Ella terminó de tragar y lo miró algo nerviosa. Hasta ahora Adrien, nunca le había preguntado cosas sobre su vida, sobre su madre. Y todo estaba bien. Pero ¿qué pasaría si él supiera lo que es su madre? ¿Acaso cambiaría todo? Ella no quería que las cosas cambiaran. No quería que él supiera, no por vergüenza, era por temor a la no aceptación.
-Mmm, mi mama es secretaria.- dijo ella nerviosa.
-Pero trabaja en la noche.- dijo él.
-Sí, es por así decirlo una recepcionisa en un lugar en donde trabajan 24 horas. Y ella tiene el turno de la noche.
-Oh, ya veo.- le dijo. Terminaron de comer.
-¿Vamos?.- le dijo ella.
-Vamos a comprar.- dijo divertido y se pusieron de pie para comenzar a caminar. Él estiró su brazo y le hizo un gesto para que lo tomara. Marinette sonrió y tomó el brazo de su amigo para caminar así. Riendo entraron a una de las tiendas. Marinette divisaba la ropa mientras Adrien estaba detrás de ella, mirando a su alrededor. Creyó sentirse sapo de otro pozo en ese lugar, pero le gustaba. Quería cambiar un poco. La azabache tomó unos pantalones y unas cuantas remeras lisas y camisas a cuadros. Ropa casual, y moderna. Se dirigieron a los vestidores, la chica abrió uno y le dio paso a Adrien. El rubio entró con un poco de duda.
-Vamos, extraño, sólo tienes que probarte estas cosas.- le dijo la azabache y le dio la ropa.
-Te juro que estoy asustado.- dijo con cara de preocupado.
-No seas tonto.- dijo divertida-. Estoy aquí afuera. Cualquier cosa gritas.
Él rió por lo bajo. Marinette cerró la cortina y se sentó en un sillón de al frente. Inconscientemente sus pies comenzaron a moverse inquietos. Eso siempre le pasaba cuando estaba preocupada o nerviosa. Se puso a pensar un poco en Alya. Su rubia amiga de verdad había estado rara por teléfono. Mordió su labio y tomó su celular y justo comenzó a sonar.
-¿Hola?.- dijo al atender.
-¿Dónde estás, enana?.- le preguntó su hermano.
-Hola, apestoso. ¿Tienes algo por decirme?.- preguntó.
-Sí, tengo empleo.- dijo por lo bajo. Ella sonrió levemente.
-Lo sé, ya fui informada. Y... ¿Cómo te sientes?
-Es un poco extraño, y me asusta. Ahora tendré que levantarme todos los días a las 8 de la mañana.
-Ya era hora, ¿no crees?.- dijo divertida.
La cortina de enfrente se abrió y un despreocupado Adrien salió de allí mientras se terminaba de abotonar la camisa. Por un instante la azabache se olvidó de como respirar. Se veía tan, pero tan sexy así. Ese pantalón se acomodaba a sus masculinas piernas y esa camisa encima de una remera lisa lo hacía verse...
-Enana, ¿estás ahí?.- le habló su hermano.
-Eh, sí, sí.- dijo ella rápidamente.
-¿Dónde estás?.- le preguntó.
-En el centro comercial.- dijo ella.
-¿Con Alya?
-No, con... Adrien.
-¿Qué haces con ese?
-Marin, tus celos de hermano no son lo mío. Adrien es mi amigo y estamos comprando un poco. Así que deja tu roña para otra cosa.
-Sabes que no lo trago, hay algo en él que me molesta.
-Todos los chicos que llegan acercarse a mí, te molestan.- dijo ella y se puso de pie.
-Bueno sí, pero este ñoño me molesta mucho más.
-No le digas así. No es un ñoño. Es un hombre inteligente, algo que a ti te falta... y mucho.
-¿Por qué lo defiendes tanto? ¿Acaso te gusta?
-No voy a seguir hablando contigo.- dijo sin poder creerlo-. Te veo más tarde.
Colgó el teléfono y se acercó a Adrien que se miraba fijo al espejo, como no muy convencido de lo que tenía puesto. La azabache sonrió levemente y acomodó bien el cuello de su camisa.
-¿Cómo te sientes?.- le preguntó ella.
-No lo sé.- dijo él y se volvió a mirar-. ¿Te parece que esto es para mí?
-A mi me gusta como te queda.- dijo ella.
El rubio se giró a verla. Miró a su alrededor, y la chica de la caja estaba muy ocupada con otro cliente, tomó la mano de la azabache y la jaló hasta dentro del vestidor. Marinette lo miró algo sorprendida
-¿Qué haces?.- le preguntó.
-Ya no puedo, Marinette.- dijo él.
-Ya no puedes, ¿con qué?.- dijo ella.
-Contigo.
-No te entiendo, Adrien. Déjame salir, ¿qué van a pensar?
-No me interesa lo que piensen. Necesito hacer algo.
-¿Qué cosa?.- preguntó ella algo nerviosa.
Adrien se acercó un poco más, aprisionándola contra la pares del pequeño lugar. Su respiración se volvió agitada, produciendo que la respiración de ella también lo hiciera.
-Necesito besarte, Marinette.- dijo agitado.
Los ojos azules de ella se abrieron como platos, pero las palabras no salieron de su boca. No podía creer lo que él estaba diciendo. Recorrió su rostro con sus ojos, y luego fijo su vista en sus masculinos labios. No podía creerlo, pero de verdad ella quería que la besara.
Sus ojos se cerraron instantáneamente cuando él terminó de acercarse y chocar apasionadamente con su boca. Abriendo más su boca dejó que sus lenguas se mezclaran. Sintió los fuertes brazos del rubio rodearla para acercarla más a él. Su boca se movía desesperada sobre la suya, quitándole más el aire.
Ella levantó sus brazos y los colocó detrás de ese formado cuello, haciendo que el beso fuera más adictivo para ambos. Él gruñó por lo bajo y despacio mordió su labio inferior, robándole un pequeño gemido...
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Mae mía lo kee ta pajando aki :0
Estrellita y comenten si les gustó el capítulo. Les mando un beso. ( ˘ ³˘)❤
-Mariana
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El primer amor siempre duele -MLB AU-
FanfictionMuchas veces, el amor es tan silencio que ni te das cuenta que está allí, sin importar que no lo quieras aceptar, es muy difícil alejarte de él. Los problemas y frustraciones siempre están enterradas en la vida, y Marinette lo sabe más que nadie. El...