Capítulo 15 - Juegos de seducción - parte 2

2K 200 19
                                    

Hola a todos!

Tal como lo prometí, la segunda parte del capítulo. Hay algunas revelaciones aquí y conoceremos a otros dos personajes.

Gracias por leer!

********************************

—No me explico cómo dejaste que se te escapara. Contigo no han podido hombres poderosos ni bestias inhumanas, ¿y una joven escuálida te pateó el culo? —El hombre rio con sorna—. Estás perdiendo tus dotes, hermano.

Román apretó los puños y se contuvo. Decidió no responderle, o le pegaría una trompada. Siempre habían tenido una relación bastante buena, en varios momentos de sus vidas no les había quedado otra opción que permanecer muy unidos, a pesar de ser tan diferentes. Como buenos hermanos, no podían estar demasiado tiempo juntos sin intentar matarse y esta vez hacía rato que habían superado el record de convivencia. No había sido tan malo como pensaba, después de todo era la única familia que le quedaba, al menos que él supiera y en ese momento lo necesitaba. Distrajo sus pensamientos asesinos mirando con impaciencia su reloj.

—Mejor ve a ver cómo está tu huésped, las instrucciones ya deberían haberse llevado a cabo y más nos vale que haya salido a la perfección. Debemos seguir con el plan o Dante se pondrá más nervioso de lo que ya está. —A Zoltan, Dante lo tenía sin cuidado, pero pagaba bien y además podía tener a su hermano cerca por un tiempo, si lo dejaba solo más de lo necesario, solía descarrilarse.

—Al fin has dicho algo sensato, no querrás verlo realmente alterado.

Zoltan rio más fuerte.

—Pues tu jefe de mierda me importa bien poco, no sé por qué estás con ese chiflado en lugar de estar ayudando a tu hermano en algo más importante que sus planes descabellados. Sólo cambiarías un negocio turbio por otro, y por lo menos yo no estoy tan demente. 

Un gemido ahogado les llegó tras las paredes.

Ambos hombres se dieron vuelta. Zoltan regresó al bar y Román a supervisar el plan.

Eva esperaba no volver a ver a Finrod en todo el día, o en toda la semana, si pudiera elegir. Decidió que la mejor forma de no cruzárselo era salir a dar una vuelta. Quizás no fuera una buena idea, pero pasar por el laboratorio de Devdan le encendió la lamparita. Golpeó la puerta y desde adentro se escuchó una voz suave invitándola a entrar. El hombre estaba sentado sobre un taburete, mirando algo a través de un microscopio.

—Hola, Doctor Suresh.

—Llámame Devdan o Dev, odio el protocolo y ya tengo bastante de eso en la Universidad.

Eva sonrió y paseó la vista por el lugar. Era una habitación grande abarrotada de objetos; instrumentales que emitían tenues luces, frascos con cosas amorfas en su interior que no se atrevió a mirar con más detenimiento y otros adminículos desconocidos para ella. Al acercarse a la mesa de trabajo sus ojos se posaron en una pequeña foto enmarcada donde una joven de cabello negro y una niña de mejillas sonrosadas sonreían a la cámara.

—Qué bonitas.

Devdan levantó la vista y respondió con voz apagada.

—Mi esposa y mi hija... ya no están conmigo.

—Oh, lo lamento mucho.

—Ellas están bien, lejos, pero bien. A veces la distancia es la mejor medida a tomar cuando ciertas manifestaciones no pueden controlarse.

Eva notó la tristeza en esas pocas palabras y aunque le dio curiosidad, no quiso indagar más. Consideró mejor dejar los preámbulos e ir al grano.

El Elixir - Trilogía Arwendome #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora