Se despertó por el sonido de la ducha de su habitación. Se sentó rápidamente en la cama y miró hacia la puerta del baño.
-¡Marin! ¿Por qué te bañas en mi baño?.- le preguntó enojada mientras se levantaba. Entró al baño y se acercó al lava manos. Miró hacia la ducha y con una leve sonrisa prendió la canilla de agua fría.
-¡Maldita sea, me quemé el trasero!.- pegó el grito en el cielo su hermano-. ¿Por qué hiciste eso?.- preguntó asomando la cabeza y mirándola.
-¿Qué mierda haces aquí? ¿No se supone que tienes un baño en tu cuarto?.- preguntó ella.
-Me gusta más el tuyo.- dijo y volvió a meter la cabeza. Marinette en cerró sus ojos y miró con furia la ducha. Volvió a abrir el agua fría.
-¡Marinette!.- se quejó Marin.
-¡Sal de aquí, apestoso!.- le exigió.
-¡Bueno, por lo menos espera a que termine!.- le dijo. Marinette suspiró y se lavó los dientes y la cara haciendo, esta vez sin querer, que su hermano se quemara de nuevo. Salió del baño y se ató el pelo con una alta cola de caballo.
Se acercó a la ventana y abrió las cortinas para que la luz entrara e iluminara un poco la habitación. Sonrió al ver justo en frente de su casa a su vecino, jugando con su hermano. Ambos cayeron al suelo, cuando Félix saltó encima de su hermano para quitarle el balón.
Adrien rió al ver el esfuerzo que realizaba este por conseguirlo. El rubio menor levantó la mirada y encontró una pequeña figura mirándolos desde el balcón. Se puso de pie y le sonrió.-¡Buenos días, Marinette!.- la saludó Félix. Al escuchar su nombre Adrien dirigió su mirada a la casa de enfrente. Rápidamente se puso de pie y se acomodó un poco. Marinette salió del todo al balcón.
-¡¿Cómo están, chicos?!.- preguntó ella.
-¡Bien!.- contestó Félix.
-¡¿Por qué no vienes a desayunar?! ¡Mama hizo tarta de chocolate!.- dijo Adrien. Marinette sonrió levemente.
-¡No lo sé, estoy cansada!.- dijo ella.
-¡Vamos, flojita!.- le dijo el rubio mayor. La azabache lo pensó por unos segundos, giró la cabeza y miró la puerta del baño. Marin aún no salía. Sería buena idea salir a desayunar con ellos. Volvió su mirada al frente.
-¡Ahí voy.- !dijo y se metió al cuarto. Rápidamente se cambió el pijama por unos cómodos jeans y una remera color azul. Se puso unas cómodas zapatillas, y entró al baño.
-Marin, me voy.- dijo ella. Su hermano asomó la cabeza.
-¿A dónde?.- le preguntó.
-Voy a desayunar con Adrien.- le dijo. Marin clavó su mirada en su hermana. Marinette le hizo un gesto con los hombros.
-¿Qué sucede?.- le preguntó ella.
-Dime la verdad, ¿te gusta el ñoño?.- Marinette pestañó varias veces antes antes de contestarle algo a su hermano. ¿Por qué él insistía en esa locura?
-Marin, ya te dije que no me gusta Adrien. Que sólo es mi amigo.- dijo ella.
-Nunca tuviste amigos hombres.
-Eso no tiene nada que ver. Adrien es mi amigo y amigo de Alya, porque no hizo lo que hizo todo el mundo. No mirarnos por encima, y fijarse como somos realmente.- le dijo. Marin la miró fijo por unos segundos-. Así que deja de decir cosas que no son. Y deja de ser celoso, por favor.
-Está bien, voy a confiar en el ñoño. Pero a la primera que te hace y será ñoño muerto.- ella revoleó sus ojos y salió del baño para ir a la casa de su vecino. Cruzó la calle y sólo Félix estaba allí. Marinette miró a su alrededor buscando al otro rubio.
-Hola, Félix.- le dijo y se acercó a besar su mejilla.
-¿Cómo estás, Marinette?.- le preguntó él.
-Bien, ¿y tu hermano?.- dijo mientras lo seguía buscando con la mirada.
-Está adentro, hablando por teléfono con una tal... Chloe.- dijo. Marinette sintió como su corazón se aceleraba de rabia. No dijo nada y guardó silencio. Félix la miró bien, su rostro había cambiado bastante cando él le dijo que Adrien estaba hablando con Chloe.
-¿Entramos?.- le dijo el rubio menor.
-Sí.- dijo ella rápidamente.
Félix juntó algunas de las cosas que estaban tiradas en el suelo y le dio el paso a Marinette para que entraran a la casa. Ella pasó sus ojos sobre Adrien al entrar y divisarlo justo ahí, hablando. El rubio la miró y sonrió levemente. Esperó a que ella se acercara y lo saludara como siempre lo hacía. Pero esta vez la azabache pasó sin siquiera decir "hola" y se dirigió directamente a la cocina. Adrien miró a su hermano y este le hizo un gesto de "no saber" con los hombros.
-Sí, sí, Chloe. Mañana después de clases vamos a tu casa a estudiar.- dijo él.
-Ay, Adrien, muchas gracias. De verdad no sé como voy a hacer para agradecerte.- le dijo ella.
-No, no es nada. Lo habría hecho por cualquiera.- dijo y miró hacia la puerta de la cocina. Quería cortar e ir a ver a Marinette-. Bueno, Chloe, nos vemos mañana.
-Sí, claro.- dijo ella y soltó una pequeña risita-. Adiós, Adrien.
-Adiós.- dijo y colgó. Entró rápidamente a la cocina y encontró a una divertida Marinette, hablando entretenidamente con su madre. Vio como su padre, sin dejar de reír, se acercaba a ella y besaba su cabeza, haciendo que ambas mujeres rieran. Esa era la escena mas extraña que había visto en su vida.
-¿De qué se ríen?.- les preguntó. Los tres se giraron a verlo. La azabache dejó de sonreír y volvió su vista a lo que estaba haciendo.
-Nada, sólo que Marinette nos hacía reír.- dijo Gabriel.
-Ahora siéntense en la mesa que ya está el desayuno.- habló Emilie mientras calmaba su risa. Todos se sentaron. Marinette se acercó a la mesa con las galletas que acababa de sacar del horno y se sentó a lado de Caroline, justo frente a Adrien.
-Bueno, ya pueden servirse.- habló el jefe de la casa.
Todos empezaron a servirse, menos Adrien que no dejaba de ver a la azabache. La cual no le dedicó ni una sola mirada ¿Acaso estará enojada con él? Se preguntó él.
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Hola!!!
Se notan todos los celos de Marinette 7u7r
Pongan su estrellita y comenten. Les mando un beso ( ˘ ³˘)❤
-Mariana
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El primer amor siempre duele -MLB AU-
FanficMuchas veces, el amor es tan silencio que ni te das cuenta que está allí, sin importar que no lo quieras aceptar, es muy difícil alejarte de él. Los problemas y frustraciones siempre están enterradas en la vida, y Marinette lo sabe más que nadie. El...