Seguía estirándome de la muñeca. Parecía estar ansioso de alejarse del parque de atracciones tan rápido como le fuera posible.
Fue sólo cuando habíamos salido ya de ahí, que decidió bajar el ritmo. Se detuvo por un momento, quizás para asegurarse de que no me estaba agotando por sus estirones.
Seguía, sin embargo, sujetándome con la mano derecha. Estaba de espaldas a mí, pero tras un silencio sepulcral por nuestra parte, se giró para darme un tímido y breve beso en la mejilla.Reanudó el paseo, esta vez con más calma, por lo cual pude distraerme mirando los alrededores sin temor a que el brazo se desmembrara de mi cuerpo en cualquier momento.
Después de un rato llegué a aburrirme de ello, limitándome esta vez a observar la espalda de Hijikata, parando especial atención a la textura del kimono que vestía, y a su oscuro pero verdoso cabello.
Debo decir que tiene una buena espalda: ancha, corpulenta, bien definida. A pesar de que ahora mismo la recubría el kimono...
Sin darme cuenta, habíamos llegado ya a donde se le hubiese ocurrido a él. Levanté la mirada tras percatarme de que se había detenido, pudiendo distinguir un edificio de estilo más bien clásico.
Espera, ¿qué es esto?
¿Un burdel?
…Nah. No se ve tan lujoso como para ser un burdel.
A menos que sea uno muy barato y... ¿Casero?…¿La mafia?
¿Qué demonios tendrá que ver Hijikata con la mafia? No, no. Imposible.
Si hubiese un corrupto, ese sería Okita-kun. Sin duda.—¿Dónde estamos? —pregunté curioso.
—Éste es el hogar de Mayo 13 —murmuró Hijikata—. …Quiero decir, mi casa —rectificó, ladeando la cabeza hacia atrás con tal de poder verme—. Vamos.
Emprendió nuevamente el paso, llevándome con él al interior del edificio.
Ni siquiera me dejó quitarme las botas yo solo. Lo hizo él. Como si fuera un crío.
Volvió a sujetarme de la mano y me llevó a una habitación, que di por hecho que debía ser la suya.
No creo que comparta la casa con nadie que no sean él y su espada.
Había una camilla, con un radiador en el interior, todo muy clásico. Casi parecían pertenencias samurai, rediseñadas para un militar.
Me pidió que me acomodara.
Tras sentarme cerca del radiador, Hijikata se me acercó, me besó la frente con cierto nerviosismo y me dijo que esperara. Entonces se fue a otra habitación.¿Es esto una cita o algo así?