Capítulo 7 - El horror y la furia - parte 2

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Hola a todos!

Tarde pero seguro! 

Habíamos dejado a Eva y Finrod en el edificio de Dante, viendo de qué manera pueden salir de ahí. Pero Finrod no sólo debe lidiar con los horrores del edificio, sino también con su compañera...

les dejo una canción que me gusta mucho "Sal con vida" de Three Days Grace :)

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Sin pensarlo dos veces, salieron disparados a la escalera, subieron dos pisos más y llegaron a la azotea. No había mucho lugar para esconderse allí, de modo que cuanto antes encontraran la forma de bajar, mejor.

—Fue genial tu idea de subir hasta aquí, ¿vamos a volar?

Finrod la miró con dureza y luego recorrió los alrededores buscando un blanco que lo convenciera. Hasta que lo encontró. Tomó una de sus flechas con cable y disparó a un gran poste de madera que se erguía en la acera frente al edificio. Fue hacia Eva y la tomó de un brazo sin decirle una palabra, arrastrándola con él como si fuera una niña caprichosa.

—¡Eres odioso!

—En verdad, casi deseo haberme encontrado con el Demonio de Tasmania en lugar de contigo. Ahora vas a calmarte y venir o te dejo aquí para que te diviertas con el monstruo y tu amigo Román. Tú eliges.

Con un gruñido, Eva aflojó y lo acompañó hasta la cornisa.

Miró la soga que cruzaba la calle.

—Estás loco si piensas que voy a...

—Evangeline... —el tono le decía que su paciencia era grande pero tenía un límite —No es tan complicado, bajaremos juntos.

Con cierta reticencia, se acercó a Finrod mientras éste, lo más rápido que podía, se ajustaba un mosquetón a su cinturón y otro al cable de modo que pudieran colgar de la cinta. Una vez que hubo terminado de asegurarse, tomó a Eva por la cintura con más delicadeza de lo que ella esperaba, la sujetó contra él y puso un pie en el borde.

—Aférrate a mí. ¿Lista?

—¡Por supuesto que no!

Eva cerró los ojos y rodeó su cuello. Si miraba hacia abajo un segundo más lo rodearía con las piernas también, pero lo consideró un exceso de confianza. Sentía el fuerte brazo alrededor de su cintura pegándola contra él y su corazón se aceleró. Deseó poner pronto los pies en el suelo y largarse de allí sin mirar atrás.

Se lanzaron desde el borde y en ese momento una bala les pasó silbando. Vieron a Román correr hacia ellos que ya habían comenzado a deslizarse y eran blanco fácil. Con un movimiento preciso de sus piernas, Finrod giró en el aire y sin dejar de sostener a Eva con un brazo, con el otro sacó una daga y se la lanzó a Román, impactándole en el hombro. Con eso lograría demorarlo mientras se deslizaban con fluidez.

«Por qué no matas al maldito.» Pensó Eva, un odio irracional ocupaba su mente y cuando pusieron los pies en el suelo, casi no podía pensar con claridad. Sabía que Román los estaba persiguiendo, que ese ser horrible andaba por ahí también. Era demasiado y ya le estaban dando náuseas. Se sintió arrastrada de nuevo y no tuvo otra opción más que correr. Rodearon el edificio hasta llegar a la moto, que reposaba detrás de un contenedor.

Finrod comenzó a sacar el vehículo a la calle, con prisa, mientras le hablaba.

—Debemos ir a la base, hay que avisar que...

—Oh, ni lo sueñes, —lo interrumpió al borde del llanto, sentía que estaba por darle otro ataque de histeria, la situación la estaba superando—. Hasta aquí llegué yo. Ya sabemos quién está detrás de esto, tú encontraste algo, lo cual me importa un bledo, ustedes cumplen su parte de borrarme mis antecedentes y todos contentos ¡yo me largo!

El Elixir - Trilogía Arwendome #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora