Capítulo 12

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-¡Adrien!.- dijo sin poder creerlo y se agacho para poder socorrerlo-. ¡Dios mío, Adrien!

Lo sacudió un poco pero el rubio no respondió. Lo tomó de ambos brazos y lo arrastró hasta la punta de su cama. Con todas sus fuerzas comenzó a levantarlo.

-Vamos, Adrien, despierta.- dijo con dificultad, ya que lo tenía casi encima. No pudo soportar el peso de su masculino cuerpo y cayó a la cama con él encima. Todo el aire salió de su cuerpo al encontrarse aplastada por él.

-¡Adrien, despierta!.- intento de nuevo, pero nada.

Como pudo logró darlo vuelta y que quedara bien sobre la cama. Se acercó a él y vio su golpe en su frente. Se le había ido la mano. Hubiera sido mejor preguntar quién era. Pero, ¿ella cómo iba saber que era él a estas horas? Con mucho cuidado salió de su cuerpo y fue en busca de hielo. Bajó las escaleras y fue hasta la cocina. Preparó las cosas y volvió a subir. Entró y aún estaba inconsciente en su cama. Mordió su labio y se acercó a él.

-Lo siento tanto.- dijo apenada, mientras colocaba hielo en el chichón de su frente.

Lo miró detenidamente. Se veía tan lindo dormido. Su respiración era leve, sus rasgos eran delicados y bien marcados. Su nariz era perfecta para su bello rostro. Bajó su miras a sus labios. Miró sus ojos, sus pestañas, sus cejas. Luego sus mejillas, para volver a sus labios. Volvió a su frente.

Comenzó a moverse, ella se alejó como para poder darle aire. Adrien se llevó una mano a la cabeza y siseó al tocarse el moretón.

-¡Auch!.- dijo y se sentó sobre sus codos.

-¡Adrien!, ¿estás bien?.- le preguntó ella. Él la miró.

-Marinette... ¿qué... sucedió?.- le preguntó.

-Lo siento, de verdad. Pero cuando abrí la puerta del balcón y entraste te golpeé, pensé que eras un ladrón.- le dijo muy apenada. Él rió.

-¡Auch!.- volvió a decir.

-Lo siento.- repitió ella.

-Tranquila, tranquila, no pasó nada.- dijo y se recostó de nuevo en la cama. Estaba algo mareado-. Yo también hubiese hecho lo mismo.

Marinette levantó la mano y volvió a poner el hielo sobre su frente. Adrien cerró los ojos ante el frío causado por éste. Abrió sus ojos y la miró. Ella sonrió levemente.

-Pegas fuerte.- le contestó.

-Lo sé.- dijo divertida-. ¿Pero qué hacías entrando por el balcón?

-Es algo tarde, Marinette, y no iba tocar el timbre. Tu hermano sería capaz de golpearme por eso ¿No lo creés?

-Va a golpearte si te encuentra aquí.- le dijo ella.

-Eso también lo sé.- dijo asintiendo.

-¿Por qué no viniste antes?

-Esperé a que mis padres se durmieran.- dijo y se sentó de nuevo.

Ella volvió a colocar el hielo sobre su frente. Adrien giró su cabeza para quedar con su rostro justo frente al de ella. Mirándola fijamente a los ojos descubrió que en verdad no había venido tarde por sus padres, sino para estar a solas con ella. Nerviosa, se alejó un poco y bajó la mirada.

-Mmm, ¿qué pasó con el empleo para Marin?.- le preguntó un tanto nerviosa.

-¿Recuedas que me dijiste que a Marin le gustaba arreglar computadoras y esas cosas?

-Sí.

-Bueno, mi padre trabaja en una empresa de autos y necesita que una persona esté siempre a su disposición para arreglar las computadoras que se tildan cada dos por tres.

-Entonces, ¿eso quiere decir que va a tener un trabajo fijo?

-Al parecer sí.- dijo. Ella sonrió emocionada y brincó un poco en la cama. Adrien negó divertido con la cabeza y le pidió el hielo.

-¿Cuándo comenzará a trabajar?.- le dijo ella.

-Mañana tiene que ir a hablar con mi padre, para que él lo lleve hasta ahí. Y luego todo queda en manos de él.

-Oh, Adrien, de verdad no se que voy hacer para pagarte esto que estas haciendo por mi hermano.

- No lo hago por tu hermano, lo hago por ti.- le dijo. Ella sintió como la sangre llegaba rápidamente a sus mejillas.

-¿Te molesta si fumo?.- le preguntó.

-No es de mi agrado que lo hagas, y lo sabes. Pero no me molesta.- dijo.

Ella rió por lo bajo y se puso de pie para abrir la puerta del balcón. Tomó su bolso y buscó su caja. Tomó un cigarro y se sentó en la puerta para que el humo no se quedara en su habitación. Adrien se puso de pie y se acercó a ella, se sentó al frente y miró hacia fuera. Su casa se veía desde su balcón. Volvió su mirada a Marinette. Ella también lo miró.

-¿De qué otra cosa me tenías que hablar, Adrien?.- le preguntó. Él se tensó. Se había olvidado por completo que en la tarde le había dicho que quería hablar de otra cosa con ella. ¿Y de qué era lo que quería hablar?

-¿Cómo que de qué quiero hablarte?

-Sí.- dijo ella asintiendo-. Hoy me dijiste que tenías que hablar conmigo de algo más que lo de Marin.

-Mmm, en realidad no tenía que hablarte de nada más.- le dijo. Ella lo miró bien.

-¿Entonces?

-¿Entonces qué?.- le dijo.

-¿Para qué viniste además de eso?

-Para verte a ti.

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Hola!!!

Awww fue por ti Marinette, que tierno. Ella no necesita un Miraculous para ser tan fuerte xD

Denle estrellita y comentes si les a gustado el capítulo. Les mando un beso ( ˘ ³˘)❤

-Mariana

El primer amor siempre duele -MLB AU-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora