Capítulo 29

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POV MOHAMED AMIN

Aparentemente estaba muy relajado. Najima acababa de llegar a la tienda, diez minutos después de que llegara yo y ni una mirada me dirigió. Dio un rápido vistazo a la tienda y se colocó detrás del mostrador, donde acostumbraba a estar.

Yo por mi parte estaba ordenando el material nuevo que había llegado esa mañana y a la que ya les había puesto el precio que Mª Carmen me dijo. Una leve música inundó la estancia y no pude evitar sonreír. Hacía ya mucho que no la ponía ya que no era muy partidario de escucharla, pero ella parecía que sí que le gustaba ya que, mirándola de reojo vi como meneaba su cuerpo al ritmo de la canción. Estaba de espaldas a mí así que pude permitirme el escanearla de arriba abajo.

No tenía mal cuerpo pero lo disimulaba con la ropa ancha que usaba. Algo que sin duda me gustaba de ella era que no presumía, ni de su belleza ni de su bonito cuerpo. Pues siempre venía sin maquillaje y natural, al igual que con la ropa, moderna pero discreta.

Ella seguía bailando y la intensidad de sus movimientos eran, cada vez más notorios y yo disfrutaba cada vez más de la escena. Pero la función se acabó cuando se giró y me miró con mala cara y no lo digo porque yo dejara de mirarla sino que ella dejó de bailar.

La idea era seguir acosándola con la mirada hasta que me dijera algo, siendo así, la que empezara la conversación.

-¿Te importaría dejar de mirarme? –dijo fulminándome con la mirada.

-Tengo buenas vistas. –me encogí de hombros.

-Ojalá pudiese decir lo mismo. –murmuró pero se le pudo escuchar a la perfección. –Enserio, deja de mirarme.

-¿Por qué?

-Me incomodas.

-¿Por qué?

-No me gusta que la gente me mire tanto.

-¿Por qué?

-¡Deja de decir por qué todo el rato!

-Deja de decirme tú lo que tengo que hacer todo el rato. –le dije yo sin alzar la voz. Suspiró indignada antes de volver su atención a lo que estaba haciendo.

Los clientes comenzaron a entrar y a salir, algunos solo a mirar, otros a comprar.

-Vete a cobrar tú. –me dijo quitándome la blusa que estaba poniendo en una percha. Sin decirle nada ni sin reprochar nada tampoco. Se Acercaba la hora de cerrar y había mucha gente, no quería discutir.

-¿Y si no le vale a mi nieta, lo podría devolver? –me preguntó una señora mayor a la que estaba cobrando.

-Claro, puede cambiarlo por otra cosa o le devolvemos el dinero.

-Vale, muchas gracias.

-A usted, vuelva cuando quiera. –le sonreí amablemente.

-Hasta luego hijo.

-Adiós. –le volví a sonreír.

-¿Me acercas las perchas esas por fa? –me preguntó poniendo del derecho algunas prendas que la gente dejaba en los probadores.

-¿Las grises o las negras?

-Mmm… ¿importa el color? –me miró alzando una ceja.

-Bueno, bueno tranquila eh. Por todo tienes que discutir. –la miré con mala cara, su actitud de chica mala me estaba hartando. Cogí unas cuantas perchas y se las dejé encima del mostrador para después ir a cerrar las puertas de la tienda. Faltaban diez minutos para cerrar pero como no había nadie ya, y para evitar que entrasen más, opté por cerrar.

Najima VS MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora