XXXI

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Me sentía cada vez más molesto conmigo mismo.
Mis pensamientos no paraban de recordarme que no había sido capaz de lograr que Zura pudiera ganar ese dichoso premio a pesar de sus esfuerzos y de haber puesto toda su confianza en mí.

Apenas era capaz de prestar atención a los fuegos artificiales mientras veía a Zura marcharse con la cabeza baja.

Me rasqué la cabeza y traté de mirar hacia otro lado.

No pude evitar suspirar.

Sin embargo fui capaz de ver al tipo que había ganado el concurso.

"Y el ganador es... ¡Qué sorpresa! ¡Mi propio sobrino!"

Sorpresa mis huevos.

Puto niño de papá. Lo tienen mimado al inútil niño rico.

Claro.

Quién más iba a ganar.

Fruncí el ceño, y le miré mal mientras alardeaba de su maldito premio delante de sus "amigos".

Capullo.

Zura debería ser quién estuviera alardeando de su merecido premio.

No ese gilipollas.

Me levanté bastante molesto y me acerqué hacía él.

—Oi.

—¿Ah? ¿Quién es éste abuelo? —se hacía orgulloso.

—Dame ese premio —ordené.

—¿Un ladrón? —preguntó extrañado uno de los idiotas que le acompañaban.

—¿Por qué iba a hacerlo? —quiso saber el niño de papá.

—Porque eres escoria —contesté y le arranqué el trofeo de las zarpas—. Ni siquiera te gusta Ninten**.

El niñato trató de recuperarlo para mantener su aspecto de tío guay. Al menos eso intentaba.

A decir verdad se veía realmente patético.

Bastante cabreado estaba ya como para que viniera un crío a tocarme las narices.
Les di una patada y a tomar por saco.

Me fui irritado, con paso firme, hacia el camino por que se iba Zura.

Aún seguía vagando como un alma en pena.

—¡¡ZURAAAA!! —le llamé a gritos para que me hiciera caso.

Inmediatamente lancé el premio hacia él.

—¿Ah--

Le golpeó en la frente y la fuerza del impacto lo tiró al suelo. Empezó a retorcerse de dolor, pero poco me importaba. Lo importante era que había arreglado las cosas y ya no tenía por qué sentirme culpable.

Estúpido Zura... Me hace ir a un dichoso concurso de buena mañana, pierdo el tiempo tratando de seguirle los pasos a pesar de no saber qué demonios debo hacer, me hace sentir como un inútil porque no logramos ser los primeros; y para colmo, tengo que gastar mis fuerzas en mandar a la mierda a unos críos petardos sólo para que esté animado y yo deje de preocuparme por él.

No sé qué es peor, si estar con Zura o con Hijikata...

En definitiva los dos son un peligro para mi integridad.

Yorozuya Gin-chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora