Interesado en mi

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Notaba su respiración, tenia sus labios a centímetros de los míos, miraba sus labios con deseo pero no sabia cual era la intención de Adrián, cerré los ojos esperando ese momento, ese momento en el que…
-¿Que chicos venís con nosotros?-dijo Carol a la vez que nosotros nos sobresaltamos-.
Rápidamente nos separamos y hasta ella se pudo dar cuenta que había estropeado aquel momento, bueno quizás no, a pesar de su inteligencia a veces era muy torpe.
Los tres salimos de la cocina y fuimos con el resto de amigos. No sabía muy bien porque Adrián estaba así conmigo, quizás era por lo que Leyla me había contado de su pelea con aquel tío del gimnasio, la verdad que no tenía ni idea de que él boxeaba pero ahora que lo sabia no es que me hiciera mucha gracia, en el momento en que me lo explicó, recordé aquella vez en el aeropuerto y como golpeó a Eden, me sentí culpable en aquel momento, pero me sentía más calmada al saber que el que antes era mi novio ya sabia todo y ahora éramos muy buenos amigos. Al fin y al cabo éramos más amigos que novios, me sentía muy a gusto con él, y me entendía en todo, pero nunca había despertado en mi esa atracción que me despertaba Adrián constantemente.
-¿Y si vamos ya a casa? Estoy un poco cansado pero si queréis, mañana podemos irnos de fiesta por la noche así pasamos el último fin de semana antes de que vayáis a clases por ahí como tanto nos gusta-propuso Oliver-.
-¡Fiesta, claro que sí!-contestó Leyla muy animada-.
-Me parece bien-dijo Carol- se lo podría decir también a Tom para que viniera-continuó-.
-Por mi vale-dije deseando que Adrián también dijera que iba a ir-.
-Yo no sé es que con todo el tema del ojo-comentó Adrián-.
-Es de noche no se ve, a de más, tampoco es que se vaya a fijar todo el mundo en ti-intenté convencerlo a la vez que le miraba con una media sonrisa-.
-Bueno ya veré que hago mañana-dijo él haciéndose el duro-.
-Vendrás estoy segura-dijo Leyla sabiendo que su amigo era igual de fiestero que ella-.
Adrián y Oliver se fueron y nosotras nos quedamos en casa, y como yo también quería dormir me fui a mi habitación después de haberme despedido de las chicas.
Me desperté bastante temprano ya que no es que me fuera a dormir muy tarde, así que aunque era sábado y era el lunes cuando volvía a la rutina de trabajar y estudiar, me dispuse a empezar ya lo de salir a correr por las mañanas, estuve mas o menos lo que suelo estar una hora y al llegar me duche para quitarme todo el calor que tenía. Al salir me puse unos tejanos oscuros que tenían una pequeña obertura en las rodillas combinados con una blusa blanca con un volante en el escote y unas deportivas del mismo color.
A Carol, Leyla y a mi nos apetecía comer fuera, fuimos a un restaurante que estaba cerca del hotel en el que había estado tres días. El restaurante era bastante bonito, cada una escogió el plato que más le apetecía, al rato después de habernos servido el agua y un cesto de mimbre con bollitos de pan, nos trajeron los platos.
-¿Ya le has dicho a Adrián que dejaste a Eden?-me preguntó Carol después de haber saboreado su deliciosa lasaña-.
-La verdad es que no he hablado mucho con él-dije mientras me llevaba la copa de agua a la boca-así que no, no lo sabe-contesté-.
-Que raro que no te haya preguntado, se le notaba muy afectado-dijo Leyla-es más venia cada día por la mañana para saber si estabas o si sabíamos algo de ti-al terminar pincha uno de aquellos raviolis rellenos de verdura-nunca había visto a Adrián así-apunta y se mete el tenedor en la boca-.
Me sorprende hubiera estado yendo cada día solamente para saber de mi, la verdad es que no me hubiera imaginado esa actitud, sabía que estaba interesado en que me pasaba y que se preocupaba por mi, ya que me escribía cada día, pero eso, eso me sorprendió.
-Pue si, cada mañana picaba a la puerta-dice Carol poniendo los ojos en blanco-la verdad es que esperaba que algún día dejara de hacerlo-comenta mientras se dispone a morder aquel trozo de pan-pero ya me he dado cuenta de que cabezón es un rato-dice mientras intenta hablar sin la boca llena-.
-Pues si que estaba interesado en que volviera…-dije mientras intentaba buscar una explicación a la actitud que había tenido el mismo día que volví-.
-¿Interesado?-dijo Leyla-Adrián estaba ansioso por verte, eso tenlo claro-afirma muy firmemente y convencida de lo que estaba diciendo-.
