Capítulo 14

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POV NAJIMA

Toda la noche lloviendo. Alhamdollah. Ya iba casi un mes sin caer una gota del cielo y la lluvia aligeraba un poco el ambiente tan acalorado de estas últimas semanas. Se acercaba Septiembre y con el nuevamente las clases, lo cual, hasta cierto punto me emocionaba porque no había otra cosa mejor que estudiar para lo que uno realmente quería. Me sentía orgullosa de mi elección y sabía que podía con ello y se lo iba a demostrar a todos cuando tenga el título entre mis manos por muy poca confianza que tuvieran en  mí por lograrlo.

Pues aquí estaba yo para demostrarles que si se quiere, realmente se puede.

El problema era que yo tenía turno de mañana en la universidad y la tienda estaría desatendida por las mañanas porque ni Mohamed Amin ni yo podríamos atenderla y no sé lo que iba a hacer finalmente Mª Carmen si despedir a alguno y contratar a alguien que pudiera estar el tiempo completo o a otro que solo estuviera por la mañana.

Esto lo tendríamos que hablar con ella y ver.

Hoy no tenía muchas ganas de ir a trabajar menos después de la mini disputa que tuvimos ayer. Aún así me desperecé y tras estirarme me siento en el borde de la cama todavía somnolienta mirando a Nassim dormido.

Él les había dejado su habitación temporalmente porque tenía cama matrimonial y él paso a dormir en el saló…

-¿¡Qué haces en mi cuarto pedazo de idiota!? –no entendía lo que estaba haciendo mi hermano en mi cuarto durmiendo en el suelo. El grito salió de mí sin poder evitarlo provocando un susto que puso en alerta a Nassim y se levantó de golpe desorientado.

-¿Qué…qué pasa? –tenía el torso descubierto y solo usaba unos pantalones cortos para dormir.

-¿Qué demonios estás haciendo aquí subnormal? –le volví a repetir la pregunta.

-Joder pensé que había pasado algo. –me dijo volviendo a acostarse en su cama improvisada.

-¿Cómo que creías que había pasado algo? ¡Pues claro que ha pasado algo! ¡¡Pírate de mi cuarto idiota!!

-No seas pesada y pírate tú anda. –flipé con su respuesta.

-¡¿Pero qué dices?!

-¿Tú no tienes que trabajar? –asentí cuando me miró.

-Pues ya está. Vete yendo que vas a llegar tarde y a mí déjame dormir. –se volvió  levantar esta vez para empujarme fuera de la cama y echarse a dormir en esta. Mi asombro era tal que apenas pude reaccionar. Es más, no hice nada y eso me asombró incluso más. Abrí el armario y saqué la ropa que tenía preparada de ayer y salí dejando la puerta abierta sabiendo que eso le molestaba un montón a Nassim. Pero este ni se preocupó por ello ni un poco porque no se levantó a cerrarla como haría normalmente sino que continuó durmiendo como quien no quería la cosa.

Me asee un poco y me cambie de ropa en el baño para después prepararme un tazón de cereal y desayunar en la cocina. Todos estaban durmiendo exceptuando mi padre que ya tendría que haber salido a trabajar a eso de las seis y media y mía que estaba por irme también.

Sin embargo no tardé en escuchar el llanto de mi sobrina quien de seguro tendría hambre y su estómago reclama comida al igual que el mío. Me apresuré en terminar mi desayuno para no verme obligada a preparar algo para la pequeña. Porque por mucho que la amara mi poco gusto por la cocina lo superaba así que hice todo lo posible para que no me pillaran en la cocina atragantándome con la penúltima cucharada.

Esta vez me llevé el paraguas en el bolso y una pequeña remera para abrigarme. Me calcé mis converse de siempre y salí tras asegurarme de que no me olvidaba de nada. Las calles estaban mojadas y olía a tierra mojada. Daba gusto salir esta mañana. Caminé todavía medio dormida hacia la estación y por poco me quedo dormido en la Renfe y como resultado pasarme la parada correspondiente.

Necesito café.

                                                                  ***

Hoy tenía pensado irme a casa en la hora del descanso, primero porque no me había llevado nada para comer y segundo porque realmente me sentía muy sola estando ahí. Nunca lo admitiría en voz alta pero tengo que reconocer que lo único que esperaba en todo el día era la llegada de Mohamed Amin.

Buah le tenía que buscar un mote o escoger ya el nombre por el que nombrarle porque el suyo me quedaba relativamente largo. Creo que le voy a buscar un mote, eso sería mucho más original que decirle Mohamed o solamente Amin. Aunque me veo llamándole Amin porque soy pésima en hacer cosas originales y su segundo nombre es más corto y fácil.

Queriendo tirar unos papeles a la basura, me asombra reconocer la hoja de los números de teléfono. Estaba hecha una bola y aún estando en la basura hago de tripas corazón y la saco para comprobar que efectivamente es esa hoja.

Y él la había tirado.

Sin motivo alguno mi corazón salta de la alegría y se me forma una sonrisa en la cara. Espera… ¿Sin motivo? Pues claro que tenía motivo.

Había ignorado a unas seis o siete chicas que, aunque me diera mucha rabia reconocerlo (esto me lleva a pensar en que tengo que empezar a reconocer más cosas para evitar de ese modo decir cada vez la frasecita de “aunque me dé mucha rabia reconocerlo…”) eran bastante guapas y no estaban nada mal por lo tanto eso me lleva a una sola conclusión.

El pivonazo de mi compañero de trabajo no era un mujeriego. O que ya estaba en una relación, prometido o casado y con hijos…

Espera….espera….espera. He dicho UNA sola conclusión, no cuatro y teniendo que escoger me quedo con la primera que he dado. Porque era obvio que no estaba en ninguna de las anteriores situaciones porque de ser así llevaría anillo y seguramente me lo hubiera incluido en su descripción del primer día.

Claro que sí. Siempre hay que buscarle el sentido lógico a las cosas porque de ese modo siempre te encajaría todo y no tienes que andar comiéndote el coco.

Así de simple.

Najima VS MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora