El chico del pasamontañas

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Gianna

Al salir de la habitación de George, Alex y Edward ya no estaban. Sólo estaba su familia, decidimos buscarlos pero mi padre nos encontró.

-¿Dónde estaban? Los he buscado por todo el hospital -Dijo él un poco enojado, bueno, bastante enojado.

-Nosotros te dijimos que íbamos a visitar a George -Dije, lo miramos confundidos, había olvidado lo que le habíamos dicho, ¿será que ya está envejeciendo?

-No importa, ya pueden ver a su madre. El doctor dijo que ya podemos visitarla -El enojo se convirtió en felicidad en menos de un segundo, al fin podremos saber lo que le sucedió.

Entramos a la habitación con un ramo de rosas que mi padre compró antes de ir a visitarla, se notaba el cansancio en su rostro pero aun así nos recibió con una hermosa sonrisa.

-Te traje esto, espero te sientas mejor -Dijo mi padre dándole un beso en la frente y colocando las rosas en una mesa que estaba a lado de la camilla.

-Gracias amor -Dijo mi madre tomando su mano y dándole un tierno beso a mi padre, se veían tan tiernos.

-Disculpen, nosotros también estamos aquí -Interrumpió Tyler, arruinando el momento.

-Saben que yo también los quiero -Dijo ella mientras nosotros le dábamos un abrazo, estábamos muy preocupados por ella.

-Siento interrumpirlos pero tengo que darles una noticia -Dijo el doctor mientras ingresaba a la habitación.

-¿Qué pasó, doctor? ¿Le sucede algo malo? -Preguntó mi padre.

-Su esposa sufrió un infarto, su corazón es muy delicado. Pueda que sea algo genético, lo descubrimos en algunos exámenes que le realizamos, me imagino que algún familiar de usted sufrió de esto ¿no? -Le preguntó a mi madre.

-Eh... mi madre murió de problemas del corazón, no pensé que podría heredarlo -Respondió mi madre asombrada por la noticia.

-Puede irse para su casa, voy a darle de alta siempre y cuando usted esté en reposo. Le recomiendo no hacer mucha fuerza, ni tomar mucho estrés, no puede levantar objetos muy pesados -Dijo el doctor mirándonos seriamente-. Debe dejar su trabajo, si quiere tener más tiempo de vida. Los dejo con la enfermera que le hará el trámite de salida. Espero que pueda mejorarse -El doctor hablaba como si no fuera nada grave, debe estar  acostumbrado a dar malas noticias diariamente.

Mi madre entristeció un poco, mi padre estuvo apoyándola en cada momento. Aunque estaba triste, trataba de sonreir y ser fuerte por nosotros; su fuerza y perseverancia en los momentos más difíciles, es lo que más admiro de ella. 

Al llegar a casa, mi madre decidió quedarse en la sala viendo una serie en la televisión, estaba muy agotada y no tenía ánimos de caminar. Mi padre acomodó la habitación para que estuviera más cómoda, Tyler decidió preparar algo de comer, cosa que pocas veces hace; faltaba conseguir algunos medicamentos que no estaban en la farmacia del hospital, no tuve otra opción que salir en busca de esas medicinas.

Las calles estaban muy solitarias, se avecinaba una fuerte lluvia.
El autobus tardó un poco en llegar, no hay mucha gente en las calles por lo cual no tienen pasajeros que llevar. El bus estaba casi vacío, sólo estaban algunas personas, incluso, el chofer parecía conducir sin ánimo y con cansancio, ni la radio funcionaba.

Al llegar al centro comercial, eran escasos los autos ubicados en los estacionamientos, todo esto me preocupa. Entré y me dirigí inmediatamente a la farmacia, no habían muchas personas en los pasillos, como en las compras navideñas o en el black friday.

Salí de la farmacia con los medicamentos en mi bolso, caminé hasta el baño más cercano. Al salir estaban cerrando todos los establecimientos y restaurantes, los guardias de seguridad estaban a punto de cerrar la entrada hasta que me vieron.

-Joven tiene que salir, se avecina una lluvia muy fuerte y debemos cerrar antes que empiece -Dijo uno de los guardias abriendo la puerta.

Le agradecí y me dirigí lo más rápido posible a la parada de buses, el último bus estaba a punto de irse y no podía irme caminando, mucho menos con este clima.
Corrí detrás de el bus pero se alejaba cada vez más, mis piernas ya no daban más y tuve que detenerme, no tenía idea de como llegar a mi casa.