Estuvimos comiendo aquellos deliciosos platos y al terminar volvimos a casa. Pasamos la tarde como muchas otras veces y como extrañaba hacerlo, viendo películas de amor, pintándonos las uñas y cotilleando. Estuvimos hablando de Tomás mi compañero en el trabajo, solamente porque Carol se llevaba muy bien con él, quizás algo mejor de lo normal, por eso mismo cuándo Oliver propuso de salir por la noche ella dijo de invitarlo.
Antes de salir llamamos a Oliver para confirmas si él y Adrián iban al final, ya sabíamos que el rubio de tatuajes iba a venir pero todavía no sabíamos que iba a hacer Adrián a pesar de ser de los más fiesteros del grupo. Una vez habló Leyla con su novio y nos dijo que si venían nos comenzamos a duchar por turnos como solíamos hacer siempre que íbamos a algún lado por la noche, desde que estaba allí había salido muchísimas más veces que antes, los jóvenes parisinos eran bastante fiesteros y alocados, cosa que me encantaba porque yo era muy similar a ellos. Esa noche decidí vestirme con un tejano para poder bailar despreocupadamente y una camiseta de manga larga transparente que dejaba ver uno de mis sujetadores lenceros preferido, en ese caso también negro y para finalizar me puse unos tacones negros porque tampoco es que quisiera destacar, me gustaba más eso de pasar por desapercibida y era demasiado común en mi que eligiera el color negro como opción para vestirme. Leyla llevaba un vestido blanco de manga francesa bastante vaporoso amarrado con un cinturón no muy ancho a la cintura, el vestido le caía por encima de las rodillas y dejaba ver sus piernas blanquitas y muy estilizadas por unos tacones de un tono beige, en cambio Carol solía vestirse mucho más normal, ya que le gustaba ir bien pero tampoco sin arreglarse demasiado, como a veces me pasaba a mi. Iba con unos pantalones negros bastante apretados y una blusa de media manga con un pequeño volante que caía al final de color granate que me combinaba a la perfección con su pelo.
A los diez minutos de estar listas nos picaron al timbre para que bajáramos, ya estaban dentro del coche y dispuestos para irnos de fiesta. Aunque ellos dos iban delante y Adrián era el que estaba conduciendo, me pude fijar que su ojo ya no estaba tan morado como el día anterior, se le veía una mejor cara y relucía pese a cualquier golpe que le dieran como siempre, sus brillantes ojos verdes, esos que me atrajeron desde que le vi por primera vez.
Llegamos a una de las discotecas que más nos gustaba ir y justo en la puerta estaba Tom, y no es que yo me diera cuenta de que estaba, es decir, era tarea difícil encontrar a alguien por ahí, porque esta lleno de gente por todas partes. Carol le saludó muy efusivamente a diferencia de el resto que lo saludamos como de costumbre aunque yo hacía días que no lo veía, pero él no se interesó mucho ya que a penas me prestó atención, él sólo estaba por Carol y eso me parecía demasiado tierno.
-Al final has venido-le dije a Adrián mientras nos disponíamos a entrar a la discoteca-.
-Sí, te quería dejar con la incertidumbre de no saber si aparecería por aquí-se coloca el flequillo que a veces topaba con sus ojos mientras me contesta-algo parecido a lo que tu hiciste conmigo cuando te fuiste-continuó Adrián-.
-Pero bueno ya estoy aquí-dije mientras lo miraba con una sonrisa-.
-Y yo también-contestó ágilmente y devolviéndome la sonrisa pero él mucho más picara-.
Los demás ya estaban bailando a su aire y nosotros estábamos parados mirando al resto de personas bailar y beber disfrutando de la noche como mejor sabían.
-Ven quiero enseñarte algo-dijo Adrián mientras me cogía una vez más de la mano para que fuera detrás de él-.
Simplemente dejé que me llevara a donde quería que la verdad que no tenia ni la menos idea de que quería hacer. Y ahí estábamos, en el mismo sitio de hacía algo más de un mes, donde estaba en modo: Tierra trágame y donde él intentaba limpiarse aquella gran mancha.
-¿Te das cuenta que este lavabo es sólo de chicos no?-digo señalando al cartel-.
-Ya lo sé tonta, yo no soy el que confunde esas cosas-dice mirándome intensamente-.
-Y que se supone que…-pero no me deja terminar la frase-.
Se acerca a mi, se acerca mucho a mi y eso hace que mi culo tenga que chocar contra el mármol del lavamanos y que directamente mis manos se apoyen en el, Adrián se aproxima aún más a mi, ni si quiera el aire podía pasar entre nosotros, estoy apunto de decirle algo cuando otra vez vuelvo a ser interrumpida.

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora