Hola!
Tal como lo prometí, no me demoré mucho y acá es dejo la segunda parte del capítulo y el final del Libro I.
Gracias a todos los que me han acompañado (también a Eva y a Finrod en este comienzo de sus aventuras)con sus votos y sus comentarios.
Recuerdan donde quedamos: Alfson dio por terminada la reunión con el consejo, Eva escuchó todo y salió corriendo, alterada.
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—¡Es una locura! —estalló Finrod, si hubiera tenido algo a mano lo hubiera estrellado contra la pared—. Me niego a acatar esas órdenes, Elrik. ¿Para qué necesitamos enemigos si los tenemos adentro?
Finrod se levantó furioso y comenzó a pasear de un lado a otro, preocupado. Momentos antes había oído un ruido velado y una nube de sospecha cruzó su rostro, frenó el impulso por salir y confirmar lo que temía sobre la fuente de ese sonido, no podía abandonar la discusión en su punto más álgido.
—Finrod, siéntate, si has generado alguna clase de sentimientos por esa joven no los antepongas a esto.
—¡Estamos hablando de un ser humano! De los que Limbo suele proteger. ¿O ya se te olvidó? —Su tono de voz mezclaba la ira con el sarcasmo.
—Muchas veces se debe hacer un sacrificio para salvar a muchos. —Se dirigió a Suresh—. ¿Es posible hacerlo en forma controlada, sin que la joven sufra daño alguno?
Finrod lo miró como si hubiera dicho la peor estupidez del universo. Respetaba a Alfson pero no podía creer que aceptara semejante atrocidad. Suresh y Jones intercedieron.
—No tengo forma de saberlo por el momento, una vez yo mismo pensé que podía controlar las fuerzas místicas y pagué por eso.
—Alfson, aun cuando sea así y Owens haya perdido la cabeza por esa chica, ejem...sobre lo cual no sé nada al respecto, tiene razón. Esos cretinos no han conocido a Morgan Le Fay, no saben lo que puede hacer y se ve que no han escuchado una palabra de lo que he contado. Todos somos juguetes para ellos. Van a hacer que me arrepienta de compartir mis proyectos con Limbo.
—¿Le tienes miedo a una mujer?
—¡Era más que eso esa mujer, era mitad mujer y mitad monstruo! Sabes que tuve la desgracia de conocerla personalmente. Te puedo asegurar que no te has topado con nadie como ella y no te lo recomiendo.
—He visto muchas cosas en mi vida y he luchado con seres realmente infernales.
—Pues aquí tendrás a otro. Y va a ser peor el remedio que la enfermedad. ¿Serías capaz de cometer semejante vileza? Si no actúas ya para impedir esto, lo haré yo. —Le espetó el elfo.
—Finrod, te lo advierto, no intentes hacer algo insensato como llevarte a la chica de aquí o ir a enfrentarte a esas momias del Consejo tú solo, no quiero tener que vigilarte o enviarte lejos, al Polo Norte por ejemplo, a verificar las coordenadas. La nave que salió con ese propósito nunca ha llegado a destino, no ha reportado su ubicación desde que ingresó en cielo finlandés ha desaparecido.
No hubo respuesta a eso. Alfson miraba la lejanía, con aire pensativo, juntaba sus dedos y meditaba sobre la conversación. Sin duda, debía escuchar al Consejo porque trabajaba para ellos, pero eso no implicaba obedecerlos a rajatabla, ni mucho menos. Nunca había estado de su parte, prefería una buena discusión con su gente antes de confirmar nada a esos asnos a los que sólo les importaba su porción del mundo, mágica o no. Pero este asunto era muy delicado. Había tanteado y provocado a Finrod y a Aramís sólo para saber hasta donde estarían comprometidos ante un cambio de estrategia. De Devdan estaba seguro que jamás se sumaría a esa propuesta. Sabía que cada uno por sus propias razones, impediría que Evangeline fuera la portadora del Apocalipsis.
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El Elixir - Trilogía Arwendome #1
Fantastik¿Qué harías si tuvieras en tus manos un objeto misterioso que todos codician? ¿Qué harías si descubres que tu relación con ese objeto es más estrecha de lo que te imaginas? ¿Qué harías si supieras que hay algo más allá de lo que perciben tus ojos? ¿...