No había nadie transitando en las calles, no tuve otra opción que irme caminando. Mi teléfono estaba a punto de descargarse, sólo pude llamar a mi padre para decirle que tendría que irme caminando.
El centro comercial está un poco lejos de mi casa, es más rápido llegar en un taxi o un bus, tuve que tomar un atajo, no tan corto, para evitar el largo camino que me tocaba recorrer.
Tuve que pasar por barrios muy peligrosos, llenos de delincuentes y de personas del mal vivir; luego, cruzé otro par de calles que me llevarían a otra que está más cerca de mi casa, esta calle me traía malos recuerdos.

Sentí un escalofrío por todo mi cuerpo al pasar en frente de la casa de los Houston, flashbacks de aquella noche pasaron por mi mente.
Tenía una cinta amarilla en la entrada y la puerta de la casa, la cual decía Prohibido el paso
Traté de olvidar todos esos recuerdos pero era muy difícil, pensé que ya lo había superado.
Después de pasar frente a un callejón oscuro, escuché ruidos provenientes de aquel sitio. Sentía la presencia de alguien detrás de mí; miré sobre mis hombros, eran dos hombres con el gorro de sus abrigos puestos y su cabeza agachada, no podía ver sus rostros.

Comencé a caminar cada vez más rápido, ellos hacían lo mismo; de pronto, aparecieron otros tipos delante de mí, habían salido de otro callejón. Miré para todos lados, la noche ya había caído y las calles estaban más oscuras, la luz de la luna era más opaca que antes debido a las nubes grises que la cubrían. No había nadie en la calle, sólo algunos autos estacionados en diferentes partes del lugar; las personas no salían de sus hogares por la tempestad que se acercaba, los truenos comenzaban a oírse a lo lejos.
Uno de esos tipos me agarró por la cintura mientras me llevaba al interior de aquel sitio donde habían salido, comencé a gritar y a tratar de soltarme de su agarre. Era en vano, no había nadie en el lugar.

Lo golpeé en sus partes íntimas haciendo que me soltara, los otros intentaron agarrarme pero comencé a golpearlos como Tyler alguna vez me enseñó.
Corrí lo más rápido posible pero afuera había otro chico, tenía un pasamontañas por lo que no podía ver su rostro, sólo pude ver sus ojos celestes los cuales me distrajeron por un momento, me parecía haberlos visto en alguna parte.
De pronto, él me empujó fuertemente haciendo que cayera al suelo, me tomó por los brazos y me arrastró hasta el lugar donde estaban los otros tipos.

Todos esos hombres se colocaron alrededor de mí, el tipo del pasamontañas me amarró a un poste de luz, el cual estaba dañado, que se encontraba en ese oscuro callejón.
En ese momento, comenzó a llover fuertemente, rayos caían en diferentes partes de la ciudad, la fuerte brisa movía los árboles y los techos de las casas.

-Nada mejor que esta rica lluvia para alegrar este momento -Dijo el tipo al que golpeé en sus partes íntimas.

-Bienvenida, pequeña -Dijo el tipo del pasamontañas.

-¿Quienes son? ¿porqué me tienen aquí? -Pregunté mirándolos a todos

-Pronto lo sabrás, no te apresures, todavía nos queda mucho tiempo -Respondió el chico del pasamontañas-. Harás todo lo que nosotros queramos, ¿esta bien? -Preguntó mientras se agachaba y pasaba su mano sobre una de mis piernas.

-Ni loca -Dije después de escupir su mano.

Se limpió la mano con su pantalón, le hizo señas a algunos de los otros tipos los cuales salieron corriendo hacia la calle.

-Tú hiciste que grandes cambios ocurrieran en mi vida. Eso te lo agradezco, eres muy especial para mí pero te metiste con quien no debías, él no es la persona que crees -Dijo mirándome fijamente.

-¿De quién estás hablando? -Pregunté.

-Él no es quien todos piensa que es, él no es bueno para ti, nunca pensé que estarías con él... no quiero hacerte daño pero eres la solución a mis problemas.

-No sé de quien estás hablando.

-Si lo sabes pero yo te haré ver lo peligroso que es él.

At The Wrong Time [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora