"No digas que me quieres, demuéstrame que lo haces."
—Estás preciosa —dijo Carter antes de abrazarme.
Jamás había usado un vestido antes de ese día.
En el orfanato solían darnos prendas que venían de la caridad. Éramos tantos niños que a veces no todos podían permitirse llevar ropa de su talla o que les gustara. Era un simple pedazo de tela, y cuando te hace falta amor y cientos de cosas que la gente tiene y no aprecia, aprendes que la tela es tela. No cambiarás tu pasado ni tu futuro por lo que vistas.
¿Qué importaba lo material cuando el corazón estaba roto?
Allí, envuelta en ese vestido negro de fiesta, creí que estaba soñando. Carter también había comprado una delicada máscara a juego que se ajustaba a mis facciones a pesar de que insistí en que no debía gastar dinero en esto.
Bajé del auto con Félix siguiendo mis pasos. Padre e hijo estaban envueltos en blancos trajes de tres piezas, mientras Meredith lucía con un largo vestido del mismo color. Era extraño venir a tal evento los cuatro juntos, en familia.
Odiaba que mi corazón se hinchara dentro de mi caja torácica al pensarlo, porque esa no era mi familia, sino la de Becca.Ascendimos por las elegantes escalinatas que llevaban a las puertas de cristal dobles. Llevé discretamente la mano a mi oído y apreté el botón del dispositivo.
—¿Ty? —susurré, quedando un paso atrás de los Rosewood cuando entraban al salón.
Frente a mí un mar de personas vestidas en blanco y negro charlaban detrás de sus máscaras emplumadas o perladas, y si miraba a la calle había una hilera interminable de coches, en cuyos parabrisas se reflejaban las luces del edificio y la luna.
—En posición —respondió—. Sigue caminando y entra al salón.
Mis pies acataron las órdenes y me topé con la mirada de Kyle, quien como supervisora del evento, tomó mi nombre en la entrada y me dejó pasar ojos cautelosos tras su antifaz.Sabía que no debía involucrarla, pero tras revelarle a Tyler quién era el detective que me había seguido todo el tiempo, él recurrió a Glenn por dinero. Setenta y cuatro mil dólares bastaría para llenar los bolsillos de Oliver Trainor y deshacernos de él. Sin embargo, los hermanos Scotterfull aceptaron bajo la condición de ayudarnos esta noche.
A pesar de todo se seguían preocupando por mí y yo de ellos.
El salón parecía sacado de una película de los años 20. Los ventanales se extendían de piso a techo, ofreciendo vistas a un bosque pequeño que rodeaba la propiedad. Todo resplandecía en tonos dorados y plateados. Columnas de bronce, arañas de cristal y copas con la más exquisita champaña se elevaban en el aire. La música clásica acompañaba los pasos y conversaciones alrededor de una gigantesca escalera por la que caía una alfombra de terciopelo rojo.
—Escúchame —dijo Tyler por el intercomunicador—. Mi supervisor vendrá a chequearme en unos pocos minutos, necesito que prestes atención porque seré rápido. —De fondo de escuchan sus dedos golpeando las teclas de un ordenador—. Amit está en la mesa 94, junto con a familia. Le enviaré los planos del segundo piso dentro de cinco minutos. Pixie está en el ala oeste, esperando que subas. Kyle está cubriendo la puerta principal, chequeando quién entra y sale, y Glenn ya se encuentra posicionado en la terraza esperando a que le demos la señal. ¿Sabes que hacer? O mejor dicho, ¿estás lista?
Tomé una bocanada de aire.
—Lista no, pero sé lo que debo hacer.
Por un momento la línea quedó en silencio.
—Suerte, J —susurro entre preocupado y esperanzado antes de cortar la comunicación.📩 Nuevo mensaje.
De: Desconocido.
Te estoy viendo, B. Tengo un obsequio esperando por ti.
Me estremecí ante el mensaje. Sabía que iba a estar aquí, pero me aterraba lo que podría traer consigo.
Para: Desconocido.
Terminemos con los juegos.
Por primera vez contesté a uno de sus mensajes. Fueron solo segundos encapsulados en una eternidad los que tardo en responder.
De: Desconocido.
Hagámoslo.
Entonces, alguien se interpuso en mi camino a la mesa que me correspondía.
Me quedé de piedra.
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El cuenta mitos de Becca
Teen FictionEl cielo y el infierno se han fusionado, es hora de correr.