A veces la claridad no ilumina lo suficiente para ver las sombras que se esconden bajo la piel.
El girar de las agujas del reloj era rítmico y perpetuo que resultaba insoportable. A veces la hora pasaba desapercibida, pero otras no era más que un ancla al fondo de un abismo, con la capacidad y el peso de crear temor en nuestros corazones.
Dejé caer la cabeza contra la pared y miré el pomo de la puerta del baño. Necesitaba que se abriera, pero también tenía miedo de las palabras que podrían venir después de ella.
Cerré los ojos y recordé el coche estacionado en la penumbra del camino del bosque, la mano deslizándose por el cristal y los gemidos de ella y Killian.
Ahora solo existía silencio.
—¿Becca? —preguntaron en un hilo de voz unos minutos después.
Pixie me había pedido que la ayudara, pero no fui capaz de traspasar la puerta del baño. Desde el momento en que dijo lo del retraso la acompañé a al camioneta de Tyler, le di mi abrigo y traje a su casa, pero cuando me pidió más no fui capaz de hacerlo.
—No... No sé qué significa esto.
Tomé una respiración profunda y me incorporé para alcanzar el pomo. Ella necesitaba que leyera los resultados. Al fin y al cabo no era más que una adolescente asustada cuyo futuro pendía de un hilo y yo no quería ser la persona que la dejaba sola.
Sabía que Pixie no había deseado esto, que estaba tan aterrada ante la idea de traer a alguien a este mundo sin sentirse preparada, sin haber vivido lo suficiente para comprender tantas cosas que aún no entendía.
Entré al cuarto de baño. Ella estaba sentada sobre la tapa del retrete con el rostro entre las manos, temblando. El test estaba boca abajo, perfectamente alineado en la baldosa frente a sus pies.
Me arrodillé y acaricié su cabello.
—¿Pixie?
No contestó, pero me miró con ojos cristalizados.
—Los resultados pueden cambiar tu vida, pero nos arruinarla. Recuerda esa diferencia.
Me ardía la vista pero me controlé. Tomé el test. Mis nudillos se tornaron blancos mientras cada fibra de mi cuerpo pedía que me alejara, que corriera lejos. Fue tan claro como un día donde reinaba el sol.
Positivo.
Pixie se echó a llorar al ver mi quietud y me desesperé.
—Te asusta, lo entiendo, te está consumiendo el pánico y la tristeza, te estás arrepintiendo de esa noche, de cada decisión que tomaste, estás preguntándote miles de cosas para las que aún no tienes respuesta, quieres golpear, gritar, llorar y destrozar todo. —Mi voz suena estrangulada—. Pero todo estará bien. No fácil, pero bien, te lo prometo. —Tomé sus muñecas par apartar las manos que volvieron a esconder sus rostro—. Te ayudaré.
Quería ser su apoyo, pero por dentro me estaba desmoronando. Dolía saber que en lugar de mitos griegos Killian tendría que cantar canciones de cuna.
Él iba a tener un hijo. Con Pixie. Por culpa de Stella.
Nuevo mensaje de: Desconocido
Espera a ver mi obsequio para el baby Shower.
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El cuenta mitos de Becca
Teen FictionEl cielo y el infierno se han fusionado, es hora de correr.