Hola a todos!
Tal como lo prometí, acá les dejo un nuevo capítulo donde conoceremos parte de la historia de Finrod. Los dejamos justo en el momento en que Eva intenta quitarle su gorra jeje.
Espero que lo disfruten.
El libro puede conseguirse completo en Amazon.
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Los ojos de Finrod se entrecerraron, como desafiándola a hacerlo. Ante la imposibilidad de resistir semejante reto, Eva se la quitó y sus cabellos liberados se iluminaron como si lo rodeara un halo de luz. Él mismo, por un instante, pareció brillar como el resplandeciente día de primavera.
—¿Por qué las ocultas? ¿Tienes miedo? ¿Vergüenza?
—A veces es difícil lograr que la gente te preste atención cuando están distraídos mirando tus orejas. —Su mirada continuó desafiante, aunque una sonrisa cruzó su rostro.
Eva desvió la vista con aire inocente. Al menos había logrado volver al humor de antes.
—No deberías ocultarlas, son parte de lo que eres y nadie debería avergonzarse de eso.
Un suspiro cansado pasó por los labios de Finrod.
—Hubo un tiempo en que no lo hacía, ¿sabes? Crecí rodeado de toda clase de gente mágica, imagínate que para mí yo era todo lo normal que debía ser. Cuando me alejé de ellos y entré de lleno en este mundo, descubrí que los humanos, si bien al principio me miraban o reaccionaban de cualquier manera que se te ocurra, con el tiempo dejaron de notarlas. Pensé que al fin era aceptado, que creían, pero estaba equivocado. No era aceptación, era negación. La magia moría con los años o con la evolución, no lo sé. ¿Sabes quienes sí lo notaban? Los niños. Eran los primeros en señalarles a sus madres mi rasgo más notorio. Y ellas los alejaban con miedo, algunas me miraban con pena y les decían que era un defecto de nacimiento. No sé qué otras cosas más les dirían. Por eso decidí ocultarlas y guardar mi origen para mí mismo y para quienes no crean que soy un fenómeno de circo.
—¿Crees que alguna vez serán aceptados? ¿Los otros mundos y ustedes como parte de ambos?
—Sí, lo creo, pero no todavía, la humanidad aún no está preparada para volver a creer. En ese sentido deberían regresar a las épocas en que se tomaban estas cosas más naturalmente. No va a ocurrir pronto, eso seguro.
Eva pensó en cómo dos personas podían reaccionar diferente ante la misma situación.
—¿No crees que quizás Román se cortó las orejas por eso mismo? —reflexionó.
—No es la versión que nos llegó, pero cómo saberlo...yo no pienso preguntarle.
—Si te sirve de consuelo, no creo que seas un fenómeno de circo.
—Gracias. —respondió Finrod riendo casi con timidez.
Comieron en silencio unos minutos. Eva lo observaba comer su hamburguesa y en un momento rio. El elfo levantó la vista y la miró con curiosidad.
—Sólo miro a un elfo comer una hamburguesa. ¿No es el mayor anacronismo?
—¡Ja! Te aseguro que mi parte humana no está para nada de acuerdo con esa opinión. La comida de los elfos es muy buena también, deberías probarla alguna vez. Claro que no es tan...grasosa, procesada y apetitosa.
Esa salida era todo un desafío a sus preconceptos. Su curiosidad por él aumentó a límites casi infinitos y por algún lugar tenía que empezar.
—Tu tatuaje es élfico, ¿verdad? ¿Qué dice? ¿«Un anillo para gobernarlos a todos»?
—No exactamente. —Finrod volvió a reír. Se dio cuenta de que en esos últimos días lo hacía con mayor frecuencia. Levantó el brazo y miró su tatuaje como quien vuelve a ver algo que tenía olvidado—. Dice: «Iire Mor lanta, lle-rin Arwendome nuin Ithil». Algo así como «Cuando caiga la oscuridad, recuerda a Arwendome bajo la luna» Es parte de una canción que me cantaba mi madre. La única que recuerdo.
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El Elixir - Trilogía Arwendome #1
Fantasy¿Qué harías si tuvieras en tus manos un objeto misterioso que todos codician? ¿Qué harías si descubres que tu relación con ese objeto es más estrecha de lo que te imaginas? ¿Qué harías si supieras que hay algo más allá de lo que perciben tus ojos? ¿...