Parecía mentira que llevara dos semanas trabajando en la tienda de ropa.
A diferencia de lo que pensaba en un principio, la tienda tenía mucha clientela y estaba todo el día de un lado para otro.
Resulta ser que la mujer y su marido se había jubilado y, al no tener hijos, buscaban a alguien que se ocupara de las ventas ya que tampoco se querían deshacer del establecimiento..
Era hora de cerrar, había llegado ya la hora de comer y ansiaba una silla para descansar mi cansado trasero.
Cerré las puertas de la tienda y bajé la puerta metálica para después meterme en el pequeño cuarto reservado para empleados. Y en este caso, yo.
Saqué el bocadillo de mi bolso y me senté en la silla del mostrador poniendo los pies sobre este. Mientras degullaba mi comida me puse a cotillear en mis cuentas de Facebook e Instagram, y tan tranquila que estaba yo hasta que escucho unos ruidos en la puerta de entrada. Alguien estaba llamando.
¿Pero a qué clase de idiota se le ocurre llamar en una tienda cuando esta está cerrada?
Decido ignorarlo y seguir con lo que estaba haciendo pero los golpes no cesaban y cada vez eran más intensos.
Y me estaban desquiciando.
Pero una cosa tenía clara, bajo nungún concepto me iba a levantar para saber quien era el maldito malparido que no me dejaba tranquila.
Tiro el envoltorio del bocadillo e intento encestar en la papelera.
-Uuuhhyyy...casi...-y de nuevo los golpes. -¿¡Pero bueno...!? -grité enfurruñada sabiendo que nadie me podría escuchar, si acaso la persona que estuviera golpeando la entrada.
Me levanté de donde estaba y me fui al baño, tenía el pañuelo totalmente descolocado por lo que me lo quité y me enjuagué un poco la cara para despues volver a colocármelo.
Siento a mi móvil vibrar y lo saco para descolgar la llamada de mi jefa.
-¿Si?
-Hola cielo.
-Hola M° Carmen. ¿Que tal?
-Muy bien hija, ¿Y tu cómo andas?
-Pues muy bien, la tienda ahora está cerrada pero yo estoy aquí dentro...comiendo. -dudé al decir lo último, ¿Estaba comiendo? Pues claro que no. En fin...
-Vaya me alegro, que aproveche.
-Gracias.
-Najima hija, siento tener que decirtelo ahora y así...-oh dios mío, ya ha llegado el día de la despedida otra vez. -Y tampoco me voy a enrollar contándote todo, simplemente decirte que vas a tener a un compañero de trabajo durante el turno de tarde. -sin poder evitarlo, suspiré de alivio. -Y el chaval me acaba de llamar diciéndome que llamaba a la puerta pero que nadie le contestaba. -algo hizo click en mi cabeza.
-Oh...por lo que es el...supongo.
-¿Ha estado alguien llamando a la puerta?
-Mas que llamar parecía que quería tirarla.
-¿Y no has ido a ver quien era? -dijo tras una leve risilla.
-No. Pensé que era un cliente y como ya había cerrado pues me dio pereza volver a abrir. -le fui sincera.
-Bueno, que es él. Ábrele y enséñale las normas y esas cosas. Te lo dejo en tus manos y espero que os llevéis bien.
-Claro, no hay problema Carmen.
-Gracias cielo. Ahora te tengo que dejar. Un saludo.-Adiós.
Colgué y me heché un vistazo al espejo.
Nah...perfecta.
Salí del cuarto de baño decidida a abrir la puerta a quien fuese que estuviera ahi fuera pero me di cuenta de que los golpes ya habían cesado. Eso me hizo parar a escuchar con más precisión a ver si conseguía percibir algo.
Nada, silencio.
Dudé en si abrir o no pero finalmente me decidí por la primera y nada más hacerlo, me encontré con un hombre que daba la espalda al vidrio y que estaba hablando por teléfono pero que, al escuchar el chirrido de la puerta metálica abriese se giró.
Omg!!
¡¿Ese iba a ser mi compañero de trabajo?!
-Hola. -me dijo con una sonrisa. -Oh...deberia decir mejor...salam. -se corrigió ensanchando su sonrisa.
-Wa3alaikum salam. -le respondí un poco dudosa. ¿Qué se supone que tendría que hacer ahora?
-¿No me vas a dejar pasar? -alzó una ceja.
-Eh...no. Digo...sí. Osea....nose. ¿Debería? -oh cielo santo, no me puedo dejar intimidar.
-Supongo, voy a trabajar aquí asi que...-se encogió de hombros. Me aclaré la garganta y recobré la compostura.
-Por supuesto. Pasa. -me hice a un lado y él aceptó la invitación pasando por mi lado dejando un rastro de su colonia.
Olía muy bien. Muy, muy bien.
No te va a intimidar, no te va a intimidar...
Cerré la puerta y seguí el mismo camino por el que había pasado...uy, pero si no sé ni cómo se llama.
¿Debería preguntarle o dejar que me lo diga él?
Si se lo preguntó pensará que me interesa, y es obvio que no me interesa.
Aja...
Claro que no me interesa...tss...
Mientras él observaba el entorno yo le observaba a él, por lo que cuando se giró me pilló atravesándole con la mirada y la aprté avergonzada, y estaba segura de que me había puesto colorada porque sentía mis mejillas arder cuando escuché una risilla por su parte.
Engreído.
Ya le había calificado como un tío buenorro y guapísimo pero arrogante, con un ego por las nubes, creído y maleducado.
¡Ja!
Y eso que solo habíamos intercambiado un par de frases y no se llamaba "juzgar sin conocer" se llama "intuición"
¿Cómo te quedas eeehh?
Y lo más fuerte es que era moro, ¡¡Sí, sí, moro!!

ESTÁS LEYENDO
Najima VS Mundo
HumorUna historia diferente, con personajes diferentes pero con un tema común. Todo comienza con el nuevo puesto de trabajo de Najima, la chica patosa, alocada y despreocupada que intenta terminar su carrera de magisterio, carrera para muchos equivocada...