Tarde de risas

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Salimos de la tienda de campaña, nos preparamos, recogimos todo y nos fuimos de vuelta. Y ese día sí que sí, recogí mis cosas y me fui al piso con Leyla y Carol.

Entré en mi habitación y guardé toda mi ropa en el armario, mientras sacaba la ropa de la maleta y la colocaba vi un sobre que habían dejado mis padres con dinero, dinero para el curso y para pagar una parte de la estancia en el piso. Rápidamente cogí una parte y se la di a Carol.

-Esto es por el piso de aquí a que comience a trabajar.

-Vale perfecto Nicky-me dijo con una amplia sonrisa-.

Salí a comprar comida que nos hacía falta y me ofrecí voluntaria para preparar la comida ya que comeríamos en casa.

-¡Chicas la comida esta lista!-Leyla puso la mesa y nos sentamos cada una con su plato-.

-Y estos días me he enterado que has estado en casa de Adrián y Oliver ¿Verdad?-me dijo Carol con una mirada picara-.

-Sí, una apuesta. Me retó a cantar en el karaoke pero no terminé la canción por ir a vomitar.

-Pues si que bebiste. ¿Y que tal ha ido?-preguntó Leyla bastante interesada-.

-Pues bien, es muy simpático. También me enteré de que tú estabas con Oliver-a Leyla le brillaron los ojos al escuchar ese nombre-.

-Pues sí, hace bastante que estamos juntos, pero no desviemos el tema-dijo metiéndose la comida en la boca-.

-¿Te gusta Adrián?-Carol me dio un suave codazo-.

-¡No! Lo acabo de conocer, a demás solo lo veo como amigo-me miraron con una cara muy extraña-.

-Que raro, a todas las chicas les pierde Adrián. Y él aprovecha-contestó Carol-.

-Tenía pinta de ser el típico que ha estado con muchas-Leyla se metió en mi frase-.

-A ver ha estado con bastantes, ahora como es verano pasa de relaciones, le va más eso de irse enrollando con la primera que este buena-dijo y después masticó-.

-Es que a mí los chicos que van de ese palo no me convencen-respondí-.

-Ya bueno hasta que encuentre a alguna que le guste de verdad-apuntó Carol-.

Después de comer nos pusimos a ver películas, una seguida de otra. Cuándo ya era de noche y se nos revolvieron los estómagos a causa del hambre Leyla llamó y pidió barias bandejas variadas de sushi.

Al terminar me despedí de ellas y me fui a mi habitación a leer. Mis padres me conocían tan bien que me habían traído un libro. Me iba a poner a leer cuando escuche que mi móvil sonaba, lo cogí y contesté.

-Hola-dije-.

-Hola, ¿Ya te vas a dormir?-me preguntó Adrián-.

-Iba a leer un rato y después me voy a dormir. ¿Por qué lo dices?

-Quería darte las buenas noches-sonreí-.

-Buenas noches Adrián-susurré-.

Él colgó, me sorprendió que me hubiera llamado solamente para darme las buenas noches. Me di dos o tres vueltas de un lado a otro de la cama hasta que adopté la postura adecuada para dormirme.

Ya había pasado un día desde que Eden se fue y no me había enviado ningún mensaje, ni me había llamado, no prestaba ni la menor atención hacía mí.

Así que le llamé.

-Hola Eden.

-Hola ¿Cómo estás?-preguntó-.

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora