Capítulo 49- Sebastian

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Todo iba perfecto, hasta que alguien tocando la puerta, interrumpiendo la conversación.

Abrí la puerta y es Sebastian, que al verme, se sorprendió.

Sebastian estaba con su ropa de mayordomo (la última vez que lo vi, llevaba el uniforme).

-Señorita... ¿Qué le ha pasado?- dijo Sebastian.

-Una poción de Slenderman- dije.

-Awww... Que tierna se ve- dijo Sebastian.

-Si quieres pasar, pasa... Pero cierra la puerta- dije, volviendo con mi amigo y mi novio.

-Está bien...- dijo Sebastian y entró a la habitación-. Sigan con lo que estaban haciendo.

Sebastian se sentó, en una silla, frente a la cama (que es donde estamos sentados).

-Sigan charlando... Yo no molestaré- dijo Sebastian, mirándome fijamente a los ojos.

-Me molesta su presencia aquí- me susurró Tomas al oído.

-Te he escuchado... Y el sentimiento es mutuo- dijo Sebastian, con una sonrisa en su rostro.

-En ese caso...- dije-. ¿Por qué estás aquí?

-Su padre, el rey, me ha ordenado cuidarla todo el tiempo... Seguirla a donde vaya... Nunca dejarla sola y mucho menos si estás con el señor Tomas... La defenderé y ayudaré todo el tiempo... Y me pidió que le diga, que hoy a las 5PM, va a venir, para que firmes el contrato, así estoy a sus servicios... Tengo mis reglas y usted las aprenderá con el tiempo...- dijo Sebastian muy calmado.

-No me interesan sus servicios- dije.

-Lo lamento, pero eso no es decisión suya... La decisión de su padre... Y no puedo negar una orden al rey- dijo Sebastian.

-Yo casi nunca hago lo que mis padres me dicen que hagan- dije.

-Eso ya lo se... Por eso, tu padre, el Rey, me ha pedido que la vigile...- dijo Sebastian-. Él y su esposa, el Rey y la Reina,  tienen miedo de que algo le suceda a su hija... Tienen miedo de perderla, otra vez.

-Para protegerla, me tiene a mi y a él- dijo Julián, señalándose a si mismo y a Tomas.

-Lo se... Pero el rey, no cree que son lo suficientemente buenos, como para protegerla todo el tiempo- dijo Sebastian.

Tomas y Julián, se ofendieron.

-En ese caso... Discúlpeme señor perfecto, por no ser como usted- dijo Julián, muy ofendido.

-Nosotros dos, estamos literalmente, las 23hs de cada día, con Juliana...- dijo Tomas-. Tú, eres un desconocido... Ni siquiera la conoces... No mereces estar aquí.

-Conozco a Juliana, porque su padre, el rey, me prestó su memoria, para ver cada recuerdo de su hija- dijo Sebastian-. Conozco a lady Juliana a la perfección.

-Tú no me conoces...- le dije-. No tienes ni idea de quien soy... Ni siquiera sabes cual es mi comida favorita.

-Tus comidas favoritas son: La torta de chocolate... El helado de menta... Las galletas de jengibre... Y la chocolatada- dijo Sebastian.

-Te equivocas- dije-. Aborrezco el jengibre... Me gusta cocinar las galletas, pero odio el jengibre.

-Cierto...- dijo Sebastian y anotó algo, en una libreta que no tengo ni idea de donde la sacó.

-En realidad, su comida favorita...- dijo Julián.

-... Son los fideos con queso- dijeron Tomas y Julián-. O por la cantidad excesiva de queso, el queso con fideos.

-Es mejor el queso con fideos...- dije-. No me conoces, así que, no tienes derecho a estar conmigo todo el tiempo...

-Cuando vayas al baño, te daré tu privacidad y te esperaré en la puerta, hasta que salgas... Así que, no te lo tomes por sorpresa cuando ocurra- dijo Sebastian.

Mi celular sonó.

Iba a agarrar el celular, pero Sebastian se me adelantó.

Sebastian me sacó el celular y atendió la llamada.

-Está hablando con el teléfono de Juliana Martinez... ¿Qué necesita?- dijo Sebastian, atendiendo la llamada.

Pasaron unos segundos en silencio absoluto de parte de todos.

-Está bien... Gracias por avisar... Ya vamos- dijo Sebastian y cortó la llamada.

-Nunca más vuelvas a hacer eso...- lo regañé-. ¿Quién era?

-Es su padre, dice que la espera en la mansión, para que firmes el contrato- dijo Sebastian.

-Ni loca iré... Y mucho menos firmaré un contrato contigo- dije.

-Si no vas a las buenas, irás a la fuerza- dijo Sebastian-. El rey me ha dado permiso para hacer eso.

En un rápido movimiento, Sebastian noqueó a Julián y a Tomas.

-Así no interrumpirán- dijo Sebastian.

Él se me acercó y me agarró al estilo princesa en apuros.

Sebastian, con una mano me sostenía y con la otra, abrió un portal.

Pasamos por el portal y llegamos al patio trasero de mi casa, donde allí están mis padres.

-Es hora de firmar el contrato...- dijo mi padre-. Lo siento mucho, hijita, pero esto es necesario, por tu bien.

-A pesar de que estés en una versión felina, igualmente puedes sellar el trato sin problemas...- dijo mi madre-. Por cierto... Te ves bien.

Continuará...


Editado: 03/01/2019

La Reencarnación de la Princesa HíbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora