Comenzó a caminar hacia atrás sin dejar de mirarlo. Adrien se quedó quieto en su lugar. Mirando como ella se alejaba. Marinette no pudo reprimir una lágrima, y antes de que él la viera se dio vuelta dándole la espalda. Dándole la espalda al amor, a su primer amor.
Él se quedó quieto, sintiendo como el mundo se le venía encima. Allí se iba el amor de su vida. La mujer de su vida... Sus ojos verdes acumularon lágrimas. No, él no podía irse sin decirle todo. Ella giró a mirarlo. Su rostro estaba empapado en lágrimas. Y su corazón se rompió más al ver que él seguía parado en el mismo lugar. No, ella no podía dejarlo ir sin abrazarlo. Soltando un sollozo corrió hacia él. Adrien soltó el bolso que tenía en las manos y dio un paso hacía ella, esperándola. La apretó con él cuando ella llegó. Marinette se colgó de su cuello y escondió su rostro allí dejando que todo su dolor saliera. Adrien alejó la cabeza de ella y la miró a los ojos. Se inclinó y la besó desesperadamente, sabiendo que esa sería la ultima vez que la besaría de esa manera. Como le gustaba besarla.
-Te amo, Marinette, te amo.- le dijo soltando sus labios levemente.
-No, no me digas eso por Dios.- sollozó ella.
-Te amo mucho, mi amor, eres lo mejor que me ha pasado en al vida.- siguió hablando él.
-Yo también te amo, Adrien, te amo tanto.- dijo ella entre lágrimas. Volvieron a besarse, juntando sus labios dulcemente.
-Último llamado a los pasajeros con destino a la ciudad de Londres.- habló una mujer por el alto parlante. Marinette soltó su boca.
-Ve por favor, debes irte.- le dijo ella. Adrien juntó su frente con la de ella y acarició su nariz con ella.
-Perdóname, yo no quería que esto fuera así. Te amo y soy una mierda por decírtelo ahora, lo sé. Pero te amo y no puedo evitarlo.- dijo él.
-Ya, Adrien... vete. Ya llamaron por ultima vez. Y esto pasó así, así tenía que ser. Y yo también te amo, perdóname por no haberlo dicho antes. Te amo y eres lo mejor que me pasó en toda la vida*dijo ella y se alejó completamente de él. Acarició su bello rostro y beso cortamente su boca.- Y ahora ve, que tienes que ir a estudiar a esa prestigiosa Universidad y ser un gran médico.
-Te amo.- susurró él. Ella soltó un par de lágrimas.
-Y yo a ti.- le dijo. Adrien la besó una vez más, para luego tomar sus cosas y comenzar a caminar para ir a su destino. Antes de entrar al lugar se giró a verla por último vez. Ella le sonrió y sacudió su mano en forma de despedida. Él también le sonrió y la miró de manera tierna, para luego comenzar a caminar y desaparecer por un umbral de vidrio.
Marinette sentía el mismo vacío que sintió cuando perdió a su madre. Pero este tenía algo distinto. Sabía que lo había perdido, sin siquiera haberlo tenido. Era un dolor amargo, un dolor trivial que le llenaba el pecho de incertidumbre y rabia. Soltando unas cuantas lágrimas más dio vuelta y salió del aeropuerto. Caminó hasta su auto y se subió. Miró el asiento de a lado, y se lo imaginó allí sentado mirándola, sonriéndole... aprendiendo a manejar. Cerró los ojos para tratar de no verlo más y apoyó la cabeza sobre el volante.
-Ay, Adrien.- dijo y rompió en un desgarrador llanto-. ¿Por qué, mi amor? ¿Por qué?
Lloró sobre el volante durante unos largos minutos. Tenía la esperanza de que él saliera corriendo del aeropuerto y se subiera al auto diciéndole que no se había ido. Pero eso no pasaba, y ella se convenció de que no iba a pasar. Levantó la cabeza y prendió el auto. Ya no tenía ni un sentido seguir allí estacionada esperando a que todo se solucionara. Él se había ido, él iba a empezar una nueva vida, iba a conocer gente nueva, chicas nuevas. Esa última idea le hizo doler el pecho. No podía imaginárselo con otra. Sacudió su cabeza y prendió marcha hacia su casa. Tenía que poner su mente en otro lado, así que estiró su mano y prendió la radio, necesitaba escuchar un poco de música, algo que la despejada.
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El primer amor siempre duele -MLB AU-
FanficMuchas veces, el amor es tan silencio que ni te das cuenta que está allí, sin importar que no lo quieras aceptar, es muy difícil alejarte de él. Los problemas y frustraciones siempre están enterradas en la vida, y Marinette lo sabe más que nadie. El...