POV NAJIMA
La semana había transcurrido sin otra discusión con Mohamed Amin. Nos evitábamos de una manera sorprendente hasta llegar el punto de no notar la presencia del otro, o al menos por mi parte.
Las cosas habían cambiado considerablemente en lo que venía a ser nuestra relación. Si antes esperaba la hora de su llegada, ahora lo único que no deseaba era que cruzara la puerta de la tienda. Si antes le miraba con descaro mientras estuviera distraído ahora intento no cruzarme con su persona. Si antes intentaba mantener conversaciones ahora ni le saludaba. Sin embargo, me sentía horriblemente horrible.
Ya no tenía esa motivación para ir a trabajar parte porque el ambiente en el trabajo era pésimo y parte porque mi hermano Rayan junto a su esposa y mi sobrina habían vuelto a su casa al finalizar la semana. La casa estaba demasiado silenciosa y apagada sin la presencia de estos y ya no tenía a quién recurrir cuando estaba en aprietos. Solo me quedaba el idiota de Nassim que no hacía más que crear problemas.
Desde que el coche se había estropeado no lo había vuelto a tomar porque tal y como le había dicho no pagué con él ni un euro de los gastos del arreglo, de hecho tenía pensado dejar de compartir con él el auto porque mi hermano pequeño era todavía un novato y no hacía más que romper esto y lo otro y yo como idiota le iba pagando la mitad de lo que costaba además de siempre echarle yo la gasolina.
Ya me compraría otro mejor y que fuera para mí sola.
***
Dentro de dos semanas comenzaban las clases y por lo tanto cambiaba también mi horario laboral. Mi compañero le había facilitado las cosas a la dueña proponiendo la ocupación de mi puesto por las mañanas y tardes y yo el suyo de tardes. Quería dejar su trabajo en la gasolinera porque, según lo que le contó a Mª Carmen, tenía que levantarse muy temprano y le pagaban demasiado poco y trabajar el horario completo en un mismo lugar le agradaba más.
Y en cierto modo se lo tenía agradecido porque uno de los dos seguro y hubiese sido despedido y me veía la candidata perfecta para la situación pero, gracias a él, podía mantener mi trabajo y estudiar al mismo tiempo.
Hoy era domingo y por lo tanto no trabajaba por la tarde. Quise aprovecha los últimos días de buen tiempo de verano por lo que propuse salir a dar una vuelta por los alrededores, pero recibí la negativa de todos y al final me tuve que conformar con salir a la terraza a que me diese un poco el sol.
Aburrida de estar en casa sin hacer nada fui a hablar con Nassim con la intención de poder salir con él a alguna parte pero le encontré roncando acostado boca abajo en su cama.
-Nassim…-me acerqué a él y le sacudí suavemente.
-Kiaybsfohn… -murmuró algo en sueños para volver a roncar.
-¡Nassim! –esta vez se lo dije más fuerte y él, abrió un ojo y me miró.
-¿Qué quieres? –le salió un voz ronca y apagada.
-Quiero salir, venga vente conmigo… -le pedí sintiéndome la chica más idiota del planeta. –su respuesta fue cerrar nuevamente el ojo y voltearse dándome la espalda. –Venga por favor tío no seas así de idiota…-le volví a suplicar con ganas ya de estrangularle. -¿Sabes qué? ¡Que te den gilipollas! –le grité enfadada al no recibir ninguna respuesta por su parte.
Eso era un no definitivo.
Y yo me cagaba en él. Para un día que tenia libre y podía salir un poco, no podía porque nadie quería ir conmigo y no me dejaban salir sola a la calle. A pesar de mis 22 años no podía ir a ninguna parte sin acompañamiento. Era injusta la poca confianza que tenían mis padres en mí. Pero claro, el idita de Nassim podía ir a cualquier lugar sin que si quiera tener que pedir permiso ni decir a dónde iba a Najima…no Najima no que se la pueden comer los lobos allá fuera.
