—Oye, Sakata —me llamó repentinamente, interrumpiendo mis pensamientos.
—¿Hm?
—Yo... — pareció dudar por un momento— . Te quiero.
—Oh... No, no, no... — empecé a gesticular con las manos de forma nerviosa— . No digas esas cosas. Voy a acabar sonrojado.
—Hmph...— suspiró como si acabara de oír una locura— .¿Qué pasa ahora? ¿Te has convertido en una de esas colegialas tímidas que se sonrojan cuando su Sempai les presta atención? Déjate de actuaciones — ordenó con esa mirada frívola clavada sobre mí.
—¿Aaahh? — me quejé por sus palabras—... ¿Has bebido antes de venir aquí, no es así? Debes estar borracho.
—No he bebido— me aclaró. ¿Hacía falta ser tan seco?—. Hoy estoy de turno.
—Hm... Pues si no hay alcohol... — me paré a pensar, apartando la vista tan rápido como me fue posible. Empezaba a hacerme sentir aún más incómodo con la situación si seguía mirándome de esa forma— . ¡Oh, sí! ¡Mayonesa! ¡Eres el Príncipe Mayonesa! Debes de haber tomado demasiada mayonesa y por eso dices esas cosas. ...Sí, debe ser eso. ¿Verdad, Mayo?
—No he tomado mayonesa antes de venir aquí, Gintoki. Hace horas que hemos comido —se mantuvo en silencio durante pocos segundos—. Además... Nunca se puede tomar demasiada mayonesa. No hay límites de ningún tipo para eso.
¿Que no hay límites? ¿Que no? ¿Con la mayonesa?
¿Pero tú has visto bien tu comida?
¡Eso ni siquiera puede considerarse comida!
¡Es un 99% mayonesa y un 1% de algún alimento complementario, que seguramente también lleva mayonesa en su composición!—¿Ah, no? Anda ya, mayo. No hay otra explicación, mayo. Sino no me dirías cosas tan bonitas, mayo.
—Deja de decir eso —se quejó con una voz irritada, pegando nuevamente sus húmedos labios a los míos—. Es molesto.
Hijikata ejerció fuerza en ambos brazos, obligándome a acercarme a él nuevamente.
Parece que realmente quiere que estemos pegados el uno del otro.
Qué tipo más extraño...Es como si aún fuera Tosshi, el inútil — y tremendamente tímido— otaku obsesionado con el manga, el anime, el merchandising 2D y 3D y las ídols.
Quizás me estaba tratando como a una de esas almohadas con una imagen impresa en ella para que la gente haga cosas pervertidas...
Ugh. Ese pensamiento me hizo estremecer. Inconscientemente estiré mis brazos y acabé colocándolos sobre los hombros de Tosshi.
Creo que malinterpretó mis movimientos, porque estoy notando algo indecente ahí abajo.
Anda ya...