Capítulo 43- Nuevas cosas

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-Juliana, Julián y Tomas... Tengo que pedirles una cosa, muy importante para todos...- dijo la directora.  

-¿Qué sucede?- pregunté.

-¿Hicimos algo mal?- dijo Julián.

-Juro que no maté a nadie- dijo Tomas, dejando su cuchillo sobre la mesa, para luego levantar las manos, mostrando que no tiene nada.

-No hicieron nada malo...- dijo la directora y los tres suspiramos aliviados-. Pero, tienen que guardar sus armas y no dejar que los demás estudiantes las vean... Hace unos siglos, la primera Juliana, por así llamarle, salvó a todos de los cazadores que nos estaban atrapando muy rápidamente... Esa Juliana nos salvó, pero a algunos les quedaron traumas... Tuvimos que poner un psicólogo, ya que la mayoría tenía traumas importantes sobre ese día... Por eso les pido, por favor, que guarden sus armas y no las saque nunca, mientras estén en esta institución.

-No hay problema- dijimos los tres.

-Se los agradezco mucho- dijo la directora-. Que disfruten la tarde... Y más tarde, por favor, vayan a la dirección, tenemos que hacerles los uniformes y darle sus horarios... Supongo que querrán estar los tres juntos ¿O me equivoco?

-Está en lo correcto- dije.

-Bien- dijo ella-. Nos vemos más tarde.

-Hasta pronto- dijimos los tres.

-¿Utilizaremos uniformes?- preguntó Tomas.

-Al parecer si- dije.

Los chicos se quejaron.

-Pensé que ya se había acabado la época del uniforme- se quejó Julián-. Espero que no sean tan incómodos como los de la Mafia.

-Nunca me han gustado los uniformes- se quejó Tomas.

-Le daré una oportunidad al uniforme... Aunque lo odie con toda mi vida- dije-. Cualquier cosa, los acomodaré, para que estemos más cómodos y a gusto.

-Buena idea- dijeron los dos.

Terminamos de comer, fuimos a nuestras habitaciones y dejamos las armas que se ven a simple vista.

Fuimos a la dirección en busca de todo lo necesario.

La directora, nos recibió (otra vez) con una gran sonrisa y agradeciéndonos por dejar las armas en las habitaciones.

Llamó a una chica y nos tomaron las medidas para hacer el uniforme.

Al terminar, nos dieron nuestros horarios.

-Mañana a la mañana, les llevaremos sus uniformes a sus habitaciones, así se cambian y van a clases- dijo la directora.

-Ok- dijimos los tres-. Hasta mañana.

Salimos de la dirección. Ya era de noche.

-Wow... Qué rápido pasa el tiempo- dije.

-Creí haber pasado toda una eternidad dentro de ese lugar... ¿Seguiremos en el mismo año que al entrar esa mini-prisión?- dijo Julián.

Miré mi celular.

-Son las 9:30PM...- dije-. Por suerte, no viajamos al futuro ni nada, seguimos en el mismo año, mes y día.

-Vamos a cenar...- dijo Julián-. Tengo hambre.

-Vamos- dijimos los tres.

Empezamos a caminar, para ir a la cafetería, pero nos perdimos en el camino, ya que Julián dice que era hacia la derecha, Tomas dice que es hacia la izquierda, yo digo que es hacia adelante... Pero al final, era hacia atrás.

Al llegar a la cafetería, eran las 10PM.

Nos reímos por lo sucedido.

Buscamos nuestra cena y nos sentamos en una mesa del fondo de la GRAN cafetería (literalmente había espacio para 27 mil personas (ese es el número exacto)).

Cenamos entre risas.

Al terminar, cada cual fue a su habitación.

En la cena, habíamos hecho un reto.

El reto, consiste en estar el mayor tiempo posible encerrados en cada cual su habitación sin salir de esas cuatro paredes (al menos que sea ir al baño, eso está permitido).

Queremos comprobar, cuanto tiempo podemos pasar sin estar en contacto uno con otro.

Esto es MUY MUY MUY complicado, pero hay que aguantarse.

Esta será una noche diferente... Por primera vez en 3 años, dormiré sola otra vez, sin Tomas o Julián.

Por suerte, me dormí rápido, pensando en el día de mañana.

Continuará...


Editado: 03/01/2019

La Reencarnación de la Princesa HíbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora