Capítulo 21

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POV MOHAMED AMIN

Era tremendamente extraño estar yo solo en la tienda atendiendo las continuas peticiones de los distintos clientes. Era increíble la sensación de vacío sin Najima, era como si estuviera solo aunque realmente estaba rodeado de por lo menos una docena de personas. No sabía cómo lo hacia ella para no estresarse porque aparte de cobrar mucha gente venía a pedirte que le sacaras eso o lo otro, que le trajeras esto y lo aquello y no sabía a cuántos de ellos atender y a quien hacer esperar. Lo di todo de en darme prisa para atenderlos a todos en el menos tiempo posible para que no se hartaran de esperar.

Acabé la jornada de la mañana agotado y con ganas de que viniese ya Najima. ¿Sentiría ella lo mismo cuando trabajaba por la mañana?

Sabía que era extraño pero ahora deseaba que llegara cuanto antes pero sabía también que en cuanto llegase tendría ganas de que se pirara porque no hay quien la aguante, a ella ni a su comportamiento tan infantil.

Pero a veces que su actitud de superioridad y de “aquí la que manda soy yo” me mata. Me gustaba que tuviera las cosas claras y que no dudara en colocar a alguien en su lugar, la chica no tenía pelos en la lengua ni el mínimo atisbo de vergüenza. Pocas había como ella.

Para que se me pasara el tiempo más rápido y no estar encerrado dentro hasta las cinco suponiendo que todavía apenas eran las tres menos cuarto salí a la calle y empecé a dar vueltas por los alrededores. Pero no encontré nada en especial, como era una zona comercial y todas las tiendas estaban cerradas apenas y había gente merodeando por los alrededores.

Acabé aburriéndome y volviendo a la tienda para quedarme dentro y poner un poco de orden en el lugar. Caramba…esto era la mar de aburrido, no volvía a quedarme en el descanso aquí nunca más. No sabía cómo conseguía estar aquí Najima día tras día sin aburrirse. Yo llevo un día y ya no pienso repetirlo más.

Las cuatro y media todavía. Saco el teléfono y recuerdo que todavía no había llamado a mis padres y pienso que este es el momento perfecto para realizar la llamada que llevaba posponiendo por más de una semana.

Busco entre mis contactos el fijo de casa de mis padres y me lo llevé al oído mientras daba vueltas entre las estanterías.

Al tercer timbre me contesta una voz que se me llena de nostalgia y sonrío ante el recuerdo de mi madre.

-¿Alló?

-Salam Mual3alaikum mama.

-¡Ooh hijo! Wa3alaikum salam. ¿Cómo estás?

-Alhamdollah mamá. ¿Y tú qué tal?

-Muy bien cielo, alhamdollah de momento.

-Vaya, me alegro mucho, ¿y papá qué se cuenta?

-Nada cariño, ya sabes que tu padre no se puede estar quieto, siempre de un lado para el otro.

-Así mejor mama, que luego si está todo el día en casa se la pasa durmiendo. Bien sabes tú lo bien que le viene salir, dar paseos y cambiar de vez en cuando de aire.

-Si eso ya lo sé. Pero luego estoy yo aquí sola en casa y no tengo a nadie con quién hablar. –me río ante su comentario.

-¿Qué pasa mamá, la vecina ya no viene a darte conversación?

-Solo a veces. Viene más su hija y me ayuda mucho con las tareas. Es muy agradable la muchacha y además de joven y guapa sabe cocinar de maravilla, el otro día me trajo un bizcocho que había hecho y estaba delicioso hijo. Tendrías que haberlo probado. –dejo que termine de elogiar a la chica como cada vez que me habla de ella sin interrumpirla sabiendo hacia dónde iban los tiros de la conversación. Había visto a la chica en un par de ocasiones y era verdad que era bastante guapa además de muy educada pero por el momento en lo último que pensaba yo era en el matrimonio y, por muy guapa y educada que fuera me daba igual, por muy borde que eso sonara.

Najima VS MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora