3: Tesoro
Él torció una mueca, convirtiéndola en una de sus traviesas sonrisas. Fruncí ceño ante la posibilidad de que su respuesta fuese convertir a toda la humanidad en azúcar.
—Probar todos los postres del mundo —replicó al hundir una cuchara para sopa dentro de la torta. Era de esperarse de un adicto al dulce.
—No me sorprende. Si fueras un humano común y corriente, tendrías diabetes hasta por las uñas —comenté con desgano, observando como en cuestión de segundos, se había comido la mitad en seis enormes cucharadas. Yuu se echó a reír, embarrándose los cachetes con caramelo y me invitó un poco—. No voy a abrir la boca. Se vería raro que me des de comer.
—Hazlo por mí, por mi cumpleaños, ¿por favor?
Quería romperle la cuchara en dos o clavársela en uno de los ojos, pero me contuve porque así no actuaba un sacerdote en público. Odiaba tener este tipo de pensamientos, pero desde que él llegó a mi vida, se me ha dificultado poder controlar mi agresión. A regañadientes, asentí y permití que me alimentase.
De casualidad, miré para la entrada y vi a tres muchachas cuchicheando entre ellas sin despegarnos de vista. ¿Qué diantres es tan gracioso? Me hubiera gustado fulminarlas con la mirada, pero terminé sonriéndoles ampliamente.
—También pedí otro deseo.
Yuichiro se llevó la cuchara a los labios, lamiendo el resto que no me había comido y la devolvió a su plato. Extrañado ante su repentino cambio de conducta, porque últimamente no me estaba dando tantos problemas a comparación de nuestro primer mes juntos, me vi prestándole atención.
—¿Y cuál fue?
Arrugué la nariz al percatarme del tono del color de sus mejillas que pasaron de un rosado pálido a un rojo intenso, como si estuviese en llamas. Yuu se frotó la nariz, intentando esconder su mirada y deslizó una de sus manos sobre la mesa hasta llegar a la mía. Sus dedos trataron de entrelazarse con los míos y eso me dio una rara sensación.
—Deseo quedarme siempre a tu lado.
Por primera vez en toda mi vida, jamás me sentí amenazado por tales palabras.
—¿Sabes que la homosexualidad es un pecado? —Bufé al apartarme de la mesa—. Me hubieras dicho antes de salir, que te ibas a confesar para prepararme con agua bendita. Tienes suerte de que siempre traigo un rosario conmigo, así podré ahorcarte y purificar tu cadáver. Mejor vámonos de aquí para poder ir a rezar por tu alma.
El dios se carcajeó.
—Siempre me haces reír con los pecados y esas cosas prohibidas que hay en tu religión. Puede que hayas llegado a ser sacerdote como te lo propusiste, pero ya te dije que tu único dios es Yuichiro. Ósea, yo. ¿Por qué no te rindes y caes a mis pies? —resopló al empujarse otro pedazo de torta.
—¿Por qué no te vas al infierno o a Neptuno? ¡Eres un demonio! Ya te he dicho cientos de veces que yo solo sirvo a Cristo —refunfuñé malhumorado por la insistencia de este absurdo dios.
—¡Hmph! Ya verás que haré que desees servirme por la eternidad —me aseguró al zamparse el último bocado.
A veces no estoy seguro si debería exorcizarlo o mandarlo a asesinar. Cualquiera de las opciones me vendría paz y serenidad, pero me tranquilicé cuando alguien me topó el hombro. Era una de las meseras con un sobre. Sin darme tiempo de reaccionar, Yuu me arranchó el paquete y de él, sacó una fotografía. Éramos los dos juntos con su torta en el medio. El pelinegro sonreía de oreja a oreja, abrazándome.
Me había olvidado por completo que te entregaban una foto profesional gratis por tu cumpleaños si llegabas a consumir más de cien monedas.
—Gracias por el regalo —susurró al llevarse la imagen al pecho—. Lo guardaré como mi más preciado tesoro. ¿Crees que lo podemos mandar a enmarcar?
—¿Qué estupideces dices?
A veces Yuichiro decía las cosas más idiotas.
![](https://img.wattpad.com/cover/84585022-288-k515716.jpg)
ESTÁS LEYENDO
¡Mi dios es un ladrón de dulces!
Fanfiction[MikaYuu x YuuMika] "¿Sabe que acaba de cometer un delito?" Yuichiro esbozó una sonrisa, le arranchó las donas al oficial y chasqueó sus dedos. "¿Y usted sabía que ahora comerán zanahorias?" Frente a los dos hombres, ahora había tres conejos. "¡Po...