¿Estaba lista? Claro que no lo estaba. ¿Quería hacerlo? Eso claro que era fácil, sí.
Termine de alistarme y me senté en la cama.
¿Con qué cara la miraría al llegar? ¿Cómo me miraría ella después de lo que le diría? ¿Cómo se lo diría? ¿Qué demonios le diría?
¡A la mierda! ¿Y si mejor me tiraba desde la ventana y me saltaba la explicación?
Por todos los demonios que me siguen. Tengo más sombras en este momento que Grey en toda su mísera vida de hambruna y la perra adicta al crack que lo dio a luz.
¿Porqué lo pienso tanto? Cuanto necesitaba a la antigua yo en ese instante. Aunque, si la usaba, terminaría como la santa puta que me parió de su hoyo negro llamado vagina.
Que estrés ante. No he dicho palabra alguna a nadie en hora y media, pero por fin Niall entro al cuarto. Esperen, Niall ¿Qué pasaría con nosotros? ¿Nos quedaríamos aquí? ¿Y mi vida en Irlanda? Tanto cambió de acento me marea, más que el alcohol.
-¿Ya estas?- Se sentó a mi lado.- Vaya que te ves mal.
-No...estoy segura de nada.
-Explicate.- Suspiré. Tome sus manos, como si él fuera el estresado.
-No se qué pasará. Con mi vida allá en Irlanda, con nosotros, con...Claire. Duende me siento como una zorra barata.- Sentí una rabia incontrolable hacia mi misma en ese momento. Agradecí que mi rímel era resistente a agua, porque ya sentía como se me inundaban los ojos.
-Si no estas segura, cariño, no lo hagas. No hay prisa, no para _____.-Sonreí.
Paso su dedo pulgar por mi ojo suavemente borrando rastro de lágrima.
-¿Sigo gustandote, Niall?
-Aha. ¿Porqué la pregunta, cielo?-¡Oh, claro! ¿¡Y ahora porque este tipo me habla así!? No me aporta, en lo absoluto.
-No hagas eso.
-¿Qué cosa?
-Me confundes "cielo, cariño" ya y hasta parezco la sra.Horan y...dijiste que lo nuestro no era algo serio.
-Creo que yo también tengo sentimientos, preciosa, muy fuertes hacía ti. No te amo, tú no a mi, pero esto no impide que haya celos en un rincón de mi mente.- ¡Si Claire fuera la del triángulo amoroso, yo no tendría que pasar por esta porquería! ¿Quien es el controla mi vida? ¿Yo? Pues bien, me las arreglare conmigo _____....
Ya sólo me faltaba que Harry viniera y se me declarara. ¡Oh! No tengo que ponerme más ladrillos en la espalda. Ni pensarlo.
-Yo también le tengo celos a Claire. Eres cómo mi hermano, pero el más sexy y tierno de todos. Me da una rabia ver que esa pelirroja de mierda se queda con todo. Este monopolio no es justo, creo que el banco me esta estafando. Me faltan muchas propiedades.- Rodo sus ojos. Ok, me pongo muy estrés ante con mis metáforas patéticas.
¿Alguien se da cuenta de lo que me pasa? Yo no uso ese vocabulario, bueno, usaba.
Esa putada la saque de un juego de tablero, ni siquiera me interesa saber que es un maldito monopolio.- Adivina quien ha vuelto.- Dije en mi mente.
Oh sí. A la mierda todo esta historia se repite.
Niall esperaba una respuesta de mi parte, no dije nada, sólo me tire sobre el y lo besé descontroladamente. No quería corresponderme, pero cuando logre que mi lengua entrara en su boca, cedió.
-¿Qué estas haciendo? Debemos irnos.- Sonreí. Aunque por dentro tenía culpabilidad. Me pesaba más que los cinco ladrillos que cargaba hace un rato. Ahora eran más de 10.000. Me estaba pesando yo sola con toda mi porrada.
-Al coño Niall, dime que tú estas muy emocionado por decirle a Claire que estuviste a favor de arruinar su asqueroso matrimonio.
-¿No amas a Zayn?
-¿Qué si no lo amo? Lo amo más que a la zorra de mi madre. Pero tengo miedo de perderte a ti y a Claire.
-Los perderás a todos si haces esto.- Como tenía razón.
¿Qué carajo estaba haciendo? Sentía que mi cerebro se dividía en un debate entre el sí y el no y yo, la propia dueña de este, estaba en el medio, siendo jalada por ambos polos.
Pero debía decir basta. Uau! Que maduro sonó eso. Me repugno.
-No haremos nada malo, ¿entendido?- Me reprocho.- No invocaras al demonio.- Se refería a mi otra yo.- No te dañarás por una estupidez.- Cero huidas con intentos suicida.- Y yo estaré hasta en el infierno contigo, ¿entiendes?- Me beso cortamente en los labios y se levantó.
Me extendió la mano, yo me crucé de brazos y ladeé mi cabeza.
-¿Eso quieres niña rebelde?- Me levantó sobre su hombro y me llevo hasta el auto.
Nos morimos de la risa, pero cada vez que el camino se nos hacia más corto, menos ideas tenía para acabar con esto...