Capitulo 30

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POV NAJIMA

Me quedé muda mirándole con los ojos fuera de las órbitas, mientras él se mantenía mirándome con el rostro en duda. ¿Acaso había perdido la cabeza? Tenía que estar tomándome el pelo, pero eso no tenía gracia.

-¿Perdona? –balbucí.

-Que creo que estoy enamorado de ti. –me lo vuelve a repetir estaba vez más despacio como si él mismo estuviese procesando las palabras.

-Me gustaría que dejaras ya la broma. No tiene gracia.

-No es una broma y en ningún momento lo dije con la intención de que te rieras. –me miró serio.

-Ya… -dije sintiéndome idiota. Estaba incómoda. Muy incómoda. ¿Qué se supone que debía de hacer o decir ahora?

Mi cuerpo entero entró en tensión cuando me comenzó a acercarse con pasos lentos y pesados hacia donde yo estaba. ¿Qué pensaba hacer? El corazón comenzó a latirme con fuerza y más cuando era poca la distancia que había entre nosotros. Se inclinó e inconscientemente dejé de respirar.

¡¿No se daba cuenta de que si seguía acercándose me iba a dar un paro cardíaco?!   

Cuando estaba ya a menos de diez centímetros me tomó la fregona de la mano y me miró a los ojos.

-No te quiero incomodar así que si quieres puedes irte, ya termino yo. – ¿¡Qué!? ¿¡Era enserio!? ¿¡Y no podría haberme dicho eso desde su sitio sin la necesidad de montar semejante espectáculo!?

Puede que el espectáculo me lo haya montado yo sola y que realmente eso de pasos lentos y pesados solo haya sido mi mente y la dificultad que tiene de procesar cierta información.

Sin darle respuesta salí pitando hacia la puerta y comencé a andar apresuradamente, como si estuviera escapando de un violador, sin embargo me toca volver sobre mis pasos para coger mis cosas, chaqueta y bolso, que se me habían olvidado por completo.

Con más vergüenza que cuando me tocó hacer el karaoke delante de todos los alumnos del instituto el día de mi graduación de la ESO, entro nuevamente a la tienda y me dirijo directamente al cuarto de empleados para coger mis cosas y sin atreverme a mirar a Mohamed salgo más deprisa que la primera vez.


Mi mente no dejaba de darle vueltas a lo que me había dicho. Sin duda alguna no me lo creo ni de broma, es imposible que…le guste si el mismo me ha dejado muy claro que no me aguanta y su propio primo me llamó para decirme que dejara de fastidiarle.


Esto es una puta broma y voy a dejar de pensar en ello porque no le voy a dar vueltas a una mentira. ¿O sí?




-¿Llegarás tú algún día de buen humor? Es que te veo y se me quitan las ganas de buscar un trabajo. –me saluda Nassim. Sin embargo yo paso de él y saludo a mis padres con un beso en la mejilla. Me meto en mi cuarto y me cambio de ropa. A diferencia de ayer, hoy sí que ceno así que preparo la mesa con mi madre y me siento la primera.

-Najima, espera a que vengan tu padre y tu hermano también.

-Tengo prisa mama.

-¿Prisa para qué? ¿Para dormir?

-Hombre claro. –como rápido y corriendo llevándome la mitad de la comida a medio masticar en la boca y salgo de la cocina. Estoy poniéndome el pijama cuando escucho el sonido de mi móvil. Alguien me estaba llamando.


Rayan💜

Enseguida una sonrisa de felicidad curva mis labios y descuelgo la llamada. Estoy como cosa de media hora parloteando con mi hermano mayor y luego, a petición suya, le paso el móvil a mi madre.

Mientras espero a que me lo devuelva, deambulo por mi habitación preparando las cosas que necesitaría para mañana y también escogí mi ropa. Cosa que pienso hacer siempre a partir de hoy para que no me pase igual que esta mañana.

Eh… unos vaqueros blancos, camisa rosa pálido y mi americana blanca...¿o mejor la vaquera?
No venga, la blanca.  Mañana ya escojo el pañuelo y los zapatos… a lo mejor… no sé, bueno eso ya lo veré mañana también.

Después de lo que me pareció una eternidad, llama mi madre a mi puerta y me devuelve mi teléfono. Aprovecho para darle mi beso de buenas noches y me meto en la cama.

No para dormir pero sí para no hacer nada.

Empiezo a cotillear un poco en Instagram pero no encuentro nada interesante, el mismo postureo de siempre de las mismas personas y con cualquier cosa. ¿De verdad es normal hacerse una foto mientras simulas reírte a carcajada limpia con farola de tu calle?

Yo no lo veo muy normal, pero todo el mundo tiene una. Tengo que hacérmela yo también.

-Oye. –escucho la voz de Nassim cuando abre mi puerta igual que siempre. –Oye…

-¿¡Qué!? –odio que me den en la cabeza…lo odio y él lo acababa de hacer aún sabiendo lo mucho que me molesta.

-Préstame dinero por fa. –hace una sonrisa de no haber roto un plato en su vida.

-Mira, Nassim. ¿Ves esa puerta de ahí? Pues dirígete hacia ella y desaparece de mi vista guapo.

-Venga no seas mala…

-No te lo voy a dejar, nunca me lo devuelves así que vete a tomar viento.

-Por favor, te prometo que te lo devolveré.

-¿Cuándo?

-Cuando trabaje.

-Bueno pues búscate un trabajo y cuando lo tengas y cobres yo te presto dinero.

-Pero para entonces ya no necesitaré que me prestes.

-Exacto. Ahora largo. –me miró con cara de pocos amigos y yo le ignoré volviendo la vista nuevamente a la foto de la farola.

-Eres… una idiota.

-Ah, no pasa nada puedo vivir de ello.


Mi hermano tenía que dejar de ser un mimado y comenzar a hacer las cosas por el mismo, que vale que fuera el pequeño pero ya tenía su edad para empezar a moverse.

Me deja la puerta abierta a posta cuando sale y yo me levanto fingiendo tranquilidad ya que mi padre estaba en casa y no quería azotar la puerta, así que la cierro con suavidad y me meto bajo el edredón.

Y esta noche no voy a pensar en lo que horas antes me había dicho Mimiha.

Tenía que decirle ya su adorado mote. Me moría de ganas de usarlo.




Najima VS MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora