Capítulo 54- Comida

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**Nota de la Autora: Si, se que el título suena ridículo, pero es que tengo hambre, y ahora, con este capítulo, te contagiaré el hambre a ti.**

Me desperté de golpe.

Lo primero que vi, fue a Tomas, a Julián y a Sebastian, con sus cabezas agachadas, mirando el suelo. Julián está a mi derecha Tomas a mi izquierda y Sebastian haciendo algo, dándome la espalda.

Mi pulso cardíaco aumentó, haciendo que la máquina que está conectada a mi lado, empiece a hacer mucho ruido.

Los tres chicos me miraron y al verme despierta, corrieron a mi y me abrazaron.

-Llamaré al doctor- dijo Sebastian y desapareció.

-Hola pequeña...- me dijo Tomas-. Hola hermanita...- me dijo Julián, al mismo tiempo que Tomas.

-Hola chicos...- dije-. ¿Qué pasó?

-Luchaste contra Sebastian 7 días seguidos y te desmayaste antes de caer al suelo, en donde te atajó tu padre, que pasaba por ahí- me dijo Julián.

-¿Hace cuanto que estaba dormida?- pregunté.

-Hoy se cumple una semana- dijo Tomas-. Por lo menos, ya recuperaste todas las horas de sueño que has perdido.

-¿Qué hora es?- pregunté.

-Son las 11PM...- dijo Julián, mirando su celular-. Estoy mintiendo... Son las 11 y 1 minuto.

-Tengo...- dije, pero me interrumpieron.

-Tienes hambre- dijeron los chicos.

-¿Cómo lo sabían?- pregunté.

-Siempre que te despiertas, sea de un descanso normal o porque te desmayaste, siempre tienes hambre- dijo Julián-. Desde pequeña te sucede eso...

-Siempre- afirmé.

-Ya te traeré comida- dijo Julián, acercándose a la puerta-. ¿Quieres comida de verdad?- asentí con la cabeza-. Vuelvo en seguida.

Julián se fue y Tomas se acercó lentamente a mi.

Tomas me besó y disfruté el beso, lástima que duró muy poco, ya que alguien tocó la puerta.

-Pase- dije.

Entraron los doctores y mis padres.

Tomas se hizo a un lado, para que puedan verme.

-¿Cómo te sientes?- preguntó Alejo.

-Siendo sincera, tengo hambre, ganas de bañarme, hambre, ganas de ir al baño, hambre... Y más hambre- dije.

Todos los presentes rieron.

-Te felicito, Juliana- dijo Alejo-. ¡No te has sacado la intravenosa!

Alejo me sacó los cables y Pablo me hizo el último chequeo.

-Está todo bien... Cuando quieras, puedes levantarte- dijo Pablo.

-Nos vemos pronto- dijo Alejo.

Los doctores se fueron.

-Bueno, Tomas, te pediremos que por favor, recuerdes lo que hablamos- dijo mi padre-. Hijita, nos vemos pronto.

-Hasta más tarde- dijo mi madre.

Mis padres, me dieron un beso en la frente y se fueron.

-¿A qué se refiere mi padre? ¿De qué hablaron?- pregunté.

-Eso ahora no es importante- dije Tomas.

La Reencarnación de la Princesa HíbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora