Capítulo 2

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Todo daba vueltas a su alrededor. Los números, las cuentas, su madre, su vida. Sacudió levemente su cabeza y trató de concentrarse.

Luego de estar más de una hora escribiendo y borrando, al fin acabó. Como siempre ella era la primera. Se puso de pie y le entregó la prueba a la profesora.

-Muy bien, Marinette.- le dijo la misma y tomó el papel-. Espero, como siempre, una buena nota de usted.

-Fenómeno.- escuchó el murmullo de una de sus odiosas compañeras de curso. Sin prestarle atención volvió a su asiento. Pronto su morena amiga también terminó. Entregó y se sentó a su lado.

-¿Cómo te fue?.- le preguntó.

-Espero que bien.- dijo ella y miró hacia la señora Bustier, que ya había empezado a corregir los exámenes.

-¿Y a ti? ¿Cómo te fue?

-Como siempre. Esto no es complicado para nosotras, Marinette. Déjale ese papel al monumento de la idiotez.- dijo refiriéndose a Chloe. La que anteriormente había hablado.- Necesito fumar un cigarro ¿Tienes?

-En el auto.- Alya se puso de pie.

-Señora Bustier, ¿Podemos salir, ya que hemos terminado?.- le preguntó a la profesora.

-Claro, alumnas.- le contestó ella. Marinette se puso de pie y tomó su bolso, en el cual tenía las llaves del auto. Sin eso, Alya se pondría más que histérica.

-Sí, juntitas.- dijo uno de los chicos por lo bajo provocando que todos rieran. Alya se giró a verlo. Y no era nada más, ni nada menos que él.

-Bien que te gustaría pasar una noche junto a nosotras dos, ¿no es así, Kim? Eso fue lo que me dijiste el otro día en clase de gimnasia.- le dijo la morena. Todos rieron de nuevo. Marinette rió por lo bajo, sabía cómo le gustaba Alya provocar a Kim. Más porque era el novio de Chloe, quien miró sin creerlo a su novio. Ambas salieron de allí y rieron divertidas.

-Te encanta provocarlo, ¿no es así?.- le dijo Marinette sin dejar de reír.

-No, sólo me encanta la cara de horror de Chloe.- dijo y rió aún más.

Llegaron al estacionamiento del colegio. Se subieron al coche y cada una se prendió un cigarro. Ninguna de las dos tomaba desmedidamente. Ninguna de las dos se drogaba, ni lo habían probado alguna vez. Era algo que ninguna tenía la intención de probar. Pero sí fumaban. Era algo que no podían controlar. Se había vuelto su vicio. Un vicio compartido, un vicio de amigas.

-Ah, esto era lo que necesitaba.- dijo Marinette dejando que el humo saliera de su boca.

-Yo también.- dijo la morena copiando su acto-. Oye, tu auto necesita una mano de pintura.

-Lo sé, está hecho un desastre. Pero no tengo tiempo.- dijo la azabache.

-Pobrecito bebé. Me lo tienen abandonado.- dijo Alya poniendo la voz de nena.

Este auto lo habían comprado juntas hacia ya dos años. En realidad puso más plata Marinette que Alya, pero la azabache le decía que lo justo era que lo usaran las dos. Era un auto usado, muy usado. Fue por eso que les salió tan barato.

Cuando terminaron bajaron del auto y se dirigieron de nuevo a las clases. Entraron y todos habían terminado. La señorita Bustier corregía concentrada, mientras que otros hablan y hacían otra cosa. Se sentaron de nuevo en sus asientos. Lentamente un inesperado compañero se acercó a ellas.

-Hola, chicas.- las saludó

-Piérdete, Kim.- le dijo Alya.

-¿Qué pasa, Alya? ¿No te dejé contenta la otra noche?.- le preguntó.

-Vamos, Kimcito, tú no dejas contenta a nadie.- dijo Marinette y ambas rieron.

-Pues eso no me decías el otro día, preciosa.- le dijo. La azabache rió más divertida aún.

-No me acostaría contigo, ni aunque me pagaras.- dijo ella

-Pues tu madre sí.- le dijo él. ¡Maldito perro! Sabía donde darle.

-¡Vamos, imbécil! No sabes decir otra cosa ¿verdad, infeliz?.- le dijo Alya nerviosa.

-Tranquila, Alya, solo bromeaba.- dijo.

-Veamos si te quedan ganas de seguir bromeando cuando le cuente a la idiota de tu novia que dejaste de ser virgen con un travesti.- lo amenazó ella.

-No te va a creer.- dijo el divertido, pero al mismo tiempo nervioso.

-¿A no? ¿Y que pasa si justamente ese travesti era mi primo Elton?.- le preguntó. Kim no dijo nada, se quedó callado-. Ahora vete, imbécil. Y antes de hablar piénsalo dos veces.

Él se fue dejándolas de nuevo solas. Alya miró a Marinette. Sabía perfectamente que eso la afectaba y mucho. No era por el hecho de que su madre era eso. Sino que no había otra salida, otra forma. Ella se ganaba la vida así, no tenía otra manera. Y le dolía tanto que fuera así...

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Hola!!!

Espero que les alla gustado, pongan su estrellita si es así :3

Recuedo, la historia NO ES MIA

Les mando un beso y un abrazote.

-Mariana

El primer amor siempre duele -MLB AU-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora