POV NAJIMA
Decir que estaba emocionada se queda visiblemente corto. Estaba que saltaba de la alegría y ya no sabía ni cómo disimularlo. Me dolían hasta los cachetes de tanto sonreír.
Llegué a mi casa y me encontré con mi hermano en el portal, estaba esperando al ascensor. Me acerqué a él y le saludé con un beso en la mejilla. Él me miró muy sorprendido.
-¿Qué haces? –se limpió la mejilla. -¡Qué asco! ¡Tus babas en mi mejilla! –yo me puse a reír por la mueca de su cara. -¿Acaso tienes fiebre o qué te pasa? –me tocó la frente.
-¿Acaso no puedo saludar con un beso a mi hermano pequeño?
-No, no puedes. Solo las afortunadas más afortunadísimas pueden. –le miro con una ceja levantada.
-Estás realmente mal de la cabeza. Me pregunto si eres tú quién realmente tiene fiebre. –le miré con una fingida cara de preocupación. El ascensor abrió sus puertas, no sin antes emitir su característico pitido anunciando su llegada. Ambos nos metimos dentro y Nassim presionó el botón del 6º piso y se cerraron las puertas.
Sentí la vibración del móvil en mi bolso y lo saqué de en mediato para confirmar mis sospechas de que fuera él y, efectivamente el nombre de "Mimiha" sale en mi pantalla de bloqueo y sonrío como una autómata. Desbloqueo el móvil y me meto en WhatsApp.
Mimiha: Ya estoy en casa, ¿tú?
Mi sonrisa se ensaña aún más y por un momento me había olvidado de la presencia de mi hermano hasta que decide interrumpir mi momento de colegiala.
-¿Por qué estás tan sonriente hoy? –baja la mirada a mis manos y como auto reflejo agarro el móvil con más fuerza y lo guardo. No vaya a ser que me lo cogiera y empezara a cotillear y estar pesado con sus preguntas. Me encojo de hombros restándole importancia al asunto todavía con la sonrisa. -¿Te ha mirado el sirio? ¿O le has visto a menos de 50 metros de distancia?
-¿Qué? –le miré sorprendida. -¿Cómo sigues acordándote de eso si te lo he contado el año pasado y tú no te acuerdas ni de lo que cenaste ayer?
-Cosas así no se olvidan fácilmente. Pero dime. ¿Es eso?
-Eh... no. Al sirio le vi hace un par de días pero ya está. Hoy por lo menos no le he visto. –me volví a encoger de hombros. El ascensor volvió a emitir su sonidito y abrió las puertas. Saqué las llaves de mi bolso mientras salía de este y abrí la puerta de casa.
-¿Entonces?
-Qué pesado eres. No te importa. –pasé de él. Me estaba intimidando con tantas preguntas. -¡Salam! –saludé a mis dos padres con un beso en la mejilla.
-Wa3alikum Salam. Qué bien que hayáis ya venido. Vamos a cenar. –nos dijo mi madre sonriente pues se habrá percatado de que no hubo discusión entre Nassim y yo, sino que habíamos entrado conversando como personas normales que, definitivamente, no éramos.
-Qué bien. –dijo Nassim fingiendo emoción. –Tengo mucha hambre.
-¡Ha! ¿Y cuándo no? –me burlé de él, pero era totalmente cierto pues siempre andaba con algo en la boca, no sabía ni cómo era posible que le cupiese tanto alimento en el estómago. Aún así él pasó de mí y entró a la cocina.
-Mamá, me voy a cambiar de ropa y a rezar ahora vengo para cenar ¿Vale?
-Pues venga entonces, te esperamos. –le sonreí y entré a mi habitación. Y, sin duda alguna, lo primero que hice fue responder al mensaje de... pues de él.
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Najima VS Mundo
HumorUna historia diferente, con personajes diferentes pero con un tema común. Todo comienza con el nuevo puesto de trabajo de Najima, la chica patosa, alocada y despreocupada que intenta terminar su carrera de magisterio, carrera para muchos equivocada...