Qué espléndido y magnífico título se me ha ocurrido.
No hay nada mejor que la mayonesa para celebrar una fiesta.Hoy es Hallow---
Digo.... Hoy es Mayoween. Sí, Mayoween. Habéis leído bien.
Esta vez el que tiene el protagonismo soy yo, Toshiro Hijikata.
Que por si no lo sabíais, yo iba a ser el verdadero protagonista de Gintama.Estúpido Gorila-Sensei, si me hubiera dejado a mí como protagonista y no me hubiera sustituido por el abuelo de Gintoki, nunca habríamos tenido problemas de presupuesto. Y sería un buen programa, no la basura que es.
En fin.
El Gorila acosador y yo hemos decidido que todo el Shinsengumi tendrá vía libre para divertirse, así que están todos ocupados con sus disfraces y planes con amigos —y probablemente con bellas damas de compañía también.
Eso no sería un problema si no fuera porque ese maldito gorila acosador debe de tener planeado ir a molestar a la "pobre" hermana del crío de gafas, eh... ¿Kenpachi? No, no... Ese es el de Bleac*
Bah, no es que su nombre importe mucho.
El caso es que lo más probable sea que el idiota éste arruine mis planes y yo acabe vigilándolo durante toda la noche.
En cuanto a mi disfraz...
Estoy seguro de que a nadie más se le ha ocurrido vestirse como yo.
Y no me sorprende.
Suficiente hay con que haya un sólo Sakata Gintoki en el mundo como para que todos se disfracen como él en Hallo--... Mayoween.Porque, hablando enserio, ¿hay algo más terrorífico que ser un canoso inútil que se saca los mocos como si nada?
Efectivamente, no hay nada peor que eso.
Por tal razón, hoy voy vestido como ese estúpido Yorozuya que no hace otra cosa que causar problemas.
Sougo ha preferido vestirse de Jason. Ese tipo de la máscara de hockey y el machete.
Por desgracia no creo que eso sea un disfraz. Él siempre tiene esa cara de pocos amigos y se pasa el día intentando matarme. Sí, usa un bazooka en vez de un machete, pero la intención es la misma.Está igual que siempre.
Kondo tampoco necesita realmente un disfraz. Es un gorila. Y un acosador. Con eso basta y sobra.
En fin.
Preferí salir a dar una vuelta antes de que Kondo decidiera empezar a ponerse en modo acosador con esa "pobre" chica.
Encendí un cigarrillo con mi bonito mechero con forma de bote de mayonesa, y eché una calada, tras lo cual lo dejé entre los labios.
Pretendía poner las manos en los bolsillos, pero este traje no tiene.¿Cómo demonios se las apaña este tío para ir sin bolsillos? ¿Dónde acomoda las manos?
Sólo puedo colocar una mano sobre el kimono. La otra queda suelta.Qué cosa más molesta.
Las calles están llenas de decoraciones y pequeñas tiendas, con lámparas tradicionales iluminando por todos los rincones.
¿No se supone que es Mayoween? Esto parece la fiesta de año nuevo.
Bah.
Seguí dando el paseo, ojeando de vez en cuando los objetos que pretendían vender a la gente desesperada que aún no tenía disfraz, o a los turistas o a quién fuera.
También habían puestos de comida. Esos estaban a rebosar de gente hambrienta.
No estaba prestando demasiada atención a la calle, así que acabé chocando con alguien.
Qué bien empieza la tarde...
—¡¡Eh, ten más cuidado de por dónde andas!! —se quejó una voz que me resultó desagradablemente familiar.
—¿¡Y qué hay de ti!? —repliqué, girándome hacia la persona.
Ese tipo...
Su ropa...
¿No es ese...
…el uniforme...
…del Shinsengumi...?
Tuve que levantar la mirada.
¿¿¿Bromeas???
¿¿Tenía que ser éste idiota??
—Espera un momento, ¿¡por qué vas vestido como yo!? —se enfadó al ver mi disfraz.
—¡¡Lo mismo querría saber, Yorozuya!! ¿¡Acaso crees que mi uniforme sirve como disfraz!? ¿¡Ah!?
—¡Pero si tú vas vestido como yo! ¡Es lo mismo!
—¡Yo soy la Policía, no es lo mismo! ¡Pienso detenerte y llevarte al cuartel de inmediato! —amenacé, rebuscando las esposas en ese dichoso traje.
¿¡Cómo demonios encuentra este idiota las cosas que guarda en esta estúpida ropa!?
—¿Necesitas ayuda, Hijikata-kun? —preguntó otra voz conocida, tras lo cual se oyó un pequeño chasquido.
—¿Eh? —me giré desconcertado—. ¿Sougo?--
—¿Okita? —repitió Gintoki.
—Hola, jefe —saludó al Yorozuya—. ¿Por qué va disfrazado de Mayora 13? ¿No es bastante para mí verlo cada día? Hoy no pretendía tener que verle la cara a Hijikata-kun —me miró—. ¿Por qué no te mueres ya?
—Eso mismo me pregunto yo —añadió el Yorozuya.
—Y porqué no os morís vosotros dos... —murmuré irritado—. Espera, ¿acabas de esposarnos? —pregunté tras darme cuenta de que tenía algo alrededor de la muñeca.
—¿No era eso lo que ibas a hacer, Hijikata-kun? Tan sólo quería ayudar.
Ayudar mis huevos.
Éste sólo quería joderme la vida.
—Sí, sí... —asentí desganado—. Vamos al cuartel.
—Vaya forma de amargarme el día —musitó Gintoki.
—Cállate de una vez —ordené.
—Aw, qué adorables son el jefe y Hijikata-kun —empezó a sonreír con esa maldita cara de sádico—. Bueno, será mejor que os deje solos —apoyó la mano sobre mi hombro y se despidió del Yorozuya, marchándose.
Será hijo de...
—¡Ah! ¡Se me olvidaba! —reapareció Okita.
—¿Y ahora qué? —murmuré.
—Ya se que ambos sois demasiado tímidos como para hacerlo por vuestra cuenta —comentó, empujándonos el uno hacia el otro—. Bien, ¡nos vemos, jefe!
Un beso.
Un maldito beso.
Por culpa del estúpido Shougo.