Capitulo 1

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Agredecía que fuera verano y las clases en la universidad ya habian finalizado, de ese modo podía trabajar más horas y, por lo tanto, ganar más dinero.

Pero precisamente ese dia no me estaba yendo muy bien y no habia ninguna excusa convincente que lograra justificar mi estrés porque clientes, habia bien pocos, pero esos pocos pedidos los habia realizado todos al revés.

Tiene que ser porque el jefe está aquí.

Me convencí a mí misma.

Y esque era verdad, ¿A quién le gusta que el jefe no le quite la vista de encima mintras se supone que estás trabajando?

Exacto. A nadie.

Entonces a mí menos.

Si habia algo que odiara en esta vida esque me estén vigilando mientras yo esté haciendo algo, aunque sea dormir, me incomoda bastante y que ahora sea el jefe el que me este dando la lata...pocas opciones me quedan para salir viva de la situación.

Y tan pocas.

-Camarera, pedí café sin leche. -me llamó la mujer a la que acababa de servir su pedido.

-¿Sí? Que bien, que le aproveche. -le dediqué la sonrisa más falsa que pude crear.

-Me la ha dado con leche. -lo dijo bien alto y claro para que lo pudieran escuchar todos los que estaban en el establecimiento.

El jefe incluido.

(>.<')

Dios...

Se tiraba el santo dia entero en el cuarto ese mugriento que tenía como oficina haciendo dios sabe qué y hoy se habia quedado vigilandonos.

-Ahora mismo se lo cambio. -le retiré la taza de las manos y precipitandome hacia la barra. -Carol, un café con leche. Rápido. -ella levantó su mirada del libro que estaba ojenado y la posó en mi persona para después, y con toda la paciencia del mundo levantarse y dirigirse hacia la cafetera.

-¿Y este? -señaló una taza. -Es café con leche. -me miró con una ceja alzada. Me acerqué y lo ví. El pedido para la mesa 7.

-Ooh, eso era lo que habia pedido. Trae que se lo llevo.

-Pero Najima...-pero no escuché lo que me iba a decir mi compañera de trabajo y me precipité en tomar la taza en mi bandeja y llegársela a la gruñona.
-Aquí lo tiene, su café con leche. ¿Desea algo más?

Que diga que no, que diga que no por favor....

-No, muy amable. -me sonrió falsamente. Y me iba a retirar de no ser porque la voz de la mujer que acababa de atender me volvió a hablar. -Esto está frío. -cerré los ojos y me calmé antes de voltearme y cometer una locura como verterle el café encima o algo así.

Aunque pensándolo bien no estaría mal si...

Nah...

-Mira señora, tómese el maldito café o sino le invito a salir por la misma puerta por la que ha entrado. ¿Qué le parece? -le dije entre dientes y muy despacito para que tan solo ella pudiera escucharlo.

-¡¿Pero qué clase de servicios son estos?! -y yo que pensaba que se iba a ir en silencio, pues no...montó todo el escándalo para que se enterara media ciudad y luego ya se dignó a marcharse después de asegurarnos que no  volveríamos a ver su cara nunca más por el establecimiento.

Cuanta exageración por el amor de Dios.

Todo por un dichoso café.

-Cuando termines de recoger la mesa, pásate por mi despacho. -me dijo mi jefe terminando la frase con una carraspeo.

¡Oh Dios mío, habia carraspeado al final de la frase, habia carraspeado al final de la frase!

Eso solo podía significar una cosa...

Problemas.

×.×


Najima VS MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora