran nuevos, entre esos estaba Alex.

-Mi nombre es Alexandra Woods pero todos me dicen Alex, espero llevarme muy bien con ustedes -Dijo mirando a todos los demás con una gran sonrisa, la cual desapareció al verme.

-Bienvenida señorita Alex, puede tomar asiento -Dijo el profesor.

La clase transcurrió normal, el profesor nos dejó un proyecto grupal para la próxima semana. Cuando son trabajos grupales, George, Luna y yo nos unimos, pero al parecer Alex se nos quería unir.

-Lo siento -Dijo George-, ya tengo grupo y solamente puede ser de tres. Si quieres puedes unirte con ellos -Señaló un grupo de alumnos que estaban cerca de nosotros-, ellos son buenos.

-Esta bien, nos vemos ahora -Dijo Alex mientras le guiñaba el ojo.

Luna y yo estábamos asombradas, por primera vez George tiene una admiradora. En la clase de Biología le entregué el trabajo al profesor, el cual hizo que me trasnochara otra vez. En la hora del receso me encontré con George en la mesa de la esquina, ahí nos sentamos todos los días.

-¿Que te pareció tu primera admiradora? -Le pregunté.

-Es bonita pero no es mi estilo, se nota que es de esas... fáciles -Dijo tomando un sorbo de su soda.

Quería preguntarle lo que me iba a decir en la parada de buses porque me dejó intrigada, pero al parecer se dio cuenta de lo que iba a decir como si hubiera leído mi mente.

-Respecto a lo que te iba a preguntar -Volvió a jugar con sus manos nervioso-, quería saber... si... tu... quieres... ir...

En ese preciso momento llegó Alex junto a otras chicas, las cuales son conocidas en el colegio como "las populares". Ahí me di cuenta de que ella ya iba por el mal camino.

-Hola George, ¿Podemos sentarnos contigo? -Preguntó ignorando mi presencia.

-No, lo siento, como puedes ver Gianna está aquí y no demora en llegar Luna.

-¿Y si nos sentamos en otra mesa? -Preguntó con una sonrisa pícara.

-No, lo siento pero no, prefiero estar con mis amigas.

-Esta bien, será otro día -Se fue a otra mesa sin antes volver a guiñarle el ojo.

Cuando se fueron llegó Luna, George comenzó a contarle lo sucedido. Al terminar, Luna casi escupe su bebida al suelo del asombro.

-Wow, si que te quiere y lleva menos de un día en el colegio -Dijo.

Cuando terminamos de conversar, fuimos a botar la basura y justamente, en ese momento, Alex tira disimuladamente la cáscara de una banana al suelo. No sabía por qué lo había hecho y accidentalmente la pisé, en menos de un segundo era la burla de todos.
Mi bandeja había terminado en el suelo y la basura en mi cuerpo, la muy estúpida no paraba de reír.

-¿Estás bien? Déjame ayudarte -Dijo George levantándome del piso.

-Gracias -Le dije con mi rostro rojo como un tomate, llena de vergüenza.

Al ponerme de pie salí corriendo al baño, sentí los pasos de Luna detrás de mí.

-Ahora si creo en eso -dije mirando el espejo llena de ira.

-¿En qué?¿De qué estás hablando? -Preguntó Luna intentando quitarme los rastros de la basura de mi blusa.

-En el odio a primera vista.

At The Wrong Time [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora