Capítulo 15 - Juegos de seducción - parte 1

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¡Hola a todos y Feliz año nuevo! ¡Les deseo un gran 2017!!

Estuve un poco complicada para conectarme, así que esta semana les voy a dejar un capítulo completo y quizás actualice los domingos y miércoles, qué les parece?

Bueno, la primera parte de este capítulo es mas bien divertido (no se si Eva pensará lo mismo) asi que espero que lo disfruten. Sabremos un poquito más de Finrod también :)

La ilustración de su arco, un poquito más abajo.

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Eva despertó muy temprano, desayunó rápido y liviano y bastante relajada al no encontrar a nadie conocido en la cafetería. Decidió que entrenaría un poco, quizás comenzaría con bicicleta y luego algo de punching ball si es que tenían alguno. Si iba a quedarse un tiempo, mejor sería aprovechar el lugar. Por unos segundos, disfrutó de su café lo suficientemente fuerte como para reavivar a un zombie.

Preguntando a cualquiera de camino, llegó al gimnasio del edificio. Era un espacio amplio y bien iluminado. Había aparatos de gimnasia, casilleros, bolsas de pegar de todas formas y tamaños y hasta un ring de boxeo. Algunas espadas de variados tamaños y materiales y otros extraños elementos, que despertaron su curiosidad, colgaban de las paredes. El lugar tenía recovecos que exploraría más tarde. Su imaginación la hacía sospechar que allí se hacía más que mantener el físico en forma. Parecía no haber nadie, excepto por un sonido repetitivo y seco que retumbaba en las paredes y le indicaba que ya había alguien ejercitando. Sabía quién era, pues el ruido de una flecha clavándose en un blanco era inconfundible (y algo que no olvidaría jamás).

Fue acercándose a él por detrás, sigilosamente, como ella sabía hacerlo. Quería admirarlo sin que lo notara y se preparó para el espectáculo. Tenía puesta una camiseta sin mangas pegada al cuerpo, en parte por el sudor, verlo moverse era como una lección de anatomía ambulante. Admiró su espalda, su cintura, cómo se tensaban los músculos de sus brazos cuando se preparaba para lanzar una flecha. Su cuerpo era flexible como su arco y a la vez fuerte como un roble. Ahora podía ver su tatuaje, como un brazalete en su brazo izquierdo, una especie de cadena con intrincados caracteres entrelazados, parecía algún tipo de escritura. Su carcaj colgaba esta vez de un cinturón a un costado de sus caderas. Siguió bajando la vista, llevaba pantalones anchos de entrenamiento e iba descalzo. Era una combinación irresistible de lo mundano con lo místico. Intentó apartar la vista de él, si lo seguía mirando le iba a incendiar el trasero. Finrod bajó el arco, su vista seguía al frente.

—Te has levantado temprano hoy.

Mierda con ese hombre y sus ojos en la nuca.

Eva se acercó, un poco reticente y sin despegar la vista del blanco con todas las flechas clavadas en el centro, en lugar de mirarlo a él. Luego volvió la vista al arco. No pudo evitar notar que en verdad era un objeto hermoso, de madera negra, estilizado y recurvado. Estaba decorado con incrustaciones plateadas, que simulaban una enredadera que lo recorría hasta las puntas, excepto en el mango. Estaba segura de que había visto antes ese diseño.

—Es lindo.

—Lo es, ¿verdad? Cuando era pequeño tenía un arco que mi madre envió a fabricar para mí cuando nací. Con él aprendí el arte de la arquería; nunca me separaba de él hasta que tuve que dejarlo atrás, de modo que mi padre hizo éste. Fundió un brazalete que mi madre le había regalado para hacer con él ésta decoración, decía que era mejor recuerdo que una pulsera que podía ser robada. —Casi con cariño, pasó los dedos por las finas hojas labradas—. Es Arwendome, la planta de la noche, un enredadera que crece por todos lados en el reino. Mi padre era muy habilidoso... —Su sonrisa reflejó algún buen recuerdo que llegaba a su mente—. Este material se llama Mithril, un metal flexible como una vara, pero a la vez más resistente que el hierro, no hay nada como ese metal en este mundo. Y ya casi no se encuentra en las tierras élficas tampoco...debería considerarme afortunado. Es el único recuerdo que tengo de mi "otra" familia, como tú le dices. Mi hermano me enseñó a usarlo, siempre estuvo orgulloso de su habilidad para la arquería y me decía que al menos yo había heredado esa cualidad de ellos.

El Elixir - Trilogía Arwendome #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora