Capítulo 23 - Ella es como el viento - parte 1

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Hola a todos!

Espero que hayan comenzado el año muy bien, les deseo lo mejor para el 2018!

Me extrañaron? Aquí les dejo este capítulo, cortito, pero es que el próximo se viene con todo! ;)

Saludos!

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—El chaleco salvó su corazón y sus pulmones de quedar como un carbón humeante y fue bueno que ustedes le hayan hecho reanimación, eso puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte. Aún no sabemos la extensión del daño, pues tiene muchas quemaduras internas, tenemos que ver hasta dónde resultaron afectados sus pulmones o si le quedará algún daño neurológico...o si sobrevive. Estamos haciendo todo lo posible y estos próximos días serán cruciales.

Eva escuchaba al médico con lágrimas en los ojos y el corazón en un puño. Miró a Lucas tendido en la cama, conectado a una maraña de tubos y rodeado de aparatos que lo monitoreaban y controlaban. Tan joven y lleno de energía, no podía morir así. Sentía que ella era la culpable de que estuviera allí, aferrándose a ese hilo de vida que le quedaba.

Luego de que el vehículo de auxilio se lo llevara, habían llegado dos más; uno se llevó el cadáver del invasor y a Sybilla inconsciente, y el otro a Eva y Finrod también a la enfermería. La pierna del joven sangraba tanto que tuvieron que coserlo para cerrarla. La herida de su frente no era grave y su pómulo estaba bastante morado pero no pasaría de eso. Luego habían esperado fuera de la habitación de Lucas mucho tiempo, golpeados, en silencio, uno al lado del otro hasta que salió el médico y les dio el parte. Les permitieron quedarse un rato con él, hasta que le avisaron a Finrod que Alfson lo buscaba. Cuando Eva lo miró, supo que lo que menos quería hacer él era irse, pero no le quedaba otra opción. Lo vio salir de la habitación, cansado, devastado por su amigo y por un momento hasta le dio más pena que el propio Lucas. Se quedó un rato más sosteniendo la mano del joven hasta que el médico le dijo que debía retirarse. Se inclinó y le dio un beso en la frente.

—Lucas, no pienso perderte, ¿entiendes? Voy a venir todos los días a recordarte que debes despertar. —Le susurró al oído y cuando sintió que su voz se quebraba, se fue.

Cabizbaja comenzó a caminar. Se dio cuenta de que cerca de allí, internada en una sala custodiada, estaba Sybilla. Cruzó el pasillo sin levantar la vista, pero unos pasos más adelante cambió de opinión y se volvió. Los guardias estaban a unos metros de la puerta de la habitación, tomando un café en la máquina. No había nadie más allí. Los miró fijo pero ellos no se percataron de su presencia. Cuando giraron para tomar su vaso de café, Eva se deslizó pegada a la pared, abrió la puerta lentamente y entró en la habitación. La joven yacía en la cama, atada con dos gruesas tiras de cuero a los barrotes. Tenía los ojos cerrados, los cabellos despeinados, su expresión no era tranquila. Eva la observó, clavándole la mirada como si con eso pudiera lastimarla más que la flecha de Finrod. No podía creer todo el desastre que había causado.

—¿Qué estás mirando? —La voz de Sybilla era dura y sus ojos eran dos ranuras por donde destilaba odio.

—Pienso en alguna razón para no matarte aquí mismo —respondió Eva con toda la calma que pudo juntar.

Sybilla rio con desprecio.

—No te arriesgarías, soy demasiado valiosa.

—Como si fueras a cooperar.

Volvió a reírse, sin duda las drogas que le habían dado le estaban afectando el cerebro.

—Román escapó, ¿verdad? —dijo con total seguridad—. Ya volverá por mí.

El Elixir - Trilogía Arwendome #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora