Capítulo 51- Me niego

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Alguien me agarró la mano, evitando que entre al portal.

Me di vuelta y vi a Sebastian agarrando mi mano.

-Señorita, no debería irse... Dentro de 5 minutos, tienes tu primera reunión como demonio- dijo Sebastian.

-Ni loca- dije.

Intenté zafarme, pero lo único que logré, fue que Sebastian apriete el agarre, lastimándome.

Tomas atacó a Sebastian con su cuchillo, haciendo que me suelte y Julián me llevó de la mano, hasta el otro lado del portal.

Tomas cruzó el portal y lo cerró.

Los 3 suspiramos, aliviados, por haber logrado escapar.

Me acordé de que mi ropa está en peligro y comencé a llorar en silencio.

-No llores...- me dijo Tomas y me abrazó.

Julián se acercó a mi y me abrazó.

Si querer, tocaron la herida de mi cuello y grité del dolor.

Los chicos, rápidamente se alejaron de mi, asustados.

-¡¿Qué sucede?!- dijo Julián, muy alterado.

-¡¿Qué te lastime?! ¡¿Qué pasó?!- dijo Tomas, tan alterado como Julián.

-Es el sello del contrato... Es peor que estornudar teniendo diarrea- dije.

Los chicos rieron.

-Vamos a la habitación de alguna de tus amigas, así te sana- dijo Julián.

-Te curaría yo, pero me da miedo y lástima, verte así... Y ten en cuenta que me estoy resistiendo para no matar a Sebastian- dijo Tomas.

-Mátalo si quieres... Por mi, no hay problema- dije.

Sentí que la marca del sello, me ardía (más de lo normal).

Sebastian apareció (de la nada) al frente mio.

Grité del susto, a la igual que Julián y Tomas.

-¡¿Qué haces aquí?!- grité, muy enojada-. ¡¿Acaso no sabes lo que significa "privacidad" y que eso es necesario?! ¡¿Acaso Ciel te volvió una criatura con menos sentimientos de los que tenías normalmente?!

-Por favor, lady Juliana, no pronuncie el nombre de mi antiguo amo Ciel Phantomhive... Él no tiene la culpa de nada... Solamente era un niño cuando hizo el contrato conmigo...- dijo Sebastian-. Ahora, despídete de tus amigos, que tienes una reunión dentro de 1 hora y tienes que ir a prepararte...

-No pienso ir- dije, interrumpiéndolo.

-Eso no es decisión suya... Va a voluntad propia, o a la fuerza ¿Qué prefiere?- dijo Sebastian.

-Que tu te vayas y me dejes de molestar- dije.

-Lo lamento, pero eso no entra en las opciones...- dijo Sebastian-. Por cierto, acomodé tu armario.

-¡¿QUÉ?!- grité-. Por favor, dime que no has tirado nada...

-No tiré nada... Solo le agregué tela y cosí los agujeros, a gran parte de su ropa- dijo Sebastian.

Rápidamente, abrí un portal.

Crucé y abrí el armario...

Continuará...


Editado: 03/01/2019

La Reencarnación de la Princesa HíbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora