Capitulo 28

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POV NAJIMA

Después de tantos días con un humor de perros…me encontraba en la puerta de la universidad embelesada con las vistas que tenía ante mí. Estaba que volaba de la felicidad pues mi amor platónico estaba apoyado en su BNW y con una sonrisa que no era normal.

Es que nada en él era normal por eso me llamaba tanto la atención. Aunque desgraciadamente no era la única que lo pensaba. Podría jurar que todas las chicas de la universidad babeaban por él. Tenía el pelo corto negro, los ojos claros pero no podía asegurar el color exacto suponiendo que era la primera vez que estaba tan cerca de él. Él en el aparcamiento y yo en la entrada. Vamos, a unos 50 metros. Desde que le conozco nunca le había visto sin barba pero esta siempre estaba bien cuidada. Sin olvidar su cuerpo bien formado.

Pero lo que sin duda marcaba la diferencia eran sus orígenes sirios. Eso le daba  un aire tal vez misterioso o a lo mejor eso me parecía a mí ya que ni su nombre conocía. Seguí mirándole como una boba cuando su mirada coincidió con la mía.

¡¡Oh dios mío que me está mirando!! ¡¡Me está mirando!! ¡¡A mí!!

Me hice la distraída y la que estaba impaciente por la llegada de alguien. Miré el reloj de mi mano izquierda mientras golpeaba mi pie contra el suelo y se me cayó el alma a los pies.


¡¡Hacía por lo menos quince minutos que había comenzado la primera clase!!

¡Hay madre mía! ¡¿Qué hago, qué hago?!

Hombre, por mí y me quedaba mirando al sirio por toda la hora, o el día que no me importaba. Pero no podía saltarme las clases así por así y además sería un poco extraño quedarme ahí en la entrada durante todo el día mirándole. Más aún porque era obvio que en algún momento el se iría a clase.

Podría hacerme la interesante yo también yéndome a poyarme en algún que otro coche chulo que haya por la zona pero… ¿y si viene su dueño? ¡¡No por favor qué vergüenza!!  

Vuelvo la mirada al aparcamiento y él seguía ahí tan tranquilo mirando curioso a todos lados, a mí ya no me miraba. Total, tampoco había mucho que ver en mí. Solo bastaba con mirar mi atuendo.

¿Por qué justo cuando vengo con lo primero que pillo en el armario me tiene que mirar?

Y yo sí que iba con lo primero que había pillado porque ahora mismo parecía un la casitos  de lo colorida que iba y no como otras que presumen de haberse puesto lo primero que han visto y tan monas que se vienen. Yo eso no me lo creo, seguro y se han pasado más de media hora pensando en lo que ponerse para venir y presumir de guapas.

“Hay madre pero qué fea que vengo hoy…me he puesto lo primero que alcanzó mi mano y encima estaba medio dormida”


¡¡Tendrán morro las mal paridas!!

Bueno, ya estamos otra vez hablando mal de la gente, no sé de quién adopté esa manía pero no me gustaba en lo absoluto y sin embargo lo hacía sin parar.


Miro la hora, luego mi atuendo y finalmente le miro a él. Bien conjuntado y guapo…el próximo autobús pasa en 10 minutos y creo que…de repente…me está doliendo mucho la cabeza…sí, yo también creo que será mejor irme para casa antes de empeorar. Me doy media vuelta y voy prácticamente corriendo hacia la parada.





                              ***


-¿Qué haces aquí? –ouh…se me olvidaba que el idiota estaba en casa.

-Nada.

-¿A dónde fuiste así vestida? Pareces un payaso. –se burló. Jo, ¿Tan mal estaba?

-Vaya gracias. –le  agradecí de manera sarcástica.

-Hija, ¿Qué haces aquí? –mi madre me miró asombrada. Claro, no me esperaba a las diez de la mañana en casa.

-Salam mamá. –le sonreí forzadamente ya que la cara con la que me miraba no era del todo amistosa.

-Está de pellas. –el mete mierda entró en escena.

-Sí idiota, y vendría a casa.

-Najima, estoy hablando yo contigo.

-Sí claro mamá. Dime.

-¿Por qué has vuelto a casa?

-Me sentía un poco mal.

-Deja ya de  hacerte la enferma ¿No Najima? Por unos días…vale pero qué quieres… ¿Tirarte así un mes? Que no cuela.

-Nassim, estoy hablando yo con tu hermana así que si no te importa cállate. -¡Toma! ¡Te jodes!-pensé.

-Mamá enserio, mira, ven a mi cuarto y hablamos tranquilamente.

-No estoy para jueguecitos.

-Venga mamá.

-No. –joder, está enfadada…

-No quería ir y ya está.

-Ah…que no querías ir.

-Sí.

-¿¡Te crees que los estudios se pueden tomar a la ligera?! ¡O estudias o no estudias! Pero a mí que estés un día voy y otro no me apetece no te lo voy a consentir… ¿¡Me has escuchado!?

-Sí mama. -dije cabizbaja. Nassim me hacía muecas por detrás del cuerpo de mi madre pero yo intentaba mantenerme seria.
Mi madre se gira y pilla a Nassim sacándome la lengua y haciéndose el bizco, saca la chancla y le da dos chancletazos en la pierna. Yo empiezo a partirme cuando se gira a mí y me da en el brazo.

-¡¡Joo mama!! Deja de darme que ya tengo mis años.

-Pues demuéstralo porque parecéis niños de cinco años. –anda que si no estaba enfadada.

-Mamá me has hecho daño. –se quejó Nassim frotándose la pierna golpeada.

-Pues ahora al rincón a enfriarla. –sin poder evitarlo me empiezo a reír otra vez pero corro para mi cuarto porque de verdad que no quería otra.


Jodida chancla, me dejó marca.


Najima VS MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora