Y ahi estaba yo, arrastrando mis pies por la calle, desolada y de un momento a otro...
Sin trabajo.
Seeh, eso fue lo que me costó servir un mal café en dos semanas que llevaba de camarera.
Si que era estricto el jefecito eh.
Por lo menos me pagó los dias que estuve sirviendo ¡En monedas de dos euros y billetes de cinco!
Me recordaba a Mordecai y Rigbi. Benson les daba su paga en bolsitas reutilizables.
Es humillante.
Encima que me habia tomado la molestia de crearme una cuenta bancaria para que me ingresara mi paga en ella, va él y me la da en la mano, en un sobre con mi nombre.
Un momento...
Si ya tenia el sobre con mi nombre ya preparado...solo significa que tenia en mente despedirme y a puesto como escusa el pequeño incidente de hoy.
Eso se lo tenia que haber reclamado antes de salir por la puerta de su oficina.
Tan típico de mí...el dia que se me ocurran cosas buenas que decir en el momento de la acción, me aplaudo.
Juro que me aplaudo.
Llego al portal de mi casa y miro para el cielo.
Ayudame Dios mio.
Pido en silencio antes de abrir la puerta y adentrarme en el portal para subir las escaleras mientras voy contando los peldaños.
Me sé de memoria los peldaños que hay desde el portal a la puerta de mi casa.
75.
Y tengo una manía de cada vez que voy subiendo los tengo que contar.
A veces me pongo de los nervios a mí misma pero no lo puedo evitar. Si no los cuento en alto, los cuento en mi mente.
Es desesperante.
Toco la puerta olvidándome de que llevo las llaves encima. Bueno, lo hecho, hecho está así que ahora voy a esperar a que me abran la puerta antes que sacar las llaves para abrirmela yo misma.
Pasan dos minutos y vuelvo a tocar.
-Hola. -me saluda alguna vecina a la que me niego a mirar. Le respondo con otro hola pero sigo sin mirarla.
Odio que me encuentren frente a la puerta de casa y que esta no se quiera abrir. Da la sensación de que no te quieren dejar entrar asi que, indignada saco las llaves y la abro.
Cuelgo mi bolso en el armario de entrada y entro con la intención de pegar unos cuantos chillidos de porqué no me han querido abrir, pero me encuentro con la casa...
Vacía.
No habia nadie.
Espera...¿¡No había nadie!?
¡¡Oh Dios mío mi familia se ha ido y me ha abandonado!! ¡¡Han abandonado a una pobre chica de 22 años sin que su conciencia les remordiera!!
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Najima VS Mundo
HumorUna historia diferente, con personajes diferentes pero con un tema común. Todo comienza con el nuevo puesto de trabajo de Najima, la chica patosa, alocada y despreocupada que intenta terminar su carrera de magisterio, carrera para muchos equivocada...