Derrotada me metí en mi cuarto y me tumbé en la cama boca arriba mirando el techo mientras pensaba en algo que hacer que me recompensara el hecho de tener que quedarme en casa el resto de la tarde.
Cogí el móvil de la mesilla de noche con la esperanza de tener algún mensaje o alguna llamada perdida que me hiciera perder un poquito de tiempo pero nada. Ni una sola notificación en la barra de estado.
Hay dios mío pero qué pena doy.
Estaba tumbada en mi cama cuando escucho la puerta de mi habitación abrirse. Como estaba de espaldas a esta pude disimular que estaba dormida cuando escuché la voz de mi madre decirme que fuera a hacer la cena.
-Oh pero si está dormida…-susurró para sí misma. –Najima…-me llamó intentando despertarme, sin embargo yo no hice ningún movimiento ni respondí a su llamada a pesar de estar escuchándola a la perfección. –Pues nada…se rindió y salió de mi cuarto cerrando la puerta tras de sí.
Abrí los ojos cuando volví a notar soledad en el cuarto y me giré.
-¡¡Aaaaaahh!! –lancé un grito cuando me encontré de narices con la cara pasmada de Nassim.
-¡¡Mamá Najima está desierta!! ¡¡Solo le hacía para no hacer la cena!! – gritó soltando una estruendosa carcajada.
-¡¡Fuera de mi cuarto estúpido de mierda!! –le grité yo a mi vez al idiota de mi hermano pequeño mientras le intenté dar una patada sin calcular el sitio que le alcanzaría.
Y digo intenté porque Nassim me cogió la pierna al vuelo y me tiró de esta haciéndome caer y dándome un golpe en la cabeza al chocar con el duro suelo. Todo me dio vueltas y cerré los ojos con fuerza al sentir un dolor agudo en la zona golpeada. Al principio, mi intención no era en absoluto fingir que me había desmayado y perdido la conciencia pero él me dio la idea.
-Levántate ya niña mimada que no te ha pasado nada. –para niño mimado él…-Najima…que te levantes y dejes de fingir. –pero yo seguía sin contestar nada con los ojos cerrados. Sentí como me pinchaba el brazo y me lo levantaba para que cuando él dejó de sostenérmelo yo lo dejara caer al suelo como si realmente no pudiera mantenerlo por mí misma. -¡¡Najima!! –se notó su impaciencia y desesperación en su voz nerviosa. –Vamos no seas idiota…levántate por favor…venga…perdón por haberte hecho caer…realmente no era mi intención…por favor…
-Eso era exactamente lo que quería oír. –abro los ojos de golpe, sonriendo con amplitud.
-¿Se puede saber a qué se deben tantos gritos? Ni que estuvierais en la selva. ¿Y qué haces tú en el suelo? –me miró extrañada y medio enfadada.
-¡Najima se hizo la desmayada!
-¡Él me ha tirado de la cama!
-¡Ella se ha hecho la dormida para no hacer la cama!
-¡Él ha entrado en mi cuarto sin mi permiso!
-¡Ella…!
-¡Que os calléis los dos! ¡Ya! –le interrumpió antes de que pudiese añadir nada másy sonreí arrogante por haber tenido la última acusación. -¡Nassim vete del cuarto de tu hermana y Najima tú te vas a ir directa a la cocina a hacer la cena! –nos gritó y nos la quedamos mirando sin hacer ni decir nada. Mi madre no solía enfadarse y menos por temas como las discusiones continuas entre mi hermano y yo, por lo que no entendíamos su reacción. -¡He dicho que ahora! –inmediatamente Nassim y yo nos levantamos y empujándonos el uno al otro salimos en dirección yo, a la cocina y él, a su cuarto.
Dios…pero qué asco de día.
ESTÁS LEYENDO
Najima VS Mundo
HumorUna historia diferente, con personajes diferentes pero con un tema común. Todo comienza con el nuevo puesto de trabajo de Najima, la chica patosa, alocada y despreocupada que intenta terminar su carrera de magisterio, carrera para muchos equivocada...