Capítulo 13 - Desorientados - parte 2

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Cuando entraron en la oficina de Alfson, ya estaban allí Devdan y Angelina, quien los saludó con un gesto amistoso, sin sonreír, para luego volver la vista a sus papeles. Eva aprovechó para observarla mejor. Ese cabello cuyo largo parecía embebido en sangre, sus cuernos y sus ojos rojos eran tan atractivos como perturbadores. Esa mujer era una contradicción en sí misma pero, ¿no lo eran todos allí? Sólo que en ella era más notorio...cómo podía ser tan sensual y tan fría al mismo tiempo era algo que Eva no se podía explicar.

«¿Cómo terminó saliendo con Finrod? Ok, ok... No. Me. Importa.»

Si no sacudía de su cabeza esas preguntas no iba a poder prestar atención. Alfson tenía un papel en sus manos y comenzó a hablar en ese momento, para su alivio.

—Esto acaba de llegar. Hemos rastreado los nombres escritos en las cartas astrológicas. Son personas reales.

El resto lo miró expectante.

—Casi todos están desaparecidos, algunos hace más tiempo que otros, pero todos reportados como desaparecidos por sus familias. Hasta ahora no han tenido éxito en encontrarlos, ni han recibido llamadas de los supuestos secuestradores.

A Eva se le cayó el corazón al piso, estuvo a punto de ser una más...Suresh era el de expresión más preocupada.

—Sólo tenemos cabos sueltos, el elixir que ahora tiene Dante, cartas astrológicas, seres poseídos y personas desaparecidas, no hay nada que los conecte y tú, Evangeline, que no puedo hacerme una idea de cómo entras en el cuadro.

—Pues yo menos.

—Angelina, ¿lograste sacarle algo a nuestro secuestrador? — preguntó Finrod.

Angelina habló con voz grave y pausada, imposible no prestarle atención.

«¿Tiene algún defecto esta mujer? ¿Mal aliento? ¿No se depila?» Eva suspiró, no había caso, todo en ella parecía perfecto. «Ah...pero algo tiene seguro...bueno, basta».

—El troll en verdad no sabe quién lo contactó. El trato fue hecho telefónicamente y le depositaron la mitad del dinero en una cuenta. La única condición era llevar a Evangeline y un objeto de su pertenencia, a esta dirección.

Les extendió un papel en el que había escrita una dirección. Finrod la guardó, la investigaría después.

—¿Un objeto? Eva, ¿sabes de qué está hablando?

Eva negó con la cabeza, recordó el momento en que entró a su apartamento y vio todo revuelto, había pensado que le habían robado pero no supo qué podía tener de valor que alguien quisiera. No tenía nada más que algún recuerdo familiar, a no ser que....no, imposible. La voz de Alfson interrumpió su pensamiento.

—Por último: Owens, Morgan, quiero que vean esto.

Les extendió una foto. Era de una persona. Estaba muerta. Parecía dormida, pero su rostro estaba demacrado como si en vida hubiera padecido un gran sufrimiento y sólo la muerte le hubiera traído paz. Eva se tapó la boca con las manos, sus ojos se llenaron de lágrimas, de pena y terror. Finrod lo había reconocido también.

—Es una de las criaturas que nos atacó en el edificio de Dante, y que después nos persiguió con velocidad sobrehumana cuando huimos en moto. Al saltar el puente lo perdimos de vista. Lo di por muerto.

—Cuando dije que casi todos estaban desaparecidos, me refería a que uno de ellos sí fue encontrado. Flotando en el río, supuestamente ahogado. No pudieron determinar exactamente el momento de su muerte. Supongo que lo mismo le habrá ocurrido a quien disparaste dentro del edificio, pero de ése no hay noticias, ni cadáver. Angelina se infiltró hace unas noches y encontró todo limpio.

El Elixir - Trilogía Arwendome #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora