Cómo están tanto tiempo? Me extrañaron? Perdón por la demora!
Bueno, acá estoy con un nuevo capítulo. Bajamos el drama y subimos la temperatura un poco jeje.
Y conoceremos a un nuevo personaje!
Espero que les guste. Gracias por leer y votar. Y por estar ahí
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El corazón le latía desbocado en el pecho. Debió detenerse en el pasillo en penumbras y sostenerse de una pared para recuperar el aire. Había sido más que un beso para ella, aún sentía esa energía vibrando en su piel. Eso no había sido algo normal. Consideró si había sido un error besarlo. Definitivamente, no. Pero...
Se enderezó, atenta. Sabía que estaba a sus espaldas, imponiendo su presencia, observándola. Sumida en sus pensamientos, no lo había oído acercarse, él también podía ser muy sigiloso. No intentó voltearse y cerró los ojos cuando lo escuchó hablar, dejó que su voz susurrante la alcanzara.
—No voy a decir que fue un error ni que lo olvidemos ni que lo lamento, porque nada de eso sería verdad.
Eva giró para mirarlo y apoyándose contra la pared, lo miró de costado y le habló con tono distraído. Tenía que aligerar la carga en sus hombros.
—Oh, ¿te estás refiriendo a cuando estabas haciendo el tonto con Sybilla?
—Sabes muy bien a qué me refiero. No quiero ser sólo tu amigo, Eva.
Rápido, la acorraló contra la pared, poniendo ambos brazos a sus costados. No le habló, ni la tocó, sólo paseó sus ojos por su rostro, bajó a sus labios y luego a su cuello, para volver a clavar su mirada profunda en los ojos verdes que tenía delante. Ni siquiera sabía por qué se estaba conteniendo, quizás porque ella aún ponía cierta distancia y eso lo frenaba un poco, sólo un poco.
—Finrod —le sostuvo la mirada, sabiéndose acorralada, queriendo y no queriendo liberarse —oye, yo...yo tampoco pienso que fue un error, pero ¿no tendrás problemas? Quiero decir... ¿No tienen alguna regla aquí, como no besarse en las zonas comunes o algo....
—Shhhh. —Finrod despegó una de sus manos de la pared para acariciar su mejilla con el dorso de sus dedos—. Dale un poco de descanso a ese cerebro.
Eva inclinó su cabeza hacia la mano que se deslizaba por su rostro y cerró los ojos, oh sí, podría hacer eso... La caricia siguió la línea de su mandíbula y para cuando sintió sus dedos ásperos bajar por su garganta y deslizarse hasta su escote, su cerebro estaba ya casi desconectado. Antes de lo que le hubiera gustado, la mano de Finrod volvió a su ubicación original en el muro, encerrándola de nuevo. Eva seguía con los brazos abajo y estaba presionada contra la pared como si en cualquier momento fuera a convertirse en un mural. No se podía mover, era irresistible y lo odiaba por eso. Bueno, no lo odiaba tanto. Dejó que se acercara más, cuando sus bocas estuvieron a escasos milímetros él se frenó para desviarse y dirigirse a su cuello, posando sus labios húmedos en él. Podía sentir el aroma a lluvia en su pelo revuelto. Sólo se tocaban en el punto en que la boca hacía presión contra su piel, haciendo que su corazón latiera tan fuerte que no sabía cómo no se quedaban sordos. Con mucha suavidad la boca comenzó a recorrerlo, arrancándole un gemido casi involuntario y haciendo que Finrod sonriera contra su piel. Su primer impulso fue golpearlo, pero lo que estaba haciendo en su cuello era tan maravillosamente excitante que sólo pudo tomarse de sus anchos hombros y apretarlos con fuerza, sintiendo cómo se endurecían los músculos bajo su presión. Ya estaba por colgarse de él cuando, con el rabillo del ojo, divisó algo que brillaba cerca del techo. Abrió los ojos muy grandes.
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El Elixir - Trilogía Arwendome #1
Fantasy¿Qué harías si tuvieras en tus manos un objeto misterioso que todos codician? ¿Qué harías si descubres que tu relación con ese objeto es más estrecha de lo que te imaginas? ¿Qué harías si supieras que hay algo más allá de lo que perciben tus ojos? ¿...