Ya era domingo, solo un día para comenzar las clases, sinceramente no tenía ganas. Ya lo había comentado en el trabajo para que me cambiaran el turno por la tarde y no hubo problema. Por eso mismo eran las doce y hacía poco que estaba en pie, aproveché bien esa mañana para dormir.
Estuve hablando con mis padres y les expliqué que al día siguiente comenzaba las clases aunque ellos ya lo sabían porque recibían también los correos.
Me vestí con ropa deportiva, me hice una cola, cogí mi móvil, le enchufé los cascos me los puse, avisé a las chicas que salía un momento y salí por la puerta.
Quería coger una buena rutina de deporte, ya que comenzaría la rutina, la comenzaba pero bien. Aunque ya llevaba un tiempo aquí me seguía maravillando cada vez que miraba todo, cada pequeño detalle de este sitio me parecía alucinante, pase por varios sitios, la verdad es que la música me teletransportaba. Estuve corriendo una hora, al volver a casa lo primero que hice fue ducharme y después comí con Leyla y Carol.
¿Nos vemos?
No entre en el mensaje me esperé para contestarle.
Como quieras.
Creo que no tengo que decidir yo.
Te recojo a las ocho.
Okey.
Respondí.
Nunca estaba mal eso de pasar un rato con Adrián, más bien creo que si no tuviera esos ratos todo sería bastante raro. Al llegar aquí fue de las primeras personas con las que congenié, de hecho creo que a pesar de haber conocido antes a Carol y a Leyla, con él fue con la primera persona de aquí que estuve a gusto. No era muy difícil, me hacía y me hace pasar buenos ratos, me hace reír, fue súper amable al acompañarme a recoger a mis padres y conmigo en general, y desde un principio he sentido como intentaba cuidarme.
Lo he intentado poner muchas veces de lo peor, y no estoy diciendo que no tenga nada malo, al contrario hay algunas cosas que no soporto de él, pero el pensar que él era problema para mí, es un pensamiento fallido, más bien creo que lo que más me estorba ahora es Eden, pero repito, a mí, porque si las cosas fueran como tienen que ir el único que sobra es Adrián.
Pasamos una tarde de chicas, como supongo que todas hemos pasado una, hablando de nuestras cosas pintándonos las uñas y yo aproveché y me duche un poco antes para que Leyla me secara el pelo, mejor dicho me hiciera lo que quisiese, le encantaba todo ese rollo y no es que se le diera mal. Me secó el pelo y faltó poco para que me quedara dormida de tanto acariciarme el pelo, me rizó el pelo de una forma súper natural. Eran casi las ocho y me vestí con unos tejanos y una camiseta blanca, de lo más simple que tenía en el armario.
Adrián me llamó y me dijo que me esperaba abajo en el coche, así que bajé a encontrarme con él.
Yo muy impaciente como siempre nada más entrar pregunté.
-¿A dónde vamos?
-Hola, hola-se rió-a un restaurante de hamburguesas buenísimo-acepté con la cabeza-.
El restaurante era como los americanos, súper bien ambientado y bastante gente disfrutando de sus hamburguesas. Tenía muy buena pinta.
Nos sentamos en unas mesas y bueno no tardé mucho en escoger comida, había de todo tipo de hamburguesas pero me pedí la de toda la vida, pan, lechuga, tomate, hamburguesa y pan. Simple pero deliciosa, no podría hacer lo mismo con la que se pidió Adrián, detallar cada uno de esos ingredientes me costaría bastante.
-Otro momento para la lista de momentos que tengo contigo-comenté-.
-Pues todavía quedan-al escuchar su respuesta suspiré-.
-Pues a ver si me voy a acabar aburriendo-me escuchó y me miró-.
-Enserio crees que te cansaras de mí-puse los ojos en blanco por su contestación-.
-Pues es posible-intenté picarle-.
-Te digo yo que no, si no ya lo veras-sonreí-.
-Estupendo, déjame que yo misma lo pueda comprobar-sonrió-.
Volvimos a mi portal como hacía unas horas pero esta vez dejó el coche aparcado y me acompañó hasta la puerta.
Suerte que no piqué al timbre, por que me giró, me acercó hacía él y me beso con mucha entrega y cariño, cogiéndome con una mano de la cintura y con otra de la nuca, dejando que nuestros labios se fusionaran, y sin soltarme, no sé porque pero desde luego que no me iba a separar de él.
-Así mejor, buenas noches Nicky-me sonrojé-.
-Buenas noches.
Pues sí, esa era una buena forma de despedirse.
Mi primer día de clase, estaba nerviosa ya que no conocía a nadie y ninguno de mis amigos iba. Mi profesor explicaba las cosas súper bien y lo entendí todo, aunque sólo hicimos una pequeña presentación escrita y luego entre nosotros. Era una clase de unas veinte personas y comenzábamos a las ocho.
La noche anterior había dormido bien así que no estaba cansada, no os voy a negar nada, estuve pensando en Adrián.
La clase fue bien de momento no pude hablar mucho con ninguno de los chicos y chicas que estaban en la clase pero ya habría días para eso.
Salí de la clase y allí estaba, me había venido a buscar, cosas así eran las que me hacían engancharme a él.
-Bonjour-le saludé alegremente-.
-Hola-respondió contento al verme-.
-¿Porque has venido?-pregunté-.
-Me apetecía verte-mis labios formaron una media sonrisa-.
Mi móvil sonó. Era Eden. Tenía que cogerlo.
-¡Eden!
-¿Que tal la clase?
-Muy bien, gracias por preguntar. ¿Tu que tal?-miré de reojo a Adrián-.
-Con ganas de verte, estoy ahorrando para ir. Estoy trabajando las tardes en un supermercado de cajero-me sorprendí-.
-No tendrías ni que molestarte Eden-era demasiado bueno, demasiado bueno para mí-.
-No es una molestia, cuando es por ti-Adrián esperaba en el mismo sitio-.
-Gracias-sonreí-.
-Te quiero Nicky-mire al suelo-.
-Yo también te quiero-y era verdad yo le quería-hablamos luego, ¡Adiós!
-¡Adiós!
Colgué y Adrián me miró.
-¿Lo quieres?
Pues claro, creo que esa pregunta era bastante evidente, aunque hubiera pasado todo esto con él, Eden era mi novio y por supuesto que lo quería y le tenía un gran aprecio, la única razón por la cual no le contaba lo ocurrido es porque me importaba y no quería que lo pasara mal por mi culpa.
-Y mucho-respondí mirándolo-.
Se limitó a mirar al suelo, pero no respondió.
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Quédate conmigo
Novela JuvenilUn viaje de cuatro días, se puede convertir en todo un curso. Un chico desconocido, se puede convertir en algo especial. Es difícil hacer daño a una persona que quieres, es difícil contarle la verdad, pero cuando la verdad salga a la luz, resurgirá...