YO DIJE QUE SERÍA PRONTO!!
–Me está asustando, por favor dígame –dije mirándolo directamente a los ojos.
–La verdadera razón de por qué te fui a buscar a Chile, y por qué te traje conmigo es, por tu madre, ella se comunicó conmigo.
–Qué? Mi mamá? Que tiene ella?
–Papá! –volteé al escuchar la voz de Chen –No le digas.
–Tiene que saberlo.
–Papá!! Lleva menos de un mes aquí, no seas así.
–Díganme ahora –me estaba comenzando a molestar.
–Tu madre...
–Papá!!! –gritó Chen interrumpiéndolo.
–Kim Jong Dae! Siéntate y guarda silencio ahora! –nunca había visto al señor Kim molesto –Hija, tu madre está enferma, puede mejorarse, menos mal lo detectaron a tiempo, pero el tratamiento es duro... y ella no quería que tu la vieras en ese estado, saliste hace poco de la escuela y quiere que estudies, que cumplas tus sueños... por eso me llamó y...
–Qué tiene? –lo interrumpí, no podía mirarlo a los ojos, miraba un punto fijo, estaba perdida.
–Hija...
–Pregunté, que es lo que tiene? –levanté la mirada a sus ojos, los tenía humedecidos, al igual que yo.
–Cáncer...
No pude escuchar lo que dijo después de esa palabra, "cáncer" "cáncer" "cáncer" mi mamá tiene cáncer, lo único que podía pensar era en que mierda estoy haciendo aquí, debí haberlo sabido, desde hace semanas que estaba rara, las lágrimas comenzaron a brotar solas, mojando mis mejillas, Chen y el señor Kim me hablaban, yo solo los veía mover sus labios, no escuchaba nada, sentía un pito en mi oído, miraba mis manos, sentí que me costaba respirar, no podía dejar de llorar.
–Me voy –dije para luego ponerme de pie, camine sin rumbo un minuto hasta que sentí como me abrazaban por detrás, era Chen deteniéndome –Suéltame –dije entre sollozos.
–Tranquila, te llevaremos a casa, pero tranquila.
Nos fuimos todo el camino en silencio, Chen me observaba, yo solo miraba por la ventana, me sentía perdida, no debería estar acá, debí haberlo sabido, es mi mamá, como no lo noté? Soy horrible. Llegamos en un abrir y cerrar de ojos, entré corriendo a la casa, entré a mi habitación y tomé mi maleta, comencé a guardar mi ropa desesperadamente.
–Hija, tranquila –escuche decir al señor Kim.
–Quiero ir a casa –dije entre lágrimas.
–Y lo harás –tomó mi muñeca y me hizo dejar de guardar desesperadamente –Voy a comprar boletos, para los dos, a Chile, pero yo no puedo ahora, puedo en dos días más, esperarías eso?
No contesté y comencé a llorar desesperadamente, me tomó el rostro y secó mis mejillas, asentí, seguido de esto salió de la habitación con cara de preocupación, caí rendida en el piso, no dejaba de llorar, me escondí entre mis rodillas, "soy una imbécil" era lo único que podía pensar, sentí que acariciaban mi cabello, era mi hermano, estaba sentado a mi lado.
–Lamento no poder quedarme contigo –dijo de repente –Tengo que ir a un programa de radio, en cuanto termine vendré a verte.
–Ve tranquilo –dije con debilidad.
No pasaron más de cinco minutos y yo estaba sola nuevamente, esta es la realidad, mi sueño fue en verdad una estupidez, EXO no tiene tiempo para citas, no tiene tiempo para vivir, y yo no vine acá a tener un romance oculto, vine porque mi mamá está enferma y no quería que la viera sufrir. Es increíble como aún me quedan lágrimas para derramar.
Ella siempre estuvo para mi, cuando me iba mal, no me regañaba como la mayoría, me alentaba a más, me decía lo inteligente que soy, cuando estaba de cumpleaños... sonreí mientras mis labios se mojaban con mis lágrimas... en mis cumpleaños siempre me tenía una sorpresa distinta, hasta en nuestros momentos de más pobreza... su cariño inigualable, sus abrazos... oh mierda quiero abrazarla, quiero estar con ella, no quiero... que se valla.
Me recosté en mi cama, mis ojos ardían y estaban hinchados, me sentía agotada, me quedé dormida, sin darme cuenta.
Sentí un peso en mi pierna, abrí los ojos lentamente, era... Sehun... que estaba sentado en la cama, sobre mi pierna.
–Sehun...
–No digas nada, Chen Hyung me contó todo, quieres hablar?
–Si... pero...
–No llores, no quiero verte llorar...
–Sehun...
–Me imagino lo difícil que debe ser para ti...
–Sehun estas sentado en mi pierna! –grité.
–Lo siento –se puso de pie –No me di cuenta, estás bien? –se volvió a sentar, esta vez en la cama.
–Como quieres que esté? –dije sentándome –Quiero irme.
Guardamos silencio por cinco minutos, seguro no sabía que decirme, es normal, en eso hicimos contacto visual, se acercó a mi y me abrazó fuertemente, mi cabeza se apoyó en su hombro, sus manos brazos envolviendo mi espalda y cintura, no hizo falta decir ninguna palabra, lloré desconsoladamente, me sentí más ligera luego de eso, Sehun supo lo que necesitaba, antes que cualquiera, supo que solo quería un abrazo, sentir que no estaba sola, mis lágrimas al fin se detuvieron y nos separamos lentamente, nuestros rostros estaban uno frente al otro, mis ojos seguramente estaban rojos e hinchados, hermosa me debí haber visto. Vi como los ojos de Sehun recorrieron todo mi rostro, esto no puede estar pasando.
–Te deseo suerte en tu viaje, y espero volverte a ver –dicho esto se separó de mi y con una sonrisa dejo mi habitación.
Los dos días pasaron más rápido de lo que pensé, aunque fueron difíciles, no tenía apetito para nada, a veces venía Sehun o Chen a dejarme algo de comer a mi habitación, pero estaban muy ocupados, salían temprano y llegaban tarde, casi no vi a nadie, Lay estaba distante, fue el único que no me preguntó si estaba bien, no era tampoco obligación que lo hiciera, tampoco yo estaba tan pendiente de eso en ese momento.
Llegó el día, tenía mi maleta lista, me vinieron a buscar temprano para ir al aeropuerto, no pude despedirme de nadie, los chicos habían llegado muy tarde de un concierto y estaban todos durmiendo profundamente, tomamos el primer avión a Chile, sentía mi corazón apretado, un nudo en la garganta, no dormí en todo el trayecto, esas largas horas se me hacían cada vez más eternas, hasta que al fin llegamos a Chile, ahí nos estaba esperando un auto, cada vez tenía mas prisa, necesitaba ver a mamá. El camino a casa nunca fue tan largo, hasta que al fin llegamos, al terminar de estacionar el auto me quedé inmóvil, mis piernas no se movían, hace cinco minutos me moría por llegar, ahora no quiero afrontar la realidad, el señor Kim tomó mi mano y asintió, me sentí un poco aliviada, me quité el cinturón de seguridad, y a torpes pasos me fui acercando a la puerta de mi casa, a esta hora solo estaba mamá en casa, cerré los ojos y abrí, estaba igual que siempre, quise gritar "mamá! Estoy en casa!" pero la voz no me salía, no hubo respuesta alguna con el sonido de la puerta, no hay nadie en casa? Subí a las habitaciones, me encontré con la matrimonial, estaba la puerta cerrada, el terror inundó mi cuerpo, no quería abrir, pero sabía que debía hacerlo, di un gran suspiro y giré la manilla...
–Mamá...