Capítulo 31- Secuestro

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Me bañé y cambié, poniéndome ropa normal, para luego cambiarme.

Escuché un grito y fui a ver lo que sucedía.

Fui corriendo a la habitación donde están Lucía y Victoria.

-¡¿Qué sucede?!- pregunté.

Todos llegaron a la puerta de la habitación.

-Me quedé sin spray fijador para el pelo- dijo Victoria, algo triste.

-Yo tampoco tengo- dijeron las chicas inhumanas.

-Nosotras no utilizamos esa cosas rara- dijeron las chicas creepy's.

-Pensé que había una urgencia, pero no importa- dijeron los chicos y se fueron (menos Julián y Tomas).

-Yo no utilizo fijador- dije-. Esperen 5 minutos, que voy a comprar.

-Te acompaño- dijeron Tomas y Julián a la vez, caminando hacia mi.

-No- dije y los dos se detuvieron en seco, algo confundidos-. Solamente voy a comprar spray, no voy a escaparme ni nada... No me pasará nada.

-Está bien...- dijeron, algo tristes.

Salí corriendo de la habitación para ir a la mía.

Abrí un portal y fui al bosque, donde caminé hasta el centro comercial, tarareando una canción que me gusta (canción en multimedia).

Fui a la farmacia más cercana y entré.

Compré un "spray fijador Roby normal", ya que es el mejor calidad y que tiene más resistencia.

-Disculpe...- dijo una señora, que conozco muy bien.

Me di la vuelta.

"¡M&3rd4!"- pensé.

Esa señora, es mi madre biológica... Y por su vestimenta, parece que trabaja aquí.

-¿Isabella?- dijo la señora.

-Señora, se confunde de persona- le dije.

María, me agarró el brazo y me corrió la manga de mi remera, para ver mi muñeca, donde tengo tatuado los signos de "retroceder" "reproducir" "pausar""siguiente" "pasar rápido"  "al lazar"(el tatuaje me lo hice a los 10 años, en el Instituto de la Mafia, ya que a esas edad, es normal tener uno que otro tatuaje (tatuaje en multimedia)).

-Isabella... Hija, no tienes ni idea de cuanto nos costó tu partida...- dijo la señora.

-Señora, se confunde de persona... No soy Isabella- dije.

La señora me miró preocupada.

-Señora María Delgado, vuelva al trabajo y deje a la cliente en paz- dijo la jefa de mi madre biológica, acercándose a nosotras.

-¿No eres Isabella?... Lo siento... Usted se parece tanto a mi hija- dijo María y se alejó de mi, para volver al trabajo.

-Lo siento mucho... Esa mujer perdió a su hija hace tres años y la sigue buscando hasta el día de hoy- dijo la jefa de María-. Ella tuvo un gran problema y al parecer, usted se parece mucho a las descripciones de la hija de la señora María...

-Lamento no ser a quien buscan- mentí, ya que no lamento nada.

-Bueno, no importa... Disculpe la interrupción... Para su próxima compra, le daremos un descuento del 25%...- dijo la señora pero la interrumpí.

-No pasa nada... Y no es necesario... Hasta pronto- dije y me fui.

"Zafé... Por poco"- pensé.

Empecé mi caminata hasta el bosque, pero sentí que alguien me agarró de la muñeca.

Me di la vuelta y miré quién es el o la que me agarra mi mano, sin mi permiso.

-¿Isabella?- preguntó la persona que me agarró mi mano.

Miré a la cara a la persona que me agarró la mano... Es Matías.

-Se confunde de persona- dije.

Intenté zafarme, pero lo único que logré es que apretara más el agarre.

-Tengo que hablar contigo, jovencita mentirosa- dijo de mala manera.

Matías, me puso unas sogas en las manos y me tapó la boca. Me arrastró hasta un auto, donde me empujó dentro, obligándome a entrar.

-¡Alerta morado! ¡La tenemos!- dijo Miguel, en un wokitoki-. ¡Repito! ¡Alerta morado! ¡La tenemos!

Toda mi familia biológica (menos mi madre) entraron al auto.

Rápidamente condujeron a algún lugar.

Intenté escaparme, pero no pude, ya que las sogas tenían algo, que me quema.

Cuando el auto paró, me obligaron a bajar... Estamos en la mansión donde sufrí por años.

Me inyectaron un líquido color negro.

Cerré los ojos... Todo estaba color negro.

Continuará...


Editado: 03/01/2019

La Reencarnación de la Princesa HíbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora