6: ¿Dónde estás?
Furioso, batía la mezcla de los panqueques con suprema fuerza, salpicando por todos lados ante lo ocurrido. Era uno de esos momentos en que me estaba conteniendo la creciente agresividad por la culpa de un individuo. ¿Qué había pasado? Ni bien llegamos al orfanato, desperté con mi cabeza recostada sobre su regazo y todas las monjas nos estaban viendo con curiosidad. Hasta una de ellas nos tomó una candente fotografía y me la envió por Whatsapp para el recuerdo. ¿Y quién no dejaba de emocionarse ante el gesto? El dios más estúpido de la galaxia: Yuichiro.
—¡Mierda! —Chillé colérico, sobándome el maldito ojo que acababa de recibir la mixtura de huevos como un proyectil.
Me asusté ante la vulgar palabra que escapó de mis labios y nerviosamente, giré sobre mi sitio. Gracias al Señor, nadie parecía haberme escuchado pues continuaban encargándose de la preparación del almuerzo para los niños.
—Déjame ver eso —pidió Yuu con amabilidad, tomándome de las manos con suavidad.
Ofuscado, lo aparté bruscamente, pero él me sostuvo de las muñecas para que no me fuese a ningún lado. Inesperadamente, sus labios estaban a unos cuantos centímetros de mi rostro.
—No te muevas.
—¡Qué haces! —Rugí al sentir una pequeña brisa provocada por su fresco aliento sobre mi párpado. Quise retroceder, sin embargo, terminé pegado contra el counter de metal de la cocina—. ¡Suéltame! —Refunfuñé al forcejear. Me encontraba incomodo viendo como sus labios formaban una «O» tan cerca de los míos.
—¡Quédate quieto! —Replicó con el mismo tono de voz, soplándome el ojo. Estuve a punto de zafarme de su agarre cuando le di un pisotón, no obstante, ello solo hizo que me sostenga de ambas mejillas y exhale con más potencia sobre mi cara—. ¿Ya puedes ver?
—¡Podría ver mucho mejor si no estuvieses tan cerca! ¿No te hable sobre mantener un diámetro de cincuenta centímetros? Espacio personal, ¿recuerdas? —Le resondré, parpadeando para recuperar la visibilidad del ojo derecho—. Y sí, ya recuperé la vista.
En vez de enojarse conmigo, Yuichiro perfiló una afectuosa sonrisa y me limpió los pómulos con su mandil. Por alguna razón, me invadió un extraño sentimiento que me inspiró seguridad a su lado.
—Me alegro.
Su expresión fue tan angelical que sin darme cuenta, me quedé observándolo. Seguí su espalda sin despegarle de vista hasta que se dispuso a ayudar a una de las monjas recién ingresadas a la congregación. Continué contemplándolo hasta que mi panorama de visión se amplió y noté que la gran mayoría de los ayudantes y monjas me estaban ojeando con curiosidad. Avergonzado, agaché la mirada e intenté esconder mi ligero rubor.
—¿Qué estoy haciendo? —musité para mí mismo, retomando la preparación del postre.
Los preparativos para la fiesta de cumpleaños de todos los niños habían salido a la perfección. Toda la mesa estaba puesta con una variedad increíble de bocaditos, desde dulces hasta salados. Habíamos llenado varios vasos descartables con refrescos naturales y gaseosas para que se sirviesen cuando quisiesen. También, adornamos el pequeño patio con guirnaldas multicolores, globos y otras chucherías que le darían vida al lugar. Y mi detalle favorito: luces de navidad colgando de los árboles.
Muchos de los pequeños sacaban su cabeza por la ventana de sus cuartos, alistándose para la gran celebración y otros se encontraban en el otro patio de juegos, esperando para que les demos la señal.
—¿Ha visto a Yuichiro? —inquirí a una de las monjas que jugaban con un grupo de infantes. Ella me movió la cabeza de forma negativa—. No te preocupes, de todas formas, gracias. Iré a preguntarle a alguien más.
Apresurado, me fui directo a la cocina pues supuse que lo encontraría ahí, atiborrándose de los dulces restantes. Mentalmente me quería dar una patada porque no le había dicho que tenía prohibido tocarlos. De seguro, íbamos a reponer los platos cuando uno de los postres se acabase. Para mi asombro, tan solo me encontré con la Madre Mitsuba y sus subordinadas, distribuyendo el resto de bocaditos que no entraban en la mesa principal.
—Madre, ¿Yuu pasó por aquí?
—No, no lo he visto. ¿Ocurre algo?
—¡No, nada! —dije deprisa, trotando fuera de ahí sin darle chance de interrogarme más.
![](https://img.wattpad.com/cover/84585022-288-k515716.jpg)
ESTÁS LEYENDO
¡Mi dios es un ladrón de dulces!
Fanfiction[MikaYuu x YuuMika] "¿Sabe que acaba de cometer un delito?" Yuichiro esbozó una sonrisa, le arranchó las donas al oficial y chasqueó sus dedos. "¿Y usted sabía que ahora comerán zanahorias?" Frente a los dos hombres, ahora había tres conejos. "¡Po...