POV NAJIMAAproveché esa mañana de jueves al máximo, no tenía clases y me la pasé metida en mi cuarto todo el rato poniéndome al día con todas las materias que me dio tiempo. He de decir que este se me pasó más rápido de lo habitual y acabé bastante satisfecha del progreso que había dado así que fui a trabajar, ya en la tarde, bastante contenta.
Antes de llegar recibí un mensaje de Mohamed que me decía que él ya estaba en la tienda. No supe ni por qué me lo había mandado pues no le encontraba sentido alguno suponiendo, que me daba exactamente lo mismo. Pero lo dejé pasar.
Cuando llegué, efectivamente, Mimiha estaba ahí y parecía que el nuevo también. No hablaban. Tampoco se miraban. ¿Había tensión o era yo la única que lo notaba?
-Salam. -saludé un poco dubitativa. No sabía por qué realmente, pero temía la reacción de Mohamed.
-Wa3alaikum Salam, soy Faysal, vuestro nuevo compañero, encantado. -Uoh, me tendió la mano y yo se la tomé con gusto. Me había caído muy bien, no iba a negarlo.
Lo siguiente que pasó no me lo hubiera esperado ni en un millón de años. Mohamed se colocó detrás de mí, estrechándome de la cintura y dándome un beso en la mejilla me deja totalmente de piedra. No sabía si ponerme histérica y recriminarle lo que acababa de hacer o si ponerme a aplaudir y a dar saltitos de alegría porque la corriente que me había recorrido no se me había pasado desapercibida.
Al darme cuenta de que la segunda opción tiraba mucho más que la primera, preferí quedarme quieta, sin reacción aparente a parte de mi increíble colorado. Faysal parecía un tanto incómodo ante la situación y, como Mohamed parecía no tener la intención de apartar su brazo de entrono a mi cintura, decidí ser yo la que se apartara. Intenté en lo mayor de lo posible articular cualquier palabra que diera lugar a una posible conversación para romper la tensión que parecía crecer por segundos.
Pero nada, las palabras se atropellaron en mi garganta sin decir nada. Estaba muda. Maldito. Le miré a él con cara casi de súplica y, tras aclararse la garganta se limitó a abrir la tienda y hacer como si nada hubiese pasado. Mil veces maldito.
Extrañamente las horas parecían pasar de una manera mucho más lenta y es que hasta tenía ganas de llegar a mi casa y seguir estudiando. Para que uno se haga a la idea del nivel de tensión que había en el lugar y al que los clientes estaban ajenos.
Faysal estaba en caja mientras que Mimiha y yo andábamos colocando las cosas. De vez en cuando cruzábamos miradas que pasaban a ser sonrisas por su parte y la mía. En una ocasión me guiñó el ojo y me creí derretir.
¡¡Pero si a mí no me gusta por Dios!!
Parecíamos un par de enamorados no me lo podía creer.
Y es que para colmo me estaba encantando y lo estaba disfrutando como una quinceañera de instituto.
Faysal se mantuvo al margen en todo momento. No estableció conversación con ninguno de nosotros y en un par de ocasiones, en los que me acercaba a caja a por cualquier cosa, agachaba la cabeza y ni una mirada me dirigía.
¿Pensará que Mohamed y yo tenemos algo?
Hay madre.
-Hasta mañana. -ese fue el saludo de despedida de nuestro compañero cuando hubimos cerrado la tienda. Él no se quedó a recoger ni a limpiar. Me pareció un tanto injusto pero cuando vi la cara de felicidad y la sonrisa de oreja a oreja que portaba Mohamed se me olvidó por completo. Le miré con una ceja levantada como preguntándole que a qué venía esa felicidad cuando ayer a esas horas parecía querer matarme. Literal.
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Najima VS Mundo
HumorUna historia diferente, con personajes diferentes pero con un tema común. Todo comienza con el nuevo puesto de trabajo de Najima, la chica patosa, alocada y despreocupada que intenta terminar su carrera de magisterio, carrera para muchos equivocada...