Capitulo 24

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POV NAJIMA

No sabía hacia dónde me estaba dirigiendo suponiendo que no conocía mucho la zona y mis ojos estaban nublados por las lágrimas. Le odiaba, le odiaba y le súper odiaba. ¿Cómo se atrevía siquiera a mencionar aquellas cosas? ¿Acaso tenía cara de puta? Cada vez que me hablaba era para insinuar lo falsa que era y eso no lo aguantaba. ¿Qué problema tenía conmigo?

No era la primera vez que intentaba decirme que estaba en una relación y esta vez me lo había dejado bien claro. Pero si eso era lo que pensaba que lo pensara, me daba igual o eso quería creer porque de lo contrario, le hubiese dicho desde un principio que Rayan era mi hermano mayor y no hubiese dado lugar a mal entendidos pero era demasiado orgullosa para ello.

Me dejo caer en un banco después de caminar durante más de una hora y cierro los ojos con fuerza para evitar soltar ninguna lágrima. No pensaba llorar y menos por la culpa de un inútil.

No quería volver a casa pero mucho menos quedarme en la calle perdida como estaba y, bajo ningún concepto volvería a la tienda. Resumiendo, que no sabía qué carajos hacer.

Diez minutos después de haberme sentado en el banco me vuelvo a levantar y sigo caminando. Total, pocas opciones tenía. Después de un rato diviso un parque al otro lado de la carretera principal y busco algún puente por el que poder cruzar. Quería ir ahí. Pero no veía ninguno por lo que supuse que debía de haber un cruce de cebra así que caminé de nuevo en su busca.

De tanto caminar iban a explotarme los pies por favor.

Una vez en el parque busqué un sitio cómodo en la hierba para poder sentarme, no era muy grande así que tampoco me costó mucho escoger. Recogí mis piernas y me hice un ovillo sentada apoyada en un árbol. Espero que ningún pájaro me haga un regalito porque no me haría no la más mínima gracia.

No había viento y el silencio era interrumpido por los gritos de los niños mientras jugaban en el tobogán o correteaban uno detrás otros. Empezaba a hacer frío ya que ya estaba anocheciendo pero todavía era pronto para irme a casa.

Aunque pensándolo bien sería mejor que fuera yendo porque si ya de por sí estaba medio perdida, si anochece completamente me perderé completamente. Tendría que encontrar alguna estación de metro por aquí cerca porque si tengo que volver me muero. No puedo caminar dos horas otra vez que mis pies no aguantan. Yo no estoy acostumbrada a caminar y menos tan largas distancias.

***

-Salam mu3alaikum. –saludo a mis padres con un beso en la mejilla al llegar

-Wa3alaikum salam hija. ¿Qué tal hoy en el trabajo? –me pregunta mi madre.

-Bien. –le digo simplemente y me dirijo a mi cuarto.

-Menuda cara de culo que tienes hoy. –me saluda Nassim.

-Yo hoy. Tú siempre. –le respondo yo educadamente como buenos hermanos y sigo mi camino hacia mi habitación. Entro y me aseguro de dejar la puerta bien cerrada  para tirarme a la cama y tumbarme boca abajo, con chaqueta y zapatos todavía encima.

Estaba agotada.

El sueño me estaba venciendo pero el ruido que produce mi puerta al abrirse de golpe me sobresalta, sin embargo, sigo con los ojos cerrados y no me muevo. Ese no podía ser otro que Nassim.

-Vamos a cenar. –y, efectivamente di en el clavo. No respondo y sigo con los ojos cerrados. -¡Tú! ¡Que te levantes que vamos a cenar! –maldito inútil, ¿Acaso no me podía dejar tranquila?

-No quiero comer. –digo en voz baja y amortiguada por la almohada ya que tenía la cara hundida en esta.

-¿Qué dices? Vocaliza.

-Que no quiero comer. –le repito un poco más alto.

-Sigo sin entenderte.

-¡¡Que no quiero comer!! ¡¡Pírate ya de mi cuarto!!

-¡Tampoco pensaba quedarme hacerte compañía eh qué te crees! ¡Encima que me molesto en venir a avistarte!

-¡Pues la próxima vez ahórrate tus molestias que a mí me sobran!

-¡¡Pues vale!! –me grita de nuevo y sale dando un portazo. Le detesto. Entre el Mimiha y el idiota…iban a acabar con mi vida.

¡Oh dios mío cómo les detesto!

Me quito los zapatos y mi ropa y me meto en la cama con ropa interior y camiseta de tirantes. Ni siquiera me molesto en coger algún pijama del armario. Cierro mi puerta con llave esta vez y me vuelvo a meter en la cama tras apagar la luz.

Estaba agotada y realmente necesitaba reponer energías para el siguiente día porque en esos momentos, tumbada en la cama como estaba…no podía con mi existencia.

Najima VS MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora