POV MOHAMED AMIN
Tenía un gran cúmulo de cosas que quería soltar pero por el momento prefería callarme, pues no estaba para montar ningún espectáculo en plena calle y llamar la atención de los más cotillas que anduvieran por ahí en esos momentos. Por eso inicié la marcha hacia la tienda antes de que mi paciencia llegase a tal grado que no fuese capaz de controlarla, pues sentía que ella se estaba burlando de mí, que lo hacía a posta y eso me desquiciaba.
Agradecí que no caminara a mi lado, no sabía si era porque mis pasos eran más acelerados y no podía seguirme el ritmo o porque ella tampoco quería, fuese el motivo que fuere lo agradecía realmente, pero también cabe decir que me estaba perforando con la mirada y no era una sensación relativamente agradable pues me estaba poniendo nervioso y me dificultaba el acto de pensar con claridad, la miré de reojo un par de veces para ver si de ese modo se podía dar por aludida y que me estaba dando cuenta de su atenta mirada, pero como si nada. Ella sin inmutarse seguía con lo suyo, con su inspección tan minuciosa a mi parecer.
Abrí las puertas de la tienda de forma apresurada y forcejando tanto con la cerradura que acabé haciéndome daño en la mano, inmediatamente sentí escozor en la zona, pero no lo tomé en cuenta. Pasé y Najima entró directamente al cuarto de empleados y casi en el mismo acto suena mi móvil y descuelgo la llamada entrante de mi primo.
-Qué pasa.
-¿Por qué has salido tan pronto de casa, tío? Necesito entrar y Morad tampoco está. –lo que me faltaba.
-¡Eres un puto pesado, macho! ¡Que te hagas la jodida copia de las llaves, tío! ¡Es que yo no puedo estar todos los días controlando la hora a la que vas a salir o vas a entrar para abrirte la puñetera puerta! –sin duda alguna mi primo había llamado en uno de los peores momento y, este, era el resultado. Él simplemente no me respondió, era obvio que el que tenía la razón era yo pues es que no me parecía ni la mitad de lo normal que un tío ya con sus años tenga miedo de perder las llaves, era ilógico y jodido.
–No voy a venir Toufik.
-Pero tengo que entrar para cambiarme e ir al curro que llego tarde.
-Y yo no puedo venir porque faltan 15 minutos para abrir y tardaré el triple para venir y volver.
-Joder macho.
-Tú sabrás. –me empecé a estresar más si cabía y me puse andar de un lado para el otro mientas pasaba los dedos entre mi cabello.
-Dime la calle en donde queda la tienda y me cerco. –le digo yo la calle rápidamente y le cuelgo, siendo consciente, nuevamente de su mirada.Esta mujer me iba a matar. Me giro sobre mis talones y, efectivamente me estaba mirando, pero me estaba mirando raro, como si me evaluara o pensara a cerca de algo.
-¿Qué pasa? –le digo algo brusco. Ella alza una de sus cejas desafiante y decido relajarme un poco para que las cosas no se pongan feas.
-A mí no me pasa nada. Pero no puedo decir lo mismo de ti. Parece que los problemas y las malas leches te llueven. –la miro con mala cara mandando a la mierda eso de relajarme, me da rabia que tenga razón.
-Y tú eres el más gordo y problemáticos de todos. –la noto tensarse y el sombro se refleja claramente en su mirada. Parece que la he intimidado. Me alegro.
-Ok. –se va a dar la vuelta pero yo soy más rápido y la detengo del brazo. -¡Deja de agarrarme de esa manera! –me grita y se zafa de mi agarre. La he conseguido hacer enfadar. Las cosas iban de mal en peor. Me miraba desafiante y con rabia contenida y eso no hace otra cosa que tocarme más las narices.
-¡Me estás cansando! –le grité.
-¡Como si tu a mí no!
-¡Vas a dejar de irte tanto de rositas!
-¿¡Rositas yo!? ¡¿Se puede saber qué narices te he hecho yo para que me trates así?!
-¡Yo no te trato de ninguna manera! ¡Eres tú la que me hace la vida imposible siempre que estás presente! ¡Y para mi desgracia siempre estás metida en todos y cada uno de mis asuntos! –una vez que hemos elevado el tono de voz parece ser que ninguno de los dos va a parar.
-¡Yo no me meto en tus asuntos! ¡Estoy harta de parecer que soy yo siempre la mala! ¡No es mi culpa que te sucedan las cosas que te pasan! ¡Date cuenta de una puñetera vez que el culpable de tus cosas solo vas a ser tú así que deja de intentar inculparme para salirte del aprieto!
-¡Yo no soy el que va haciendo cosas a tus espaldas! ¡Si no hubiese sido por Mº Carmen no me hubiese enterado de que íbamos a tener un nuevo compañero que para colmo fuiste tú la que se lo ha solicitado!
-¡¿Pero qué narices tienes con el compañero!? ¡Yo no he pedido nada a nadie y si tienes algún problema se lo dices a Mº Carmen que para algo es la jefa!
-¡¿Lo ves!? ¡Siempre lo jodes todo!-¡Siempre tienes que hacer algo para fastidiar la situación!
-¿¡Pero qué situación!? -ahí fue cuando me quedé sin palabras. La sangre me hervía en las venas y parece que no era capaz de controlar mis insultos. La miro fijamente con el ceño tan fruncido como el suyo. Ella estaba roja y agitada por la discusión. Me desquiciaba. La rabia que tenía dentro era apabullante y sometía una presión en el pecho que no parecía aliviarse con nada. No sabía qué decir, qué responder, qué replicarle pues al fin y al cabo parecía que ella tenía razón.
Era yo el que parecía que no podía con los celos que me carcomían por dentro, que no me podía imaginar que iba a ver otro con el que, al fin y al cabo, iba a compartir tiempo y no me hacía ninguna gracia. No quería que ningún otro compañero tuviera su número de teléfono y hablara con ella. Tampoco quería que nadie más tuviera cualquier tipo de relación y ni mucho menos que le pusiera un solo dedo encima.
Porque la sentía mía. Completamente mía. Y solamente mía.
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Najima VS Mundo
Hài hướcUna historia diferente, con personajes diferentes pero con un tema común. Todo comienza con el nuevo puesto de trabajo de Najima, la chica patosa, alocada y despreocupada que intenta terminar su carrera de magisterio, carrera para muchos equivocada...