Capítulo 81

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"Puedes elegir alejarte y no escucharme, pero eres incapaz de dejar de sentirme. Estoy demasiado incrustado en tu corazón."

—Suéltame, Ty —pedí.

En respuesta me dejó de tomar por los brazos para hacerlo suave pero firmemente por los hombros. Me miró con una advertencia en los ojos.

—Vuelve a la cama —ordenó—. Ahora, por favor.

Me aparté de él, mirando de reojo a la destrozada Kyle.

—No me quedaré de brazos cruzados sabiendo que tienen a Glenn.

—¿Y cuál es el plan? —Abrió los brazos con incredulidad—. No sabes dónde está ni cómo averiguarlo. Tienes que pensar en ti esta vez. Ponte primera y cuídate, ¡acaban de dispararte!

Para ese entonces cada habitante de la ciudad ya sabía que Rebecca tenía una gemela que había fingido ser ella. La policía sabía que alguien quería lastimar a Becca, pero ninguno de nosotros fue capaz de acudir a ellos y confesar quiénes eran las personas que se escondían entre máscaras y mensajes de texto. ¿Cómo iban a creernos cuando el prestigioso Sheriff era parte de la farsa?

No teníamos a nadie y estábamos en un punto sin retorno. Todos nuestros recursos externos estaban bloqueados.

—Voy a darles lo que quieren —dije desesperada—, pero no voy a permitir que lo sigan lastimando. 

Se llevó las manos a la cabeza, irritado.

—¡Ni siquiera puedes caminar sin quedarte sin aire!

—Tyler tiene razón, regresa a la cama —dijo Amit cruzándose de brazos.

Intercalé la mirada entre los chicos sin entender cómo podían estar pidiéndome eso. Estaba viva, sí, pero nadie nos aseguraba que Glenn iba a estarlo por cada minuto que desperdiciábamos.

—Tendré tiempo para sanar mis heridas, pero puede que él no lo tenga para seguir respirando —recordé entre dientes.

—No lo abandonaremos. Cuando te den el alta encontraremos la forma de localizarlo —prometió Amit, firme.

Tal vez ya sería demasiado tarde en ese escenario. Intenté buscar el apoyo de Pixie, pero esquivó mis ojos. Estaba del lado de los chicos a pesar de que su brazo se envolvía alrededor de Kyle y le susurraba promesas que podría no ser capaz de cumplir.

—Queremos encontrar a Glenn tanto como tú, pero debemos ser precavidos —insistió Tyler—. No podemos permitir que nos arrinconen otra vez. 

Piensa. 

Piensa.

Piensa.


—Hay que darles lo que quieren —repetí.

—Por supuesto que no haremos esa mierda, ¿estás loca? 

—No, no lo entiendes. —Negué con la cabeza, sintiendo un destello de emoción calentar mi pecho—. Debemos encontrar la forma de hacerles creer que estamos dispuestos a rendirnos sin hacerlo realmente. Ellos quieren venganza, ¿no? —Aún no sabía cuáles eran los motivos del oficial Trainor ni de Sarah para herir a Becca, ¿pero sería el mismo que impulsó a Stella y James a hacer lo que hicieron? ¿O habría otro?—. Necesito hablar con Becca. Ella puede ayudarnos a hallar otro motivo para atraerlos.

Claro que no entregaría mi hermana a esos psicópatas. Esa vez me aseguraría de que no se expusiera.

Las personas a mi alrededor guardaron silencio. Me veían como si estuviera loca, pero pronto entendieron que toda locura tiene su parte cuerda. Les rogué que me apoyaran con el plan.

—Iré por ella a la casa de los Rosewood —apoyó Amit antes de desaparecer, sin hacer más preguntas.

Cuando miré a Tyler, él resopló.

—Intentaré localizar el paradero del hijo de puta y revisaré los archivos de la comisaría. Si Trainor está planeando algo utilizará sus recursos policiales de una forma u otra.

—Y yo conozco lo suficiente a Sarah, sé dónde podría estar. —Asintió Pixie.

—Ven conmigo, haremos un análisis de la topografía de la zona y escanearemos los planos de las posibles construcciones en las que pueden estar —le contestó Tyler.

Ella dio un paso en su dirección, pero luego recordó que Kyle seguía allí, partida en dos en alma y cuerpo. La tristeza e indecisión hicieron flaquear su seguridad, pero le hice un ademán para que se fuera.

—Me quedaré con ella... De igual forma no me dieron el alta, ¿verdad?

Compartimos una sonrisa afligida, pero aún así esperanzada, y se marcharon.

Ky se había sentado en una de las sillas, con las rodillas contra el pecho y los brazos alrededor. Sus ojos estaban fijos en la pared y las lágrimas era silenciosas en las carreras que jugaban en sus mejillas.

—No puedo esperar aquí —murmuró en un hilo de voz—. Es mi hermano, debo hacer algo...

Conocía a la perfección el sentimiento, lo había sentido por Becca y lo seguía haciendo. A pesar de que su temor me estremecía y solo quería abrazarla, inhalé hondo.

—No soy capaz de salir del hospital, pero tú si puedes —recordé—. Necesito que hagas algo por mí. —Sabía que ella aceptaría, porque nada era peor que quedarse esperando por una respuesta que ni siquiera sabías si llegaría—. Ve y encuentra a Oliver Trainor.

Era un riesgo contactar con el mismo hombre que me había engañado por meses, pero era un detective y necesitaba la información que tenía sobre mi pasado. No tenía la certeza de que trabajaba codo a codo junto a su padre y mandar a Kyle a buscarlo era un riesgo. Glenn me hubiera pedido que no lo hiciera, pero teníamos que jugar todas las cartas para ganar la partida.

—¿Crees que puede ayudarnos? ¿Luchará contra su padre? —interrogó desconfiada.

—No lo sé, pero necesitamos averiguar cuánto sabe.

Me miró expectante y se tensó. Me llevó varios segundos darme cuenta que estaba viendo más allá de mí. Me giré para encontrar a una mujer en el umbral de la puerta.

—¿Quién es usted? ¿Puedo ayudarla? —Me aclaré la voz y fui cordial para guardar las apariencias.

Su respuesta me deshizo más que la bala.

—Soy tu madre —susurró.    

El cuenta mitos de BeccaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora