Luego de que mi madre elogiara mi nuevo look, Sebastian me acostó en el suelo, donde hay un símbolo (parecido a una estrella) dibujado en color negro.
-¿Dónde quieres el sello del contrato?- dijo Sebastian.
-No lo quiero- dije, intentando levantarme, pero es como si algo me estuviera obligando a permanecer en el suelo.
-Lo lamento, en ese lugar no se puede, elige otro- dijo Sebastian.
-En algún lugar poco visible y que quede bien- dije.
-Está bien...- dijo Sebastian-. Quizá esto te vaya a doler.
Después de eso, solo vi a Sebastian diciendo unas palabras en un idioma extraño...
Luego de eso, dejé de ver, pero sentí como si algo me estuviera quemando la piel en el cuello.
Grité del dolor.
-Ya puedes abrir los ojos y levantarte- dijo Sebastian.
Abrí los ojos... Estoy en el patio trasero de mi casa... Nada a cambiado.
Sentí dolor en el cuello.
Llevé mi mano al cuello, pero Sebastian me detuvo.
-No toques el sello del contrato, aún está fresco y te dolerá- dijo Sebastian.
-Ya me está doliendo ahora- dije.
-Ven... Vamos a su habitación, así se cambia de ropa- dijo Sebastina y me cargó como si fuera una princesa.
-¿Por qué me cambiaría de ropa?- pregunté-. ¿Qué tienes en contra de mi ropa?
-La ropa que tiene puesta ahora, no es adecuada para una princesa como usted... Y no voy a permitirme que siga así- dijo Sebastian.
Me bajé de un salto, de los brazos de Sebastian.
-¿Qué acabas de decir?- le pregunté, muy indignada.
-No permitiré que siga utilizando esos harapos... Habiendo tanta variedad de ropa, usted sigue utilizando lo mismo de siempre- dijo.
-Me estás ofendiendo- dije-. ¿Qué tiene de malo mi vestimenta? Son solamente unos jeans negros rajados y una remera roja... ¿Qué tienes en contra mio?... ¿Tanto te molesta que esté con mi hermano y mi novio? ¿Acaso estás celoso y por eso, quieres cambiarme? Lo lamente, pero nunca cambiaré...
-¿Qué cosas estás inventando? Yo no estoy celoso... Solamente quiero que te cambies de ropa, ya que, los harapos que utilizas como supuesta ropa, no es digna de una princesa, como usted- dijo-. Ahora, vas a cambiarte de ropa.. ¿Quieres ir por voluntad propia, o a la fuerza?
-No pienso cambiarme de ropa- dije.
Sebastian, me agarró de la cintura y me colocó en su hombro, como saco de papas.
Me arrastró hasta mi habitación y me encerró en el baño.
-No tienes estilo- escuché que dijo Sebastian.
Me miré al espejo...
No estoy mal vestida.
Estoy utilizando unos jeas negros rajados, una remera roja y mis zapatillas negras... No entiendo que tiene de raro eso.
-Tendré que tirar ropa- dijo Sebastian.
-¡NO!- grité-. ¡NI SE TE OCURRA!
-No te quejes... Será por tu bien- dijo Sebastian.
Escuché ruidos raros, como cuando me enloquezco y empiezo a sacar ropa a lo loco del armario.
-¡NO TE METAS CON MI ARMARIO!- grité-. ¡NO TE ACERQUES!
Se que los gritos son en vano, pero va a ser mejor morir luchando que morir sin haberlo intentado.
Puede que en la escuela, tenga la mitad de la ropa de mi armario, pero la mitad más importante, está aquí... Y ahora, se irá, culpa de Sebastian.
Empecé a llorar en silencio.
-Todo estará bien...- me susurró una voz que amo, en mi oído.
-No hay nada que temer...- dijo otra voz, que la reconozco en cualquier lugar.
Miré detrás mio, están Tomas y Julián.
Los abracé a los dos.
-Ahora, vayámonos, antes de que Sebastian nos encuentre- dijo Tomas y abrió un portal.
Antes de que logremos pasar, alguien me agarró el brazo, impidiendo que me vaya.
Me di media vuelta y vi...
Continuará...
Editado: 03/01/2019
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La Reencarnación de la Princesa Híbrida
FantasyEsta es la segunda temporada de "La Princesa Híbrida". Esta historia es más corta que la primera temporada. Espero que la disfruten y no me maten, por hacer el final que hice en la primera temporada. ¡Hola! Me llamo Isabella y te invito a que lea...