Capítulo 33

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POV MOHAMED AMIN

Los nervios poco a poco fueron disminuyendo con el paso del tiempo hasta llegar a desaparecer por completo. Me sumergí en el trabajo e hice un esfuerzo bastante considerable de intentar ignorar la sensación de que alguien –Najima-me  estaba perforando, literalmente, con la mirada.

Era realmente incómodo.

-Oye guapo, ¿Me alcanzas esos zapatos? –me preguntó una mujer señalando una estantería un tanto elevada.

-Esas solo están ahí de muestra, las que están a la venta están al fondo del pasillo. –le indiqué con fingida amabilidad. No me gusta la gente que pestañea mucho.

-¿Dónde has dicho?

-Al fondo del pasillo.

-Uh… ¿me acompañas? Y así me dices qué tal me quedan.

-No es complicado llegar, siga todo recto y verá la estantería con los zapatos que busca. –le volví a sonreír esta vez, con menos disimulo y antes de que me pueda decir nada más le doy  la espalda y sigo con mi tarea de  intentar poner en orden el cúmulo de ropa.

¿Qué le dijera cómo le quedaban?

¿Quién se habría creído que era yo aquí? ¿Su asesor de imagen o qué?

Miré hacia el mostrador para ver si Najima estaba haciendo algo y la encontré mirando fijamente la pantalla de su móvil, es decir, no haciendo nada por lo que me dispuse a pedirle que me ayudara a ordenar el desorden que las mujeres habían causado en la pequeña sección de rebajas pero tres señoras se acercaron antes pidiendo que se les cobrara su compra y volví tras mis pasos para continuar solo.

Había tenido suerte.

Por fin estaban dando las nueve y Najima estaba atendiendo a los últimos clientes del día. Estaba bastante cansado a decir verdad y una ducha no me vendría nada mal. Fui a tomar una botella de agua y me bebí el líquido de una.

-Oye, ¿puedes…? –me giré para encarar a Najima. Elevé la ceja instando a que continuara con su petición pero sacudió su mano como restándole importancia al asunto tras decir algo ininteligible y siguió fregando el suelo de la estancia. Yo me encogí de hombros, no iba a insistir para que me quitase la duda de lo que me iba a pedir y terminé de colocar las prendas que habían sido dejadas en las perchas de los probadores.

-Mohamed… -volví a mirarla pero otra vez silencio.

-Oye ¿Vas a decir algo al final o qué? –le dije frunciendo un poco el entrecejo. No me gustaba la gente con rodeos. Que lo suelte y punto.

-Sí…creo.

-Te escucho. –creo que ya sabía por dónde irían los tiros de la conversación pero no iba a poner nada de mi parte en ayudarla.

-A ver…yo…yo…si, mira…me gustaría, o sea, no…bueno sí creo que…eso.

-¿Qué? –me mordí la mejilla interna para evitar soltar una carcajada.

-Que…era una broma.

-¿Una broma? ¿El qué?

-Pues…lo de ayer.

-¿Qué pasó ayer?

-Sí…lo de…-y empezó a gesticular de una manera rara señalando el entorno y ahí no pude evitarlo y me puse a reír estruendosamente. –No tiene gracia. –dejó caer los brazos a sus costados con una cara de ofensa. Me aclaré la garganta y me puse serio.

-¿Quieres que sea una broma?

-¿Qué? –ahora el turno de confusión le había llegado a ella.

-Que si te gustaría que lo de ayer –imité sus movimientos con los brazos. –fuera una broma. –Parece que la pillé por sorpresa con la pregunta porque abrió la boca para decir algo pero inmediatamente la volvió a cerrar.

-No, o sea sí, ¡Yo que sé! ¡¿Y a mí que me cuentas?!

-Oye no me chilles. Tranquilízate que solo ha sido una pregunta.

-Vete a la mierda. –masculló enfadada. ¿Y ahora por qué se enfadaba? La chica es bien bipolar oye. Me dio la espalda, nuevamente, y recogió el cubo y la fregona para dirigirse al cuarto de empleados. Durante ese momento me había quedando quieto simplemente observando sus movimientos pero cuando la vi salir con su bolso y su cazadora fui directo y decidido hacia ella y la detuve posicionándome delante de ella.

-Escúchame Najima. Lo de ayer no iba en broma, te guste o no. No ha sido mi decisión y ni yo me entiendo, ni siquiera soporto tu actitud de superioridad ni tu ego inflamado pero te repito que no lo he escogido yo. No me ha gustado ni un solo día tu comportamiento, de hecho eres rara, muy rara y supongo que es lo que me ha llamado de ti la atención o…yo que sé lo que habrá sido pero me da igual. La cuestión es que me siento atraído hacia ti y no voy a montar un drama con la situación y no quiero que tú tampoco lo hagas, no voy a hacer el papel de príncipe azul ni del machote que te intenta conquistar porque no lo soy y eso no va conmigo. No voy a intentar acercarme a ti, ni te voy a pedir lío, ni noviazgo ni matrimonio. Tampoco voy a recordártelo cada momento con rosas y poemas por lo que no te emociones. Simplemente te lo he dicho porque me ha dado la gana y porque…bueno no sé, solo te lo he dicho y ya está. Así que compórtate conmigo como lo llevas haciendo desde que trabajamos juntos y ya está. Solo limítate a eso y deja de montar aquí escenitas de cada día salirte corriendo de la tienda y luego desaparecer durante días porque no voy a ir detrás de ti. ¿Lo entiendes? 

-Ah…sí, su-supongo que…sí. Vale. Como quieras. M-me voy. –me sonrió forzadamente y lentamente fue saliendo hasta cerrar la puerta tras de sí.

Una sonrisa de orgullo se dibujó en mi cara sin poder evitarlo.

Sigo sin saber por qué me gusta Najima y no otra chica más… ¿Normal?

Ladeé la cabeza negando con mi sonrisa y me dispuse a cerrar.

Najima VS MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora