La Vieja Casa de los Houston

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Gianna

Por fuera era una casa tenebrosa pero por dentro era acogedora, estaba bien arreglada y limpia, nada comparado al exterior. Alguien habitaba ahí, había comida en el refrigerador, libros, floreros y muebles en buen estado. Había una escalera al lado de la puerta principal, una pequeña televisión, un cuadro de un paisaje muy hermoso y debajo de esta una chimenea. Todos los muebles eran antiguos, las paredes y el piso daban a entender que la casa ha permanecido allí por mucho tiempo. Luna encendió una lámpara que alumbraba gran parte de la sala y la cocina, los tres recorrimos cada parte de la casa.

Recorrí cada rincón de la sala, los muebles estaban recién limpiados, alguien había estado allí antes que nosotros. Mi vista recorrió todo el lugar pero se detuvo al observar un pequeño cuadro sobre la chimenea, era de una familia la cual imagino que permaneció allí antes. Estaba un hombre de unos cincuenta años, con el cabello negro y vestido elegantemente, la mujer, la cual pienso era su esposa, lucía un vestido color lila que llegaba hasta las rodillas y un hermoso peinado, ambos lucían elegantes y serios. En cambio sus hijos lucían elegantes y alegres, parecían gemelos; pero en el cuadro también se encontraba una pequeña niña, con un vestido acampanado  color rosa y su cabello suelto hasta los hombros, lo que la distinguía eran sus gafas y su rostro entristecido. En el marco de la foto decía: "Familia Houston -1980"

El rostro de la niña me intrigaba, a lo mejor había sufrido mucho en esos tiempos. Los tres nos dirigimos hacía la escalera, el ruido desapareció cuando entramos a la casa pero decidimos subir para ver que encontrábamos allí. Ni pusimos el pie en el primer escalón cuando la luz se apagó de repente, incluso la luz de la chimenea comenzó a debilitarse. La puerta se cerró y escuchamos un ruido desde la parte superior.

No estábamos solos.

Caminamos lentamente hasta la cocina y nos colocamos detrás del mostrador, de pronto la luz de la chimenea se apagó. Se escucharon pasos en la escalera, eran muchas personas.

-¡¡Mi pulsera!! -Gritó Luna.

Inmediatamente George le cubrió la boca con su mano, el ambiente se tornaba silencioso y peligroso.

-Maldición, ¿porqué entramos? -Pensé.

De pronto se encontraban en la sala alrededor de diez personas, murmuraban algo que no lograba entender.

-Tenemos que encontrarlo, va a querer vengarse por lo sucedido -Dijo un hombre de voz seria y fuerte, a lo mejor era de esos que parecen Hulk  por sus enormes músculos.

-Estudia en el mismo colegio que nosotras, no es popular pero tampoco es un nerd, es alguien común y corriente -Dijo una chica, su voz me parecía familiar.

-Si pero es una persona muy educada, no es como nosotros, se ha ganado el respeto de todos los profesores -Dijo otra voz femenina que también me resultaba familiar.

-Se dice que su madre le dejó todo a él, era su único hijo. Todo, absolutamente todo. La empresa, las joyas, los autos, todo -Dijo una voz masculina desconocida.

-Si logramos obtener todo eso, podremos volver a hacer los de antes, así tu padre no habrá muerto en vano -Dijo otra voz femenina que me parecía muy familiar... era ella, era la voz de Alex.

No entendía el por qué Alex se encontraba ahí, no sabía de que estaban hablando. Los tres estábamos sudando de los nervios, esta gente se notaba que era peligrosa.

-Por culpa de él mataron a mi padre. Él mismo fue el causante de la muerte de su madre, él sabía las consecuencias -Dijo otra voz masculina que me sonaba muy familiar-. Dile a Ryan que baje junto a el viejo ese, nos encargaremos de él aquí.

De pronto se escucharon unos pasos en la escalera, los otros murmuraban algo que no lograba entender. Al rato llegó Alex junto al tal Ryan y se escuchó un gran estruendo en el suelo, no podíamos ver absolutamente nada, ellos hablaban tranquilamente como si toda la sala estuviera iluminada.

-Por favor, no me maten, se los ruego -Decía un anciano de unos setenta años.

-Mira, si no hubieras hablado con la policía por ese incidente que tuviste junto a unos de mis amigos, no estuvieras aquí -Decía la voz masculina que me parecía haberla escuchado en alguna otra parte-. Gracias a ti ellos ahora están muertos, si no lo sabías, ellos fueron asesinados por los policías esa misma noche.

-Fueron los policías, no yo. Ellos habían robado en mi tienda anteriormente, no podía quedarme callado -Dijo el anciano.

-Pues...lo siento mucho, viejo. A veces es mejor callar, si hablas nunca sabes lo que puede pasar.

-No, por favor no, ten compasión, por favor -Decía el anciano mientras lloraba desconsoladamente.

De pronto se escucharon varios disparos, mi corazón latía muy rápido, había estado presente en un asesinato, en algo muy cruel. No conocía al anciano, pero no debía morir de esa manera. Lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas, pude notar como a Luna le pasaba lo mismo. No podíamos salir de allí, mi madre debía estar muy preocupada por mi. Los tres intentamos tranquilizarnos y tratar de mantener la calma pero apareció una cucaracha por la pared, Luna le tiene fobia a esos insectos.
Comenzó a moverse desesperadamente intentando no hacer ningún ruido cuando de pronto apareció otra cucaracha en el mostrador, detrás de ella.
Inmediatamente cubrí su boca con mi mano pero ella no pudo evitar retroceder hasta estar lo suficientemente distante de ese insecto, chocando con una silla de la mesa de la cocina.
Luego surgió un silencio misterioso en toda la casa, volvimos a acomodarnos detrás del mostrador pero ya era tarde.
Nos descubrieron.




At The Wrong Time [